OPINION: Otros «pinches» de teléfonos

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El autor es periodista. Reside en Santo Domingo

A propósito del tema en boga, podría confirmar que en República Dominicana se intervienen los teléfonos (“pinchan”), hasta a la distancia, vale decir, con telefonemas realizados desde Estados Unidos.

Debo aclarar que no tengo teléfono inteligente; mucho menos estoy atrapado por el consumismo ni tengo conocimientos nanotecnológicos. Es decir, llamó a Santo Domingo desde un teléfono corriente con una tarjeta que, regularmente, obtengo por dos dólares.
 
Dado estos detalles, debo revelar que en una ocasión llamé a una persona que trabaja en una institución del Estado, y tras iniciar la conversación la llamada se cayó; pero sorprendentemente, oí en dos repeticiones lo que me dijo cuándo le llamé. En otras palabras, la grabación del saludo y las mismas palabras restantes de quien respondía mi llamada.
 
Simple, en Santo Domingo, se grabó la conversación tan pronto ella tomó el aparato. Esa persona y otras consultadas al respecto, me dijeron que eso ocurre cuando el teléfono está intervenido (pinchado). Debo precisar que tras esa interceptación telefónica, oía la grabación de esa persona, no la mía.
 
Y sucede que a los pocos días, a un hijo de esa persona que vive en el exterior, también le ocurrió lo mismo. Se le cayó su llamada, y luego oyó la grabación y la misma respuesta que había recibido antes; es decir, como aconteció en mi caso.
 
Esto sucede al margen de los organizadores de la marcha verde, a propósito del desliz del ministro de Interior y Policía, Carlos Amarante Baret, a quien parece se le “chispoteó” el decir que sabía lo que hablaban por teléfono los que conversaban los protagonistas de ese movimiento, sobre presuntas intenciones de desestabilizar al gobierno.
 
Se deduce que, no sólo se monitorea a los que dirigen las marchas y actos verdes, sino que son hasta “pinchados” los teléfonos de los que trabajan en el gobierno; no sabemos qué sector peledeísta hace estas operaciones, ni por qué ni con qué intenciones.
 
Pero al margen de todo esto tal parece que, el que está inestable desde hace algún tiempo es Amarante Baret, quien, en otro país, habría sido amonestado o destituido de sus funciones. 
 
El ministro de Interior y Policía debería, por lo menos tomarse un reposo; estudiar y practicar detenidamente como frenar su incontinencia verbal que lo hace lucir desesperado  hasta el extremo de chispoteársele (meter la pata) con cualquier argumento, y no precisamente por “estupideces” similares a las del Chavo del 8.
jpm
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