Miguel Vargas debe decidir pronto

No hay mucho tiempo para adoptar esa crucial decisión de Miguel Vargas, aún estimando que faltan 28 meses para ese evento cívico, tiempo en que él tiene que entender que debe aplicarlo a estructurar el PRD que preside y lidera, y organizar las bases provinciales para conducirlos a la jornada electoral.
El tiempo en política discurre deprisa, rueda como agua en el cuenco de las manos, y precisa aprovecharlo y administrarlo al máximo, y evitar el lamento pueril de que los sombreros llegaron cuando no haya cabezas donde ponerlos.
Miguel Vargas debe estar consciente de todo lo expuesto, que aunque suena a Perogrullo, no resta valor el recordarlo, además que preside la organización política de mayor permanencia y vigencia en la historia de 173 años de vida republicana, el PRD que se organizó en el exilio dominicano en 1939, en la Villa El Cano del doctor José Virgilio Mainardi Reyna, suburbios de La Habana.
El PRD que estrenó la democracia post-Trujillo y presidió en 1962 el primer gobierno democrático desde 1924.
El PRD que lideró una guerra por restaurar los principios democráticos y restaurar el gobierno constitucional del presidente Juan Bosch, derrocado por el conjuro de los más espurios intereses mezquinos y enanos, escorias de la República.
El PRD que instauró la convivencia social, el respeto ciudadano y garantía a los políticos en el gobierno del presidente Antonio Guzmán, aboliendo para siempre los crímenes políticos, los políticos presos y los políticos desterrados.
Miguel Vargas debe decidir, pronto, si prosigue como bisagra, o decantarse por honrar las grandes glorias del PRD.

JPM