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La Política y el Narco
El Clan del Golfo o Clan Usuga es una organización paramilitar colombiana que surgió a mediados del 2006, su origen lo podemos ubicar en el desprendimiento de otro grupo paramilitar colombiano llamado Los Ubareños, dirigido por uno de los capos más temibles luego de la muerte de Pablo Escobar llamado Vicente Castaños, quien en el 2006 se separó del proceso de desmovilización de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), rearmando en dos grupos su arsenal militar con dos de sus tenientes, me refiero a Ever Veloza García Alias HH, y Daniel Rendón Herrera alias Don Mario.
La DEA en uno de sus informes plantea que ésta organización criminal ha provocado daños innumerables a Colombia y EEUU, tanto así, que en mayo pasado en un operativo antidrogas dirigido por la DEA, fue capturado uno de sus principales líderes, el Sr. Gustavo Adolfo Alvares, alias Tavo, a quien se le acusa de recibir instrucciones directas del líder de la organización Otoniel Usuga, y ser el articulador de múltiples envíos de cocaína desde las costas de Córdoba, Sucre, Bolívar, Atlántico, Magdalena y La Guajira hacia Estados Unidos y países de Europa y Centroamérica.
Pero para llegar al Clan Usuga proponemos situarnos en los inicios de la política antidrogas de los gobiernos de Virgilio Barco, Belisario Betancourt, Cesar Gaviria y Ernesto Samper, examinando el financiamiento de las campañas presidenciales por parte de organizaciones criminales colomabianas, las cuales se disputaban el mercado de envío de toneladas de cocaína hacia los Estados Unidos.
Pablo Escobar, el más recio narcotraficante del grupo de los viejos tiempos, le declaró la guerra a los varios de esos gobiernos, al mismo tiempo que se abrió frente contra la mayoría de los capos colombianos, situación aprovechada por el presidente Cesar Gaviria cometiendo un grave error.
Colombia estaba asediada por los constantes atentados, asesinatos de civiles y policías que por años fueron dirigidos por el cartel de Medellín en su lucha contra el Cartel de Cali y otras organizaciones enemigas de Pablo Escobar, pero la clase política colombiana con el simple propósito de eliminar a Pablo, le dio amplios poderes a los PEPES,(Perseguidos por Pablo Escobar) grupo enemigo de Pablo pero que todos eran narcotraficantes, situación ignorada por el gobierno de Gaviria.
El Gobierno Colombiano no previó que de ese pacto con los PEPES surgirían la temibles Autodefensas Unidas de Colombia, AUC, dirigida por los hermanos Fidel, Carlos y Vicente Castaños, que asumiría el control de la Oficina de Envigado el temible Don Diego Murillo Bejarano, Alias Don Berna, ex miembro de los PEPES (Hoy extraditado a EEUU), y el poderoso Clan Henao que también formaba parte de los PEPES, pasarían a controlar todo el Cartel del Norte del Valle del Cauca, para cada uno por su parte, enviar toneladas de cocaína a Estados Unidos y Europa.
Cuando se hace caso omiso a las constantes advertencias de que la política y el narcotráfico son como el agua y el aceite, situaciones como las que pasan en Colombia pueden repetirse en países como el nuestro, institucionalizar el narcotráfico desde un partido es muy peligroso, han pasado 26 años desde la creación de las AUC y otros grupos paramilitares gracias al pacto político entre narcos y políticos, y hoy vemos un Clan Usuga temible y más peligroso que nunca, es producto de esa relación política entre narcos y funcionarios.
Los narcotraficantes siempre intentarán buscar poder político, pero la preocupación de todo político debe ser nuestra juventud, nuestra sociedad, pero está en los políticos de una nación, en especial los de un partido que aspiran a cambiar el estados de cosas, darse cuenta de sus actores cotidianos, porque el peligro siempre acecha, siempre se esconde y si la plana de un partido se maneja como miopes aún advirtiéndoles lo que pasa alrredeor, corremos el riesgo de que cuando ese partido asuma el poder, el país se convierta en un narco estado.