Fractura en la columna vertebral

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EL AUTOR es ingeniero Reside en Santo Domingo.

POR  EDUARDO EVERTZ

Hemos aplaudido los anuncios de la Presidencia de la República al anunciar el proyecto de República Digital como buque insignia del gobierno, porque es loable que el Estado dedique esfuerzos a mejorar la conectividad y el acceso cada vez mayor y más efectivo de la población a las tecnologías de la información.

Está demostrado que el aumento en el índice de acceso a estas tecnologías, reduciendo la brecha digital, se traduce directamente en un aumento en el Producto Interno Bruto de la nación, al otorgar oportunidades de producción a entes que hasta el momento de lograr el acceso y la conectividad a Internet, no lo tenían.

Hemos aplaudido también la construcción de una carretera digital de alta velocidad, a través de una estructura existente y aprovechando las facilidades ya construidas. Nos referimos particularmente a la Red Nacional de Fibra Óptica, desarrollada por las Empresa de Transmisión Eléctrica Dominicana (ETED), y la cual comenzará su comercialización a través de la oficina creada por el Decreto 383-18 del Poder Ejecutivo que estableció la Unidad de Negocios de Telecomunicaciones por Fibra Óptica (UNTFO), como órgano descentralizado de la ETED.

Esta oficina se ha trazado como objetivo que las empresas más pequeñas se coloquen a la altura de las grandes prestadoras de telecomunicaciones, ofreciéndoles a un precio razonable la interconexión y el acceso a la red de fibra óptica más grande existente en el país, y que alcanza los más apartados rincones del territorio nacional cubriendo zonas que, por factores de economía, las grandes prestadoras han ignorado por años.

Este acceso contribuiría a un desarrollo de nuevas redes con un costo de implementación mínimo y a las empresas ya establecidas una reducción en sus costos operativos, traduciéndose en una reducción significativa en los precios finales del acceso a Internet a los usuarios finales, es decir Internet asequible y barato para el pueblo.

Pero para lograr estas facilidades es necesario una infraestructura que permita que la información vaya desde los usuarios hasta las empresas que ofertan esos servicios y desde los servidores internacionales que nos conectan con el mundo, a los servidores nacionales, tal como se hace con los cables submarinos que nos interconectan con estos centros de información.

Para estos fines, ETED realizó una primera licitación para la adquisición de los equipos de interface,  enrutamiento y distribución de la información dentro de la gran carretera que es la Red Nacional de Fibra Óptica. Esta primera licitación fue ganada por una empresa que ofertó los mejores equipos que se presentan en el mercado para estos fines, Huawei, que por su calidad son los que utilizan las grandes prestadoras de servicios de telecomunicaciones.

Esta empresa concluyó de manera exitosa la implementación de la primera etapa con estos equipos, los cuales, como medida de seguridad -uno de sus atributos más fuertes- logrando la seguridad de la información que por sus redes se transmite, posee unos códigos de incriptación (codificación de la información) que no permiten que equipos ajenos a esta tecnología pueda accesar a estas redes.

Luego de implementada la primera etapa, se lanza la segunda. Es aquí donde queremos llamar la atención, encender las alarmas y levantar banderas de advertencia.

El país ha realizado una inversión millonaria inicialmente para dotar de los mejores equipos a la red de fibra óptica más importante de la nación, y que es propiedad del Estado.

La licitación de la segunda etapa de equipamiento de la Red Nacional de Fibra Óptica, partiendo de que hay una implementación realizada, establecía que los equipos que se ofertaran debían cumplir con el requisito primordial de la compatibilidad con los equipos existentes. Era lógico continuar con equipos de la misma calidad y eficiencia y, de ser posible, la misma marca. Esto analizado más allá del costo inicial de oferta, el costo de operación a lo largo de la vida útil de los equipos y de la red misma.

Nos ha llenado de sorpresa, por tanto, que la licitación se haya adjudicado a una empresa que ha ofertado equipos que no presentan ningún tipo de compatibilidad con los equipos existentes, por el simple hecho de ser una oferta económica menor, descartando el análisis profundo de los costos operativos a través del tiempo e ignorando lo que significa la creación de redes aisladas que, en lugar de acercar en pasos el objetivo de la UNTFO, aleja a la carrera a esta unidad de su objetivo y misión final.

Veremos, si esto se implementa definitivamente, como una gran inversión se perderá porque el acceso representaría costos irracionales, o porque no tiene sentido invertir en secciones de redes que realizándolos las propias empresas, les resultaría más rentable.

Llamemos la atención de las autoridades involucradas para que piensen de manera íntegra en el retorno de la inversión realizada, piensen en el marco de negocio establecido y evalúen de nuevo los resultados de la licitación. Podríamos así hacer uno de los  desagravios mayores que se le haya realizado al Estado.

Podríamos, de lo contrario, estar visualizando como se fractura la columna sobre la cual se debería apoyar la política estandarte del Estado en materia de tecnología, porque promueve la inclusión digital, la digitalización de los procesos del estado y la educación por medios más eficaces.

Tenemos un cuerpo bastante fuerte con una columna vertebral fraccionada. Si no lo corregimos provocará que el cuerpo no pueda mantenerse en pie y caiga estrepitosamente.

Arreglemos esto para fortalecer nuestra columna.

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