GALICIA: Juez cita dominicano tenía relación con asesinada
GALICIA.- El juez que se ocupa de la instrucción del crimen de Sanfiz, que el fin de semana cumple medio mes, sigue la hoja de ruta. Y en ella está una persona que, en opinión de algunos expertos en cuestiones policiales, puede aportar muchos datos para llegar a conocer mejor cómo se movía la víctima e incluso Ibrahima Ndiaye, el hombre que actualmente está encarcelado en Bonxe.
Se trata de un amigo de Tatiana Vázquez, un joven de origen dominicano que niega haberse encontrado la noche del crimen con la que desde hacía unas semanas mantenía relaciones.
El secreto de sumario que mantiene el juez del caso, no permite conocer el contenido de las declaraciones que efectuó el novio cuando la policía lo interrogó poco después de que la joven apareciera muerta en el interior de un coche en un descampado del barrio de San Fiz.
De todos modos, trascendió que este testigo reiteró que la noche del asesinato no estuvo con Tatiana porque anduvo de fiesta toda la noche y para reafirmar su teoría citó el sitio concreto a donde fue de «bebedera».
La línea más certera que siguen los investigadores daría credibilidad a lo que cuenta el dominicano, entre otras razones porque pone como testigo de su noche marchosa al propietario del establecimiento en el que estuvo, en Fontiñas. Pero los datos que maneja la policía reflejan que el ahora citado a declarar sí mantuvo un contacto con Tatiana en esa noche, pero a través del teléfono como él dijo desde un primer momento. Pero no llegaron a verse porque él no estaba en condiciones.
Tatiana habría llamado a su amigo para quedar con él después de haber estado con Ibrahima y, presuntamente, mantener relaciones sexuales en la pensión.
En ese contacto sexual parece que ocurrió una incidencia que contrarió a Ibrahima por su creencia religiosa. La joven tenía la menstruación; de hecho, la pareja limpió la sangre con una toalla. Al senegalés le contrarió especialmente la situación por no ser avisado por ella puesto que muchos islamistas consideran que tener sexo durante el periodo o «maheed» es algo impuro.
Entienden quienes siguen esa corriente que lo único permitido para que un hombre satisfaga sus deseos sexuales es únicamente besar y toquetear en la intimidad, pero mejor evitar esos tocamientos entre la zona que va del ombligo hasta la rodilla.
Por el momento no se conoce si la sangre de la toalla era de la menstruación o de las cuchilladas.
Fuente: LA VOZ DE GALICIA
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