Mi papá y el mango Mingolo

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La autora es educadora. Reside en Santo Domingo

Por JOSELYN CALDERON

Mi padre nació en 1923 en Villa Sombrero, Baní, en la provincia Peravia; su nombre era Domingo Antonio Calderón Díaz pero desde muy pequeño fue apodado Mingolo imagino que por su diminuto tamaño y para diferenciarlo de su padre quien tenía el mismo nombre y, al igual que todos los Domingo en República Dominicana, le decían Mingo.

Emigró a la Capital en la década de los años 40 de la mano de su hermano Tino a trabajar en colmados, o como le decíamos en esos años, pulpería, pero siempre acariciaba el sueño de volver a su natal Sombrero, y así que a medida que trabajaba y sus negocios se volvieron más prósperos, se dedicó a comprar “de a poco” las tierras que pertenecieron a sus padres y que sus hermanos y él habían recibido como herencia.

Con los conocimientos de agricultura obtenidos en su infancia y la experiencia adquirida por la tradición familiar para la siembra y cultivo, mi padre plantaba semillas de frutos variados en las tierras fértiles irrigadas por la “rigola” que atravesaba nuestra propiedad. Recuerdo a mi papá viajando semanalmente a Sombrero en la guagua de transporte público de Bani, allí disfrutaba del campo y de los familiares que vivían y algunos todavía viven en esta laboriosa comunidad; emprendía el entonces “largo” viaje acompañado solo por un pequeño bulto donde guardaba un diminuto cuchillo y algunas pertenencias…”feliz como aquel hombre que no tenía camisa”.

Su fiel colaborador Juan Lola recuerda las largas jornadas bajo el candente sol y el amor con que mi padre trabajaba la tierra en su natal Villa Sombrero y vivió junto a él la experiencia de encontrar en la pequeña finca un árbol de mango bronco -que en el argot de los sureños es un mango silvestre- no identificado, del cual degustaron su delicioso fruto en innumerables ocasiones.

Juan sospecha que dicho árbol estaba plantado allí al momento de papá Domingo, o abuelito como solíamos llamar al tronco de la familia Calderón Díaz, ocupara esas tierras a principios del siglo pasado cuando emigró al país procedente de las Islas Canarias.

Este frondoso árbol de gran sombra, que aún permanece en pie y regalando frutos, en el año 1981 dio una cosecha récord de más de 500 unidades, de las cuales mi padre empacó en un cajón más de trescientas y trasladó a su pulpería de la calle Sánchez esquina Arzobispo Portes de Ciudad Nueva en Santo Domingo, con el interés de comercializarlos.

Mango Mingolo

El producto fue un éxito inmediato, los vecinos y clientes se disputaban el preciado fruto de la naturaleza y muy rápidamente asimilaron su sabor, textura y forma, y en lo sucesivo esperaban con ansias los envíos desde Sombrero.

Viendo mi papá que ninguno de sus clientes identificaba la variedad del mango con algunas de las ya conocidas para la época, le comentó a Martín Rojas, joven vecino a quien quería y trataba
como hijo, que tenía ese mango en su finca que nadie parecía conocer, por lo cual lo bautizaría como Mango Mingolo.

Juan Lola desarrolló viveros en Villa Sombrero produciendo en el solar del prominente compueblano Don Arsenio Pimentel entre 12 y 14 mil plantas al año para vender y que han servido para convertir esta gran variedad en el más importante producto de exportación de la región, siendo mi padre Domingo Calderón Díaz el principal promotor del Mango Mingolo en esta humilde y trabajadora comunidad del Sur del país

jpm-am.

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Cultura
Cultura
11 meses hace

su querido padre hizo lo mismo que el famoso pintor español velÁzquez cuando el rey de españa le encargó pintar sus niñas,velazquez pinto el famoso cuadro las meninas,pero delante de las hijitas del rey,se pintó el mismo.don mingolo,el descendiente de españoles/ su padre,al sabroso y poco común mango,le puso su propio nombre.

Hi Camilo
Hi Camilo
11 meses hace

me encanto el relato, una muestra que cuando se quiere se puede, la mano laboriosa llevó a reproducir esa variedad, ya sabemos el origen del nombre de ese mango que además del sabor, se enferma poco.

Nelson Perez
Nelson Perez
11 meses hace

sra. joselynme da mucho gusta leer su escrito, que nos da la excelsa gratitud de saber que nuestro país tenemos personas de valía. soy parco al expresarme, pero no quise pasar desapercibidad esta ocasión, para decirle que me gusta mucho las personas de buen vivir. gracias.

Daniel Tejada
Daniel Tejada
11 meses hace

su relato es una descripción precisa del espíritu laborioso y emprendedor del banilejo. una pena las cenizas cancerígenas de punta catalina con el tiempo irán aniquilando nuestro mayor patrimonio agrícola banilejo: el mango.

vellon
vellon
11 meses hace

ese es para mi ,el mejor mango que me he comido en cualquier parte del mundo,pero debe cuidarse que no se venda a mas 10 pesos o 15 la unidad.

manuel escano
manuel escano
11 meses hace

mis felicitaciones por tan edificante trabajo. ahora los dominicanos y mas alla sabemos el origen del nombre de esa variedad de mangos.

Clara Guerra
Clara Guerra
11 meses hace

qué bonito relato.

pedrito alonzo
pedrito alonzo
11 meses hace

excelente escrito, por lo menos ya se porque le llaman mingolo a esta sabrosa variedad de mango.

Angel
Angel
11 meses hace

gracias por sus informaciones muy valerosa y apreciada.