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La lectura beneficia
Desde hace muchos años he oído decir que la lectura enriquece al que la hace, pero parece que ha habido desánimo en leer. Esta es el móvil principal del desarrollo cultural, es la manera del conocimiento influir en las sociedades.
Si la educación es la base del desarrollo social, la lectura es el vehículo de la educación y de todas riquezas. Ella no es ilusión, sino realidad que transforma sociedades e individuos, para ser útil a ambos.
Leer cada día, además de ser algo placentero, también es saludable. Cada persona debe forjar el hábito a la lectura, para así enriquecerse de las culturas y poder definir el comportamiento de personas y de sociedades.
El que se acostumbra a leer puede descifrar las situaciones de una mejor manera y a la vez, conducirse hacía un futuro exitoso. Sólo los que leen tienen una cosmovisión más acertada de las realidades.
Dios siempre se ha ocupado en llevar al hombre a leer. Al pueblo de Israel, Dios le dio mandamientos escritos para que ellos los leyeran y los obedecieran, tal fueron los llamados «Diez Mandamientos,» entregados a su líder Moisés, escritos en una tabla de piedra. Pero también les mandó a escribir en diferentes lugares, para que el pueblo, comenzando por la familia, pudiera leerlos. Esta fue la mejor manera para educar a su pueblo.
Jesucristo no fue a estudiar a la India, ni a ningún otro lugar, sin embargo, hay evidencia de sus lecturas en el templo y en las sinagogas. También, él escribió sobre la tierra. Las personas se admiraban de su sabiduría que de manera oral daba a conocer, por eso decían «¿de dónde tiene esta sabiduría?». Sin duda, Jesucristo leyó el Antiguo Testamento, y probablemente otras Escrituras; aunque él sabía las cosas divinas correspondientes al Nuevo Testamento, por ser Dios hecho Hombre.
El apóstol Pablo, quien fue instruido por Gamaliel, uno de los maestros importantes y reconocidos en Israel, y quien más o menos durante dos años discutía con las personas en la escuela de Tiranno, escribió a los tesalonicenses. diciéndoles: «Examinadlo todo; retened lo bueno,» I Tes. 5:21.
La verdadera religión se fundamenta en el conocimiento de la verdad, por tal motivo, los cristianos tienen el llamado de leer la Biblia, como su libro sagrado, pero a la vez, leer todo tipo de conocimiento y poder diferenciar el conocimiento bueno del conocimiento malo, y en consecuencia mantener consigo ese tesoro del conocimiento bueno, el cual, siempre ha venido de Dios. Pues, Santiago escribió: «Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto,, del Padre de las luces»… Stgo. 1: 18a.
La escuela pública, los institutos y las universidades son frutos en gran medida del cristianismo. Los primeros, como forma de dar a conocer las verdades del evangelio, de que Dios estaba salvando al ser humano, a través de Jesucristo. La segunda, fruto de dar a conocer el conocimiento profundo de las cosas. De ahí que, muchos colegios y universidades son propiedad de iglesias, que lamentablemente se han convertidos más en fuente de ganancia, que cumplir el rol primario.
Es de lamentar, que las teorías materialistas y filosóficas, como huecas sutilezas del mundo, son las que dominan al mundo intelectual. En el pasado siglo, hubo décadas en que se ridiculizaba a los que profesaban la fe en Cristo, por eso, muchos jóvenes cristianos perdieron la fe. Un gran descuido fue abandonar la instrucción a todo nivel del cristianismo a los seguidores, volvamos al principio: Leer, leer y leer.
No hay tiempo que perder, más hay que aprovechar bien el tiempo, una excelente lectura de la Biblia, puede ayudarle grandemente en su vida. Los países que están viviendo una crisis global, deben recurrir a la lectura como forma de educar y transformarse.
A las iglesias se les escribió en el libro de Apocalipsis: «Bienaventurado el que lee, y los que oyen las palabras de esta profecía, y guardan las cosas en ella escritas; porque el tiempo está cerca» Apoc. 1:3.
jpm-am
Excelente artículo…usted dio en el clavo la lectura puede conducirlo a la vida eterna según Juan 17.3