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Roberto Cavada
Causó malestar y una andanada de críticas recientes, que el conductor del noticiario de Tele sistema Canal 11, periodista cubano naturalizado como dominicano Roberto Cavada; llamara “animal” a un técnico de esa televisora.
Luego del revuelo por el irrespeto a un joven que opera el Teleprónter (mecanismo que consiste en rodar las letras acorde con la lectura, a distancia, de noticias o discursos); Cavada, pidió perdón públicamente por el exabrupto. Incluso dijo que su labor como presentador de noticias, la ponía disposición de la administración de la planta televisiva.
Pero pese a ese desliz por un nimio error; siendo justos, podemos decir que su conducción ha revolucionado los noticiarios televisivos. Su espacio es relajado. No es cansón, ni monótono y, por si fuera poco, ha dado paso a periodistas bisoños como es el caso de Darwin Muñoz, quien se quejó de los salarios “cebollas” en las filas de la Policía Nacional.
Sin dejar de condenar su actitud queremos significar que, por lo menos pidió disculpas. En los medios televisivos siempre se ha abusado de los técnicos y de humildes periodistas que no son tan “simpáticos” con administradores y ejecutivos. La diferencia en el caso Cavada fue que los televidentes se enteraron porque dio el “boche” estando el noticiario en el aire.
Trabajando como periodista de planta de la televisora Tele Antillas en los años 80, fuimos testigos de varios abusos. Incluso, en cierta ocasión un engreído locutor de noticias que tiene un apellido que da “pena” (¿?), pariente político del propietario de ese canal, quiso burlarse del que escribe diciéndole en forma despectiva que tenía “cara de billetero”.
La respuesta inmediata fue ripostar diciendo que no teníamos “cara de pájaro” (homosexual). Aparento no oír, o se hizo el desentendido.
Siempre ha habido desplantes e irrespeto contra los técnicos, camarógrafos, otros auxiliares, y periodistas “rebeldes” que no son ancilares. Y, lamentablemente las humillaciones también provienen de otros veteranos periodistas que, sin ostentar cargos trascendentes, siempre penetran a las oficinas de los ejecutivos y directores. Son lambones, delatores, y cabilderos.
Algunos de éstos son los mismos que, por corrupción, coimas, prebendas y clientelismos en beneficio de “líderes” políticos que han saqueado al pueblo dominicano, hoy, poseen lujosas residencias y son multimillonarios.
of-am