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El panorama político del domingo con miras a las elecciones generales
Sin lugar a dudas los ejecutores del dominó político dominicano conocen todas las marrullas del juego. Hay candidatos limpios y candidatos sucios. La época de ayer fue una época ideológica; hoy es una época marcada por el interés del dinero y los intereses creados.
La lucha de los pueblos es algo muy viejo y antagónico. Si el último vestigio de energía desaparece, si la última, o quizás la primera, expresión de la voluntad guarda torpe silencio, los pueblos lloran mucho, los pueblos expían su falta, los pueblos parecen escarnecidos y humillados y despedazados, como ellos escarnecieron y despedazaron y humillaron a su vez. El cuadrilátero del domingo será en un mismo partido que ha hecho la oposición por intereses.
El PLD que se dio el tupé de ser la crema y nata de los mirlos blancos hoy se ven entre su propia madeja buscando alguna salida a este callejón sin salida. Por un lado está Gonzalo Castillo el pupilo del señor presidente de la Republica Dominicana, licenciado Danilo Medina Sanchez, el Águila del Sur y por otro lado va el veterano y tres veces presidente el doctor Leonel Fernández Reyna, mejor conocido como el León.
Estos dos colosos de la política dominicana no le han dado paso a ningún otro dirigente del partido y toda la sangre se ha coagulado. Los que comenzaron con el partido besan los 70 años sin esperanzas de llegar al solio presidencial gracias a esos dos grandes dirigentes que se han sabido bandear el partido para gobernar el país por largo periodo.
En este sentido, unos ven para ahora, y son los más, y cuya vista alcanza menos. Otros ven para ahora y para luego, que es como se debe ver en las cosas de los pueblos. Los políticos dominicanos no tienen consistencia de estadistas, sino estabilidad para permitir el robo del erario nacional y tapiar a los ladrones que los han llevado al poder. En este sentido, luego del ajusticiamiento del Generalísimo Trujillo, la República Dominicana ha andado como barco a la deriva salvo en algunas ocasiones. Estas ocasiones han sido pírricas.
En el Sur Dominicana los campesinos y en gran parte del Cibao Central están con la política agropecuaria del presidente Medina Sanchez. Todos los campesinos conocen que de ganar Leonel Fernández todo el esfuerzo que se hizo en el campo, en la loma y en el llano caerá como mortaja eterna en el basurero histórico de un presidente que trató de identificarse con los más necesitados. Ya se ha dicho que para atraerse a un pueblo, se ha de hacer lo que le inspira confianza, y no se ha de hacer lo que teme. En ese aspecto el presidente Medina ha mantenido una política sostenible con el campesino.
Nosotros pensamos que Gonzalo Castillo le ganaría a Leonel Fernández en las urnas el próximo domingo. Y aquí va mi pregón para la contienda. “Creo que Gonzalo debe ganar, pero no será fácil”. De ganar todos los sociólogos tendrán que comenzar a estudiar el surgimiento del nuevo liderazgo dominicano. Pensamos que de ganar Castillo, el presidente se anota una victoria gracias a sus brinquitos sorpresas con los campesinos dominicanos que hoy trabajan la tierra, porque Medina Sanchez les dio herramientas necesarias para cultivarla. De ahí emanará el triunfo de Gonzalo Castillo.
Por otro lado, Leonel Fernández regresará a sus metros y a la política faraónica de siempre. De perder el domingo la democracia dominicana habrá alcanzado un peldaño grandioso en su desarrollo. De ganar Fernández, el estancamiento regresará de nuevo y será una lucha de unos doce años para poder sacarlo del poder. Un pueblo no es un juguete heroico, para que un redentor de tele-pronter juegue con él.
Yo le hago un llamado al pueblo dominicano desde El Nido del Águila en Guayabal, Azua, junto al próximo diputado de la provincia de Azua, Alcibíades Vicente García, que más sabio que los hombres, cuya soberbia suele medirlo todo por su conveniencia o sus deseos, los pueblos se disponen a su hora, con la fuerza del instinto a las grandes batallas. La del domingo es una de ellas. El que gane, bendito sea.
Y para los sietemesinos que no se les olvide, el pueblo que tiene fe en sí, desdeña al pueblo que no tiene fe en sí. XXX.
JPM