El gabinete de los apóstoles (2 de 3)

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EL AUTOR es abogado. Reside en Santo Domingo.

Los apóstoles de allá y los de aquí

Un apóstol es como un propagador de buenas semillas en los pueblos. Su credencial lo hace merecedor de credibilidad.

Ulises Francisco Espaillat encabezó un gobierno a cuyo gabinete se le llamó de los apóstoles. En sentido general eran personalidades de gran pulcritud y de un genuino interés en salvaguardar los mejores intereses nacionales.

En el cristianismo se les dio el nombre apóstoles a aquellos escogidos por Jesús de Nazaret para que propagaran su mensaje.

Hubo un felón en ese grupo: Judas Iscariote. Traicionó al Rabí de Galilea, como llamó a Jesús el sabio judío Nicodemo. Los cuatro evangelios canónicos señalan que recibió de recompensa 30 monedas de plata.Fue  sustituido por Matías, luego del suicidio del delator.

El gabinete de los apóstoles

El 21 de abril de 1876 fue formado en la ciudad de Santo Domingo el llamado gabinete de los apóstoles. Los ministros fueron los siguientes personajes: Gregorio Luperón, Guerra y Marina; Manuel de Jesús Peña y Reynoso, Interior y Policía; Manuel de Jesús Galván, Relaciones Exteriores; José Gabriel García, Instrucción Pública y Mariano Cestero, Hacienda y Comercio. Al este último renunciar lo sustituyó Juan Bautista Zafra.

La realidad de entonces es que ese gobierno no pudo cumplir ninguno de los planes que para bien de la nación dominicana había planificado el presidente Espaillat, pues desde el primer minuto de su gestión fue víctima de sus adversarios que, ciegos de poder, no le dieron tregua.

Ya derrocado, en una carta del 11 de febrero de 1877, Espaillat dijo, refiriéndose a la democracia que trató de establecer en el país: “La semilla se sembró, y tarde o temprano producirá sus frutos”.

Gregorio Luperón

Gregorio Luperón

Es innecesario describir aquí al general Gregorio Luperón, pero debo señalar que aceptó el cargo después de mucha insistencia del presidente Espaillat.

Una versión sostiene que no estuvo de acuerdo con la forma en que algunos comerciantes y hacendados querían que el gobierno les pagara los gastos que hicieron en apoyo a la Restauración, lo cual provocó que varios se enemistaran con él.

Sin embargo, algunos historiadores señalan, por el contrario, que fue por presiones de Luperón que el presidente emitió un decreto reconociendo como deuda nacional los recursos económicos aportados por negociantes para enfrentar a los anexionistas. La controversia en ese sentido sigue en pie.

El prestigio político y militar del general Gregorio Luperón no pudo vencer las nefastas acciones de Buenaventura Báez, Ignacio María González, Gavino Crespo y otros que formaron un complot para minar las buenas intenciones de Espaillat y derribar su gobierno cincomesino.

Manuel de Jesús Galván

Manuel de Jesús Galván, el autor de la famosa novela Enriquillo, fue el ministro de Relaciones Exteriores del Gobierno de Espaillat. Son muy escasas e insignificantes las informaciones de sus labores como tal.

Se sabe que vivió con su ropaje blindado de tránsfuga, capaz de desdoblarse cuando de por medio estaban los intereses de su conveniencia. En lo que no varió fue en ser un permanente servidor de los grupos conservadores.

Fue no sólo secretario personal de Pedro Santana, sino un santanista de fe y corazón, como se comprueba al analizar la polémica que en el 1889 sostuvo con José Gabriel García. También hay que decir que Galván favoreció la anexión a España, denigrando a los combatientes restauradores.

Fue el creador del Partido Republicano el cual, muchos años después de su muerte, fue una de las palancas utilizadas por Trujillo en sus maniobras para llegar al poder.

Max Henríquez Ureña hizo negación de la verdad al escribir que Galván “logró cabalmente su objetivo sin apartarse de la verdad histórica”. (Panorama histórico de la literatura dominicana).

Hostos, en cambio, al ver un día a Galván en la calle El Conde de la capital dominicana le dijo: “¿Cómo está pensando hoy ese estómago?”

Manuel de Jesús De Peña y Reinoso

Nació en Licey, Santiago de los Caballeros, en el 1834.En el 1859 llegó como exiliado a Cuba.

Allí fue un combatiente por la libertad, en la Guerra de los diez años, que encabezó a partir del 10 de octubre de 1868 Carlos Manuel de Céspedes.

De Peña y Reinoso volvió al país en 1873. En su ciudad natal dirigió el colegio La Paz y fundó la histórica sociedad Amantes de la Luz y el periódico El Dominicano.

En el 1876 el presidente Espaillat lo designó ministro de Interior y Policía. Poco pudo hacer en ese puesto, en apenas cinco meses de gestión.

En el 1882 fue forzado a salir otra vez del país. En esa etapa volvió a luchar por la libertad de Cuba, bajo el mando del dominicano Máximo Gómez.

En el 1895 regresó a su tierra, donde fue declarado “director intelectual de la presente generación literaria del Cibao”.

En el 1902 lo nombraron director de la Escuela Normal Superior de Santiago, pero tiempo después fue confinado en Puerto Plata. Luego fue deportado por tercera y última vez. Murió en Cuba, en el 1915.

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