He titulado este humilde artículo, con la frase que una vez dijera el matemático y físico griego Arquímedes de Siracusa, cuando descubrió al sumergirse en una bañera que, el volumen de agua que subía era igual al volumen de la masa corporal que se sumergía. Ese descubrimiento lo motivó a salir eufórico corriendo desnudo por las calles de Grecia exclamand !Eureka! !Eureka!, lo cual traducido del griego significa: !lo he descubierto!, !lo he descubierto! La referida expresión me vino a la memoria, porque hace tan solo unos días, el inefable y dictador cubano Fidel (Hipólito) Alejandro Castro Ruz, le ha pasado una experiencia similar, obviamente, guardando el tiempo, la distancia y la razón de la exclamación. En unas declaraciones escritas aparecidas en su columna «Reflexiones», las cuales se publicaron en el diario «Granma,» único medio informativo cubano (!vaya libertad de prensa!), y divulgadas por varios medios informativos internacionales, entre ellos, el periódico digital dominicano «El Nuevo Diario» d/f 22 de julio 2014, el tiranosaurio cubano escribió lo siguiente : «Rusia y China son los dos países llamados a encabezar un nuevo mundo que permitiría la supervivencia humana si el imperialismo no desata antes una criminal y exterminadora guerra». Y más adelante, continuó escribiendo el sátrapa cuban «Esas dos naciones se inspiraron en las «utopías» de Marx y Lenín». Más luego, el mitómano opresor cubano prosiguió escribiend «Recuerdo como la URSS, el bloque socialista, China y Corea del Norte ayudaron a Cuba a «resistir» con suministros esenciales y armas, el «bloqueo» económico implacable de los Estados Unidos». Como podemos ver, Fidel (Hipólito) Alejandro Castro Ruz no deja de ser un perenne mentiroso y un manipulador de la verdad a pesar de estar ya pisando las puertas del averno. Vamos por parte a desenmascararlo. Pero, antes de exponer mis criterios al respecto, veamos lo que nos dice el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, en torno al significado de la palabra «utopía». Dice así: «Plan, proyecto, doctrina o sistema optimista que aparece como irrealizable en el momento de su realización». Las mentiras y el cinismo histórico de Fidel Castr Al parecer con estas declaraciones, Fidel Castro vino ahora, después de 87 años de edad y 55 de mantener una dictadura en la patria de José Martí, a entender y asimilar que lo que plantearon Marx y Lenín era una mera utopía, un proyecto inviable, inútil e idealista. Que por esas falacias y por él mismo haberlas llevado a la práctica en Cuba, miles de jóvenes perdieron la vida en diversos países de la américa latina y el pueblo cubano ha vivido esclavizado mas de medio siglo. Surgieron muchas guerrillas urbanas y rurales que cobraron muchas vidas creyendo esas mentiras y se crearon farsas expectativas políticas en una generación que se ilusionó con su llamada «revolución cubana» . De igual manera, provocó un éxodo masivo de cubanos huyendo al terror implantado y al haber perdido lo más preciado del hombre: su libertad. Lo que éste criminal y megalómano dictador vino a entender ahora, yo lo había entendido en mi adolescencia. Pero, qué podría haber motivado a este genocida haber hecho esa catarsis política ahora? Como bien ya hemos visto en los diarios internacionales y nacionales, recientemente visitaron a Cuba y otras naciones, el presidente de Rusia Vladímir Vladímirovich Putin y el dictador Xi Jinping de la República Popular China. Obviamente, Castro como buen arribista y oportunista que siempre ha sido, tenía que volcarse en elogios para estos dos gobernantes que antes lo ayudaron a que su fracasada revolución que no cumplió con los cambio económicos prometidos, tuviera a flote. Era lo menos que podía hacer, sobre todo, cuando Putín le acaba de saldar la deuda de US$35,000 millones de dólares que salieron del erario y de los bolsillos de los rusos. Su revolución no ha sido más que una garrapata política que ha podido subsistir pegada al erario de otras naciones. Lo mismo ha pasado con China que lo hizo como él mismo admitió y que ahora espera invertir de nuevo en la isla, siguiendo con sus proyectos expansionista del gigante asiático en la américa latina y el caribe. Y con Venezuela, ya eso es noticia vieja: está succionando mil galones de petróleo diario gratis y parte de ellos lo revende como se ha denunciado. Esto sin contar el «guiso» que significan los llamado «médicos cubanos y sus «misiones». El solo hecho de admitir que sin sus aliados de la «Guerra Fría» no hubiera podido su revolución resistir, demuestra que la misma ha sido posible sostenerse siempre con el soporte foráneo, lo que devela que su tan cacareada «independencia y soberanía» ha sido un mito y que su revolución no llenó las espectativas que habían generado. Por otro lado, es totalmente falso que Cuba haya tenido un «bloqueo económico» por parte de los Estados Unidos. Esto es bien fácil de explicarse y para ello vamos de nuevo a recurrir al diccionario para definir el término y su no aplicación en la praxis en el caso cubano. El diccionario define el término 'bloqueo» com «Acción y efecto de bloquear que se hace con fuerzas marítimas suficiente para cortar las comunicaciones, los suministros, información o ayuda». Si el propio Castro dice que: «Gracias a las naciones socialistas pudieron resistir el 'bloqueo» por haberles suministrado alimentos, armas y cosas esenciales», entonces se deduce que nunca ha existido como hasta ahora ningún bloqueo. Tampoco hubieran podido llegar los buques lleno de galones de petróleo gratis que les regala Venezuela. Sencillamente, Fidel es un mentiroso de marca mayor y un manipulador de las palabras. Hay que entender algo bien clar bloqueo y embargo no es lo mismo ni sus resultados son iguales. Lo que Fidel Castro debería escribir en sus «Reflexiones», es reconocer que si China ha logrado su vertiginoso desarrollo y Rusia sigue su marcado ascenso en ese sentido, es porque sus dirigentes entendieron que el «marxismo-leninismo» como método político económico no les sirvió para nada como tampoco le ha servido a Cuba y que él (Castro) se empecina en mantener por ser un hombre malévolo, egoísta, cruel y no sufrir las escasez a que ha mantenido al pueblo cubano. Fidel y su «preocupación» por un holocausto mundial : El cinismo de Fidel Castro no tienen parangón en la historia de la política mundial. Si Niccoló Machiavelli resucitara, éste último sería un niño de teta al lado del cubano. Ahora resulta que el sátrapa cubano, que ha subyugado a un pueblo durante 55 años bajo una férrea dictadura, desde hace algunos meses, se ha estado «preocupando» porque las contiendas políticas a nivel mundial puedan generar en una tercera conflagración y, obviamente, el mayor culpable lo sería los Estados Unidos, tal y como lo escribió en sus «Reflexiones». Fue lo que me motivó a escribir este modesto artículo. Pero, por suerte, la historia siempre registra la conducta de los líderes para pasarles cuenta cuando tratan de engañar a los demás. Si hay un ente político en la historia moderna y que después de finalizar la 2da. Guerra Mundial puso al planeta al borde de una confrontación ya a nivel nuclear entre los Estados Unidos y la ex Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), fue el mismo Fidel (Hipólito) Alejandro Castro Ruz, cuando en sus maquinaciones diabólicas prestó el territorio cubano para que la URSS instalara allí misiles nucleares apuntando hacia el territorio norteamericano. Fue la llamada «Crisis de los Misiles» de octubre del 1962. La historia no registra a nadie más en tan singular hazaña perversa. En consecuencia, yo me pregunto : ahora ya en los estertores de tu malvada existencia, vienes a privar en humanista y preocupado por el mundo ? Cuanta razón tuvo Abraham Lincoln cuando escribió: «Se puede engañar a algunos todo el tiempo y a todos algún tiempo, pero no se puede engañar a todos todo el tiempo»

Un girondino era un miembro de un grupo politico moderado y federalista de la Asamblea Nacional durante la Revolución Francesa llamado “de los girondinos”. El grupo estaba compuesto de 175 diputados de los 749 que conformaban la Asamblea de la Convención y gobernaron durante el año 1792 y 1793. Se les llamó así porque la mayoría de sus miembros más prominentes procedían de la región de la Gironda (departamento situado en el sudoeste del país, Francia). Eran intelectuales de la rica burguesía del mundo de los negocios (manufacturas, puertos, etc.). Acusados por los jacobinos de conspirar contra la unidad de la República, sus dirigentes más destacados fueron guillotinados por orden de Robespierre. Por su lado, los jacobinos fueron una organización política también, durante la Revolución Francesa. Reinaban más preponderantemente durante la Convención Nacional, consolidando el poder en el Comité de Seguridad Pública con líderes como Maximiliano Robespierre. Tenían una visión radicalista del gobierno y la sociedad, y ayudaron a la Revolución a protegerse a sí misma de fuerzas exteriores, invasiones y amenazas propias de los contrarrevolucionarios. El Club Jacobino fue formado primero durante los Estados Generales de 1789 por un grupo de diputados de Bretaña,( región administrativa del noroeste de Francia). Mientras la Revolución francesa entraba a su albor, los Jacobinos esparcieron su membrecía e influencia de poder. En 1791, había 152 capítulos asociados a través de Francia. Ese mismo año, mientras los jacobinos se volvían mas radicalizados, muchos miembros moderados se desalentaron por la dirección del Club y abandonaron sus cargos. Esto permitió a los miembros de izquierda consolidar su poder. Tomando un gran poder en la Convención Nacional, los jacobinos despojaron exitosamente la dirección del partido girondino y tomaron control del Comité de Seguridad Pública, el organismo ejecutivo de la Convención. Con el poder del Comité, el Club Jacobino lanzó una campaña el 5 de septiembre de 1793, conocida como el reino del Terror, con la decapitación de miles de realistas y contrarrevolucionarios. Después de un año de terror, la Reacción llevó un rápido final al control jacobino y tomó el liderazgo del club. Muchos personajes destacados de la Revolución Francesa fueron miembros del Club Jacobino, la mayoría finalizaron ejecutados durante el Terror o después. Maximiliano Robespierre lideró el Comité de Seguridad Pública durante el reinado jacobino en la Convención Nacional. Él consolidó su poder sobre el club siendo conocido como “incorruptible”. Como abogado y estadista, Robespierre fue la figura central de la institucionalización del Reino de Terror. Para el periodo durante el Terror, los Montañeses fueron sinónimos del Club Jacobino. También conocidos como la Montaña, el grupo fue el principal elemento de liderazgo de la Convención Nacional. El Club Jacobino trabajó como un partido político moderno de muchas maneras, concretamente en el orden de una constitución y una plataforma. Los jacobinos eligieron a su líder de partido, junto con secretarios y un tesorero. Trabajaron como una organización de izquierda para empoderar a las personas con una voz durante la Revolución Francesa. Al haber sido la fuerza motriz en la transición de la Revolución, el Club Jacobino controló al gobierno francés en un momento de gran agitación política. Establecieron los derechos del ciudadano como un cuerpo en la sociedad francesa como también el crecimiento de la fuerza del gobierno central a una república de pleno derecho. Los jacobinos son conocidos por sus visiones liberales y ocasionalmente radicales del gobierno y de su lugar en la sociedad. El término se usa todavía para describir a alguien que toma una visión radical de izquierdista de una situación y empuja para una autoridad central fuerte. Responsables por la ejecución de más de 40000 franceses, los jacobinos llevaron al capítulo más sangriento en la Revolución Francesa. La iglesia Católica fue desmantelada y el viejo régimen feudal barrido a través de la deserción y la guillotina. Reclutaron un ejército de 850000 hombres, creando el ejército primordial que más tarde marcharía por Europa en las guerras Napoleónicas. Maximilien de Robespierre, se hizo abogado y frecuentó los círculos literarios y filosóficos de su ciudad en la década de 1780; sus escritos de esa época muestran la influencia de las ideas democráticas de Rousseau. Se erigió defensor de las ideas liberales y democráticas más avanzadas, proponiendo la ley de 1791 que prohibía la reelección de los diputados, con la intención de renovar radicalmente el personal politico. Promotor de la ejecución de Luis XVI y de la implantación de la República. Tras arrebatarle el poder a Danton, Robespierre se convirtió en el “hombre fuerte” de aquel Comité, secundado por Saint-Just; instauró una dictadura de hecho para salvar a la Revolución de las múltiples amenazas que se cernían sobre ella: el ataque militar de las monarquías absolutas europeas coligadas contra Francia, la amplitud de la insurrección contrarrevolucionaria en el interior (conocida como la Vandée), la quiebra de la Hacienda Pública y el empobrecimiento de las masas populares. Una coalición de diputados de diversas tendencias obtuvo de la Convención el cese y arresto de Robespierre y sus colaboradores en el Comité, en una turbulenta sesión en la que se impidió hablar a los acusados y en la que el propio Robespierre resultó herido. De nada sirvió el conato de insurrección popular que protagonizaron los sans-culottes para salvar a Robespierre, Juzgado por sus propios métodos, fue guillotinado junto con 21 de sus partidarios en la plaza de la Revolución, poniendo fin al Terror y dando paso a un periodo de reacción hacia posiciones moderadas. Por su lado, Louis Antoine Léon de Saint-Just, nacido el 25 de agosto de 1767, en Decize (Nivernais). Después de sus estudios en los Oratorianos de Soissons, se traslada a Reims para hacer la carrera de derecho junto con Brissot y Danton. Su odio al antiguo régimen fue la consecuencia, con certeza, de una carta sellada que habría obtenido du madre contra él, tras robarle algunas joyas, los cubiertos de plata y objetos de gran precio, y fugarse a París tras una aventura con la hija de un notario. De septiembre de 1786 a marzo de 1787, sería internado en un reformatorio. En 1789, publica “Organt”, un poema satírico inspirado de las obras de Maquiavelo, Rousseau y Montesquieu, que condena la monarquía y la aristocracia. El mismo año, tras una estancia en Paris, donde asistió a los comienzos de la Revolución, abandona la capital para trasladarse a Blérancourt, en Picardía, donde su familia se instala a partir de 1777. Allí se concibe su notoriedad de revolucionario intransigente: es teniente-coronel de la Guardia Nacional en julio de 1789, participa a la Fiesta de la Federación al año siguiente, escolta el carruaje del rey Luis XVI y de la Familia Real de regreso de Varennes, y se hace amigo de Maximilien de Robespierre. Elegido en septiembre de 1791 en la Asamblea Legislativa, no puede tomar posesión de su escaño por ser demasiado joven. Un año más tarde, elegido diputado del Aisne en la Convención (septiembre de 1792), Saint-Just se une a los Montañeses, sentándose al lado de Robespierre. En la Convención, Saint-Just se convierte en uno de los principales oradores de la Montaña, justo en el momento del juicio contra Luis XVI, y contra el cual daría franco recorrido a su obsesivo odio. Juega un importante papel en la redacción de la Constitución de 1793, y en la lucha que oponen los montañeses a los Girondinos. Incluido en el Comité de Salud Pública, se convierte en el delegado de sus cofrades ante la Convención. Del 16 de octubre al 4 de enero de 1794, dicho personaje se incorpora al Ejercito del Rhin. Allí es encargado de restablecer la disciplina, como comandante en jefe, rehusando cualquier tipo de negociación con Austria, tomando Bitche y liberando Landau. El 9 thermidor,( undécimo mes del calendario republicano francés) ( se encuentra en la imposibilidad de leer el discurso que había preparado (“No soy de ningún partid los combatiré todos…”), tiene que interrumpir su monserga ante el griterío, asistiendo impasible a la ofensiva de los Convencionales de la Montaña y del resto de la asistencia contra Robespierre. Sus independientes ataduras a Robespierre, le conducirán a la guillotina. Inquietada de los aludes del Terror, la Convención ordena su arresto junto con Robespierre. Ambos son ejecutados el 28 de julio de 1794, hace precisamente 220 años en la actualidad, luego de ser jefes de horca y cuchillo de la Revolución francesa.