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Tambores pueblerinos y cantos de sirena (OPINION)
Cuando los pueblos empiezan a cantar los problemas sociales que le aquejan o molestan, hay que prestar atención a sus reclamos y denuncias.
Son muchos los gobiernos que han cometido el error de ignorarlos y, al momento de reaccionar, ya es demasiado tarde.
En América Latina y el Caribe así como en otras regiones del mundo, la historia está llena de ejemplos en los que la música, el arte y especialmente el canto popular, han sido vehículos poderosos que sirven de transporte para denuncias generales y expresiones colectivas. Los pueblos que cantan sus dolores, carencias y luchas no lo hacen solo por entretenimiento sino porque a veces es el único espacio de libertad de expresión que les queda para alzar su voz. Ignorar esas manifestaciones artísticas y culturales como simples e inofensivas ha sido una equivocación repetida por muchos gobernantes.
El canto popular a través del rap, el reggae, la bachata, el merengue, la salsa e incluso el corrido mexicano, suele ser un termómetro de la realidad social que se vive, una vez que esa voz se vuelve viral y más en la Era de las redes sociales.
Cuando miles y millones de voces repiten el mismo reclamo, no es solo una canción sino más bien una advertencia, tal como ha ocurrido con el nuevo tema musical del rapero Shelow Shaq titulado «Ta de Pinga», el cual recoge el sentimiento, molestia y enojo de los dominicanos con las normas y reglas establecidas por el presidente Luis Abinader y la ministra de Interior y Policía, Faride Raful, incautando bocinas y cerrando negocios de expendio de bebidas alcohólicas de manera arbitraria e imprudente.
La historia siempre nos confirma que cuando los líderes políticos se dan cuenta y aceptan la magnitud del descontento de un país manifestado a través de tambores pueblerinos, cantos de sirena, marchas en las calles o protestas en los parques, a menudo ya es demasiado tarde para evitar la ruptura o el estallido social.
El manejo y las decisiones tomadas por el Gobierno del Luis Abinader y la ministra de Interior y Policía, Faride Raful, es evidente que han desencadenado y generado rechazos en toda la población dominicana. Reflejan un sentir que merece atención y análisis.
Si una figura pública que está en un cargo tan delicado y sensitivo como el de Ministro de Interior y Policía genera disgusto y odio generalizado, es crucial entender las causas: ¿Se debe a órdenes imprudentes, a una desconexión con la realidad, tacto, estrategia o falta de una comunicación efectiva que concientice, eduque y haga entender a la ciudadanía que las disposiciones implementadas están dirigidas a garantizar la seguridad ciudadana y derechos fundamentales?
En contextos como el de la República Dominicana, donde la seguridad de los ciudadanos, el control de armas, la gestión policial y la convivencia social son temas sensibles y urgentes, las acciones del Ministerio de Interior y Policía tienen un impacto directo y profundo en la vida cotidiana.
Si la población siente que los preceptos adoptados no abordan sus preocupaciones, demandas y necesidades, o peor aún, que las agravan, el descontento se convierte en una señal clara de que se necesita rectificar las medidas, replantear el objetivo que se persigue, escuchar más y gobernar con mayor cercanía y mejor integración de la gente poniendo el oído en el sentir del pueblo, para de esta forma ayudarlo a evidenciar sus problemas y hacerlo parte de la solución, que en definitiva es lo que las autoridades deben lograr.
jpm-am
Salvador , mejor di la Verda Que tu estas involucrado en la muerte del Senador Dario Gomez junto con el pendejo de Gurabo. Di Que no ahora , ya Que tu fuiste el muchacho de Mandao del Senador. Habla de eso?
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Y en qué cueva era que este señor estaba metió? Cuantas ignorancia en un solo planteamientos ! Y es que no te da cuenta que los preceptos adoptado no abordan sus preocupaciones y necesidades porque los cabezas vacías no piensan en mejorar sus vidas, ni tampoco permiten que otros vivan tranquilos. No debe haber estallido social que no sea establecer ley y orden, y en este contexto apoyamos las acciones del Ministerio de Interior y Policía.
Estoy completamente de acuerdo en este país hay un desorden generalizado a todo lo ancho y largo del país es un desorden total, eso hay que acabarlo, este país se ha convertido en una selva.
Las lacras humanas, saliendo de nuevo.
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Este señor siempre desubicado, el país no puede ser un aquelarre a tiempo completo.Tenemos que regularizar el ruido, la contaminación sónica y llevar propuestas a la juventud de los barrios más sanas y no la del uso de bocinas, juka, bebidas alcohólicas.El populismo y el arrivismo no son buenos consejeros, este individuo se presenta como un portento de la comunicación y sus ideas son las de un incitador al desorden.
Salvador Holguín, prefiere el desorden en las calles de nuestros barrios, entiendo que tiene que ubicarse en el tiempo, quieren bullas de bocinas en santo domingo pero cuando viajan a los estados unidos de América son los más ordenados y cumplidores.