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Constatar en la escena del crimen
La inspección de lugares del crimen, que da al que dirige la investigación la primera idea un poco neta de los hechos, así como las pruebas que se recogen, presentan una importancia capital para la instrucción del asunto.
Esa inspección de los lugares se impone en los casos de homicidio, robo, presunción de incendio voluntario y de accidente grave de tránsito; también puede ser útil en muchos otros casos.
Las disposiciones para dicha inspección son las siguientes: disponer in situ de fuerzas auxiliares (para prohibir el acceso del lugar, transmitir mensajes, etc.), proveerse de un equipo técnico apropiado y hacerse acompañar de expertos y de técnicos de la policía necesarios: fotógrafos y cuidadores de perros, mecanógrafos (por robos y asesinatos dentro de una casa), médico de la policía o médico legista, experto en incendios y experto en armas de fuego.
Para evitar en la medida de lo posible el menor cambio en la escena del crimen, es necesario seguidamente bloquear el acceso de la policía; cuando las instalaciones están al aire libre, se debe proporcionar un campo bastante amplio.
Todos los miembros de las fuerzas de seguridad que tienen conocimiento del crimen deben ordenar esta medida. Es necesario dirigirla por teléfono antes de la llegada de la comisión, si ya no ha sido hecho; es preciso al mismo tiempo prohibir que se toque ningún objeto.
Al llegar la comisión debe verificar si, ha habido modificaciones y cuales desde el momento del crimen (por ejemplo si el cadáver ha sido cambiado de lugar por aquel que lo ha descubierto primero para asegurarse que la víctima fue ciertamente muerta). Es solamente cuando la víctima está todavía viva que es puntual comenzar por darle los primeros auxilios antes de propagar la prohibición de acercarse y de tocar algo.
Los miembros de la comisión deben evitar producir nuevas huellas si no son totalmente necesarias. Todos los miembros de dicha comisión deberán tomar el mismo camino para ir sobre la escena del crimen, camino que debe mencionarse en el acta.
La fotografía de las esferas en todas sus partes tiene la ventaja de fijar detalles aparentes accesorios que no son descritos al momento de la inspección, pero pueden revestir una gran importancia. Para tomar fotografías de alto ángulo de objetos en el suelo (por ejemplo, el cadáver), se utiliza un soporte que permite que la cámara funcione de modo que el objetivo apunta verticalmente hacia el suelo.
Es necesario fotografiar a parte las huellas sobre las paredes, las puertas, los grandes objetos mobiliario, etc. (huellas de sangre, de fractura, huellas de humo y de combustión en los incendios, etc.), así como las heridas externas sobre un cadáver.
Luego, se interroga a las personas presentes sobre cómo descubrieron el crimen y se recogen sus otras posibles observaciones, y se colocan en un lugar seguro las huellas que puedan provenir del culpable, así como las huellas de las manos.
Huellas formadas por objetos olvidados (armas, casquillos de bala desgastados, proyectiles perdidos que se pueden descubrir en las paredes o en los muebles, ropa del culpable, excrementos, etc.).
Cualquier cosa que se encuentre en el cadáver, en sus bolsillos o en su cuerpo (joyas). Después del primer reconocimiento médico, el cuerpo será transportado al Instituto para la autopsia.
Un arma de fuego debe ser entregada, en la escena del crimen, a un experto (quien la descarga, examinará el estado del pestillo de seguridad si el rifle está amartillado – que a menudo no se puede ver – notará los signos de la última vez que se utilizó, desapareció, etc.), a menos que la persona que lidera la investigación tenga los conocimientos técnicos necesarios.
jpm-am