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Leo Hernández -La Pipigua-
A diario los seres humanos enaltecemos figuras destacadas en diferentes ámbitos de la sociedad, lo que a veces no sabemos es que detrás de esas figuras hay otras que se quedan en el anonimato o simplemente pasan desapercibida porque su trabajo a veces es tan silencioso y eficaz como el de las hormigas. Una de estas hormigas, sin que el calificativo ofenda su memoria, fue Leo Hernández de La Rosa (QPD).
Son muchos los personajes de la vida política dominicana que deben los aciertos en su carrera al periodista Leo Hernández, entre ellos: ministros, congresistas y otros incumbentes de entidades gubernamentales, también, colegas que deben parte de su carrera y logros profesionales; yo soy el primero en levantar mi mano, pues, aunque egresado de la universidad de Miami, fue Leo quien me formó como periodista.
Leo, sin temor a equivocarme, fue el único en tener en su cartera de clientes a políticos de los tres principales partidos dominicano a la vez: PLD, PRD y PRSC, y algunos integrantes de partidos minoritarios también buscaban asesoría de Leo, sin que esto le impidiera realizar un trabajo muy profesional con cada uno de ellos.
En lo personal Leo Hernández fue un ser humano maravilloso, amante de su familia; recuerdo a doña Chicha su madre y su padre, a quienes él cuidó personalmente hasta que ambos fallecieron, fue amante de sus hijos, también, fue amigo de sus amigos; son muchas las cualidades que tuvo por lo que gozaba de gran aprecio de quienes lo trabamos de cerca.
El apodo de “La Pipigua”, muchos dicen que fue Juan Boch, que se lo colocó, pero en realidad, y como él mismo nos contará, este alias nace en los años que cursaba la escuela primaria para diferenciarlo de un compañero que también llevaba por nombre Leo y que fue la profesora que por su tamaño lo nombró Leo la Pipigua.
Quienes tuvimos la dicha de trabajar muy de cerca con él, pudimos aprender de uno de los mejores periodista y estratega político del país. Fue uno de los hombres más informados de todo el acontecer nacional y manejó informaciones muy sensibles por lo que en muchas ocasiones al deleitarnos con anécdotas nos decía -hasta ahí Vacano, lo demás es Top Secret-.
De algo estoy seguro y es que, con la partida tan temprana de Leo Hernández, también con él partió información que muchos se alegran de que no llegara a publicar, secretos que el guardaba muy celosamente y que en algún momento pensaba plasmar en un libro memoria.