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Imaginaciones del oficialismo
Es sorprendente que el presidente-candidato a la presidencia de la República Dominicana para el período 2016-2020 no obstante estar ejerciendo las funciones de primer mandatario de la nación esté ofreciendo villas y castillas al electorado dominicano cuando su gobierno ha sido incapaz de resolver las necesidades más perentorias de la población más necesitada.
Desde que asumió las funciones públicas de presidente de la República el 16 de agosto de 2012 ha estado yendo de un lugar a otro ofreciendo y ofreciendo obras y financiamientos que no ha podido honrar, con las cuales ha mantenido dormido a muchos dominicanos incautos que por falta de escolaridad, cultura financiera y habilidades para conocer al cojo sentado y al ciego durmiendo, se ha dejado embaucar.
Hoy a más de tres años de gestión administrativa de la cosa pública no puede exhibir ningún logro concreto-real a favor de las grandes mayorías que no sean quimeras, fábulas y propuestas sin fundamentos.
Al ser escogido como candidato a la presidencia nueva vez por su partido de la Liberación Dominicana (PLD), el señor Danilo Medina, ofrece obras y realizaciones como si no fuera el presidente del país, como si se tratara de un dominicano que no tiene el poder para llevar a cabo muchas de las cosas de la que hoy ofrece como candidato.
Ofrece la construcción de más de 66,000 viviendas en un nuevo mandato, ofrece terminar con los apagones o black out, ofrece sacar un sinnúmero de dominicanos de la extrema pobreza, entre otras cosas fabulosas.
Pero nada nuevo, las mismas ofertas que ofreció hace tres años ejecutar y las nuevas son ofertas fantásticas e irrealizables, que él sabe no podrá cumplir y todo para granjearse el favor del electorado.
Ahora como sabe que no disfruta del apoyo total del empresariado trata de hacerse el gracioso, invitando al sector privado para que participe invirtiendo en las plantas a carbón de Catalina.
En el plano económico y financiero no ofrece nada nuevo que no sea mantener un supuesto crecimiento en base a nuevos endeudamientos para financiar los interminables déficits presupuestales.
Crear nuevos empleos sin estimular al sector privado a través de la disminución de los altos costos de la energía eléctrica, los impuestos, los combustibles. Todo igual, nada nuevo y así busca nueva vez el favor de la población.
Y qué decir de la inseguridad, la delincuencia, la corrupción y el tráfico de influencia. ¿Que propone para sacar al país de dichos flagelos que carcomen los cimientos mismos de la sociedad, nada, solo que quiere cuatro años más como un predestinado o mesías para supuestamente dar respuestas a las necesidades más urgentes de los dominicanos más vulnerables.
Sus acólitos y funcionarios solo repiten una y otra vez que el presidente se merece cuatro años más, y no dicen que quienes quieren seguir en el poder son ellos para continuar montado en el palo, disfrutando de las mieles del poder.
Es muy bueno disponer de todas las facilidades que ofrece el administrar a sus antojos el presupuesto de la nación sin que nadie le trace pautas, usando los tributos que pagan los contribuyentes a manos libres.
La población dominicana muestra agotamiento y frustración ante tantas promesas incumplidas por unas autoridades que lo único que hacen es servirse del poder. ¿Para qué cuatro años más de escándalos, poca tolerancia y mal manejo del erario.
Todos los extremos cansan, pues los actuales funcionarios de casi quince años en el poder ya no saben qué hacer con los capitales acumulados, muchos de ellos han envejecido en sus cargos y otros deseosos de disfrutar lo acumulado desean en su fuero interno que haya un cambio ya que su creatividad se ha agotado, repiten lo mismo en sus funciones, todo lo hacen de forma rutinaria.
Ha llegado el momento de que la República Dominicana experimente un cambio como lo han hecho recientemente otras naciones del continente americano. Todo cansa, hasta la belleza cansa.
El pueblo dominicano tiene el próximo 15 de mayo de 2016 la oportunidad de darse un nuevo gobierno, que fomente la democracia y acabe con el despilfarro presupuestario, la corrupción, la inequidad, las injusticias y evite el desarrollo de los rasgos de una incipiente dictadura.