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Los tiempos han cambiado: perder el poder es mucho más fácil
Los gobiernos deben ser un reflejo de los pueblos que les eligen. Gobernar sin la legitimidad ciudadana suficiente se hace difícil, ya que cuando hay que tomar decisiones que afecten a un segmento social, no se encuentra el apoyo necesario para llevar esas medidas a ejecución.
Esto por lo común ocurre cuando se promete un programa de gobierno y se lleva a cabo otro muy distinto, al momento de ascender al poder.
Esa desconexión entre lo prometido y lo efectuado genera una repulsa entre los correligionarios de un partido, la ciudadanía y el gobierno.
Además, estas acciones dan paso a los populismos políticos, tanto de izquierda como de derecha, donde un salvador autodenominado, promete ser diferente a la clase política tradicional y logra obtener adeptos en base al disgusto con los viejos exponentes partidarios. Por lo común, cuando en América Latina se ha hecho este experimento, la cura ha salido peor que la enfermedad.
Lastimosamente las señales de la barrida de los sistemas partidarios tienen diversos síntomas, pero la miopía que se apodera de las elites partidarias, aún más cuando están en el poder, no les permite percatarse, excepto cuando ya es tarde.
Esto se debe al comportamiento desmesurado que exhiben los funcionarios (de todos los partidos cuando están en el poder o una gran mayoría de ellos) donde la misión principal, según su criterio y acción es inflar el ego y figura de los mismos a través de la lisonja, por lo general hecha en redes sociales y medios tradicionales, pagada con recursos del erario.
Los tiempos han cambiado y si bien es cierto que el poder se obtiene de formas mucho más fáciles que décadas atrás, también perderlo implica mucha más facilidad.
Cada ciudadano es un reportero en potencia y tiene en sus manos como decir lo que piensa y hasta de echarle la culpa de su desgracia al gobierno de turno, cosa que en este país es una costumbre.
El cobertizo que presentan los que dicen estar del lado del pueblo se derrumba, frente a las lluvias de su comportamiento, el cual dista mucho de lo que predican.
Lo que intento decir es que, aunque conocemos de las buenas intenciones del gobierno y de nuestro Presidente Luis Abinader, con eso solamente no es suficiente, ya que está en juego algo más que el gobierno. La gente puede seguir creyendo o no en los partidos de conformidad con el comportamiento de las autoridades actuales.
jpm-am
Después de leer el artículo por 2da vez pienso que Fabian Sanchez debe seguir impartiendo clase de matemática, no parece bueno en el área de la politica vernacula, él está vinculado a la facción de Danilo Medina en el pedazo de PLD y en función de eso escribe, entiendo que tiene su derecho, siempre escribe en con un nivel de miopía .
hay que decirle a daygorod,que es mas dificil reconquistar el poder,porque ahi estan los hechos,eso es vender algo imaginario