Generación X dominicana: reflexiones sobre su experiencia histórica, social y cultural

La Generación X es una cohorte de personas nacidas entre mediados de los años 1960 y 1980 que ha experimentado una serie de eventos históricos, sociales y culturales comunes. En República Dominicana, esta generación ha vivido una época de profundos cambios y transformaciones que han dejado huella en su identidad y forma de pensar.

En términos tecnológicos, la Generación X fue testigo de avances significativos. Desde la aparición de equipos tecnológicos como los ordenadores hasta la transición de los casetes y videocasetes a los CD, MP3, MP4 e iPod, los dominicanos de esta generación vivieron la evolución de la tecnología de una manera sin precedentes.

Estos cambios influyeron en su forma de comunicarse, acceder a la información y disfrutar del entretenimiento. Como también es conocida como la generación Peter Pan o generación MTV, por el canal de televisión, cortinas y bajo la temperatura del fin de la Guerra Fría.

Para los dominicanos de la Generación X, el contexto histórico estuvo marcado por la figura de Joaquín Balaguer, quien gobernó el país durante gran parte de esta época. También presenciaron el florecimiento del merengue como género musical emblemático y disfrutaron de artistas icónicos como Vickiana como símbolo sexual y bajo el trago e’ lo muerto de Luis «Terror» Días, y del tiempo de Fania All-Stars, de los cocotuces, de baladas y boleros, y en la noche una telenovela. Estos elementos formaron parte de la cultura popular y contribuyeron a definir la identidad de esta generación.

En cuanto a su forma de pensar y actuar, la Generación X dominicana se caracteriza por un pensamiento posmoderno, individualista y pragmático. Tipificada como personas felices, equilibradas y activas que aprendieron a ser autosuficientes, a expresar sus emociones, sentimientos y sensaciones, y a buscar sentido y propósito en la vida, responden, como los hijos de los Baby Boomers, por heredar espíritu de independencia y adaptabilidad.

En lo que respecta a lo espiritual, la Generación X dominicana ha desarrollado creencias y prácticas propias. Influenciados por la protección de La Altagracia y la Compasión de Las Mercedes, han adoptado un enfoque individualista y relativista hacia lo trascendental. La espiritualidad holística ha ganado relevancia, buscando una conexión integral con el mundo y una búsqueda de sentido y propósito en la vida, al estilo del personaje de El Principito.

En el ámbito cultural, la Generación X dominicana fue contagiado por una amplia gama de expresiones artísticas y culturales. Como parte de la Década Perdida bajo su incertidumbre y al gozo del ritmo de la cultura pop. De lecturas clandestinas como Vagas Vila no era nada como haber visto La última tentación de Cristo cuando en los ochenta era común ver Saturday Night Fever o Flashdance, como ochenteros vivieron las olimpiadas del rock, expresión de lo pop que invadió todo, como lo fue el rock and roll que la arropó en todo el ámbito de su vida, como también la nueva trova en Casa de Teatro en la zona colonial donde vio los actos de la celebración del V Centenario del descubriendo de América con los chistes de la Escuelota y los premios Casandra, esta generación le tocó vivir el constante flujo de influencias culturales y escuchando canciones de Alex Bueno.

La música ha jugado un papel central en la vida de la Generación X dominicana. El rock, la nueva trova y el merengue han sido géneros que han acompañado y definido sus experiencias. Igual experimento una serie de eventos históricos, sociales y culturales que han dejado una profunda huella en su identidad y forma de pensar.

Como parte de la transición tecnológica, vivió cambios políticos, sociales y económicos, y como haber sido testigo de la evolución de la cultura pop en el país. La Generación X ha dejado su marca en la dominicanidad y sigue siendo una generación que ha sabido adaptarse y encontrar su lugar en un mundo en constante cambio.

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