Grandes cantidades de políticos desleales

La historia política dominicana tiene sus cosas. Usted encuentra en el ejercicio de la misma, colaboradores que le son fieles hasta la muerte. Casi todos los gobernantes tuvieron leales colaboradores, hasta el final de su muerte o mandato.

 Las actuaciones de todo ser humano deben ser sobre la base de la lealtad. Ser leal al amigo, a la familia, a la comunidad, a la empresa, al partido o agrupación política, y lo más importante, al líder de la organización o candidato; más, si éste será presidente. Sintetizando, “lealtad” a la sociedad política en general. Duarte dijo: “Mientras no se escarmienten a los traidores como se debe, los buenos dominicanos serán víctimas de sus maquinaciones”.

Existen dirigentes que, por su conducta egoísta y oportunista, actúan con deslealtad frente a sus seguidores. Estos dirigentes con sus maquinaciones se convierten en “traidores” de sus propias organizaciones políticas, así como de los movimientos sindicales.

El clientelismo en los partidos ha generado grandes cantidades de políticos desleales (traidores). En los últimos procesos sociopolíticos que se han sucedido en nuestro país. La historia recoge algunas actuaciones de colaboradores, que no tienen (aparentemente) justificaciones de sus deslealtades (traiciones).

Justifican sus acciones desleales, cuando los gobernantes, así como los líderes, que con sus actuaciones las provocan, violando los preceptos legales, la ética y la moral política;  además, de fomentar la corrupción en sentido general; pero, también  es  cierto, que los colaboradores al denunciar   los actos, deben  hacerlo en el ejercicio de sus funciones, es decir, dentro de los cargos  que detentan al momento de cometerse la infracción denunciada,  porque de lo contrario, se hacen cómplices por conveniencias.

Desde el general Santana, hasta nuestros días, la lucha por el poder es la continuada fiebre que origina la enfermedad de la “pasión desenfrenada por el continuismo en el máximo poder público”. (Luis F. Mejía, De Lilís a Trujillo).

En el año de 1879 el general Gregorio Luperón asume la dirección del gobierno provisional, al derrocar al presidente Cesáreo Guillermo, junto a Ulises Heraux (Lilís). Con Lilis, el país comienza a vivir una inestabilidad política. A Luperón le sucedió el Padre Meriño, quien se convirtiera en un dictador; luego sustituido por Francisco Gregorio Billini, al cual Lilis le hizo la vida imposible, renunciando éste, para darle paso a Alejandro Woss y Gil.

Las deslealtades políticas se fueron repitiendo hasta la llegada al poder del general Rafael L. Trujillo, quien con bastos conocimientos del pensamiento desleal (traición) del dominicano, jugó y se mantuvo durante 30 años gobernando férreamente. Algunos de sus colaboradores participaron en la conspiración para darle muerte el 30 de mayo de 1961.

La primera acción de deslealtad (traición) política después de la institucionalización de nuestro país, fue originada por el doctor Joaquín Balaguer contra Trujillo. Balaguer sabía de la conspiración para derrocar al régimen; aquí se justifica la acción. Trujillo sabía y formó parte en la conspiración para derrocar a Vásquez, pero no lo impidió, ante todo lo contrario, fue el mentor de dicha deslealtad (traición).

Juan Bosch fue víctima de las acciones desleales (traiciones), cuando fue derrocado en el año de 1963. Se comentó, que Bosch usó como pretexto la famosa “desgarrapatización” del P.R.D., para enfrentar a la izquierda con el régimen de Balaguer. La mayoría de los dirigentes de izquierda, especialmente la juventud, fueron eliminados selectivamente por los personeros del gobierno Balaguerista.

Lo mismo le sucedió al coronel Caamaño. La llegada de éste y sus compañeros de lucha, era sabida de antemano por el doctor Balaguer. Fue otra víctima más de la traición de parte de algunos compañeros de ideología. El doctor José Francisco Peña Gómez, el 13 de febrero de 1973 le envió una carta a Bosch, donde le indicaba que Caamaño estaba en el corazón de la cordillera; mientras Bosch afirmaba que la supuesta presencia del coronel Caamaño, era un plan de Balaguer y la C.I.A., para dividir al P.R.D.  ¿Por qué Bosch aceptó ser condecorado por un gobierno tan corrupto como el del doctor Balaguer?

El general Elías Wessín y Wessín y parte de sus gentes, fueron traicionados por uno de sus compañeros, que, junto a él, intentaron derrocar al régimen impopular de Balaguer. El complot, fue abortado por la denuncia de uno de sus colaboradores.

El propio Balaguer sufrió deslealtades (traiciones) de parte de algunos de sus amigos y relacionados, al abandonarlo después de la derrota sufrida en las elecciones de 1978. Muchos de ellos, llegaron a pensar que Balaguer no retornaría jamás al poder. Don Antonio Guzmán fue otra víctima de la deslealtad (traición) de sus colaboradores. Cuentan que se suicidó decepcionado por las actuaciones de algunos amigos y allegados políticos.

Con el retorno del doctor Balaguer al poder en el año de 1986, se inicia un ciclo de persecución política contra el P.R.D., a través del doctor Salvador Jorge Blanco y sus colaboradores. A Jorge Blanco, lo dejaron parcialmente sólo, y fue víctima de la deslealtad (traición) por parte de varios ex colaboradores y funcionarios de su gobierno. Su partido, estuvo casi ausente en todo el proceso judicial. A Salvador, lo dejaron solo.

Al doctor José Francisco Peña Gómez siempre le hicieron trampa en el juego político. Por las bondades de éste gran líder, muchos de sus más cercanos colaboradores y amigos, estuvieron con Dios y con el Diablo. El pacto de 1994 lo demostró ¡Se burlaron del noble Peña Gómez! Aún después de muerto, Peña fue de nuevo traicionado. Actualmente estamos observando, cómo el transfuguismo, se está convirtiendo en “deslealtad política”.

luisruiz47@gmail.com

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