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Democracia en la picota en Latinoamérica
El célebre politólogo estadounidense y teórico de la democracia, Robert Dahal, siempre creyó en el porvenir de este sistema de gobierno en el mundo.
No obstante, esta democracia todavía no ha tocado las puertas de muchos países. Y en lo que respecta a la América Latina, el pesimismo sobre su futuro se justifica cuando observamos los acontecimientos políticos recientes en nuestra región. Por ejemplo, en República Dominicana ha disminuido el apoyo de la gente a la misma, según lo indica la última encuesta Gallup. Otras encuestas, asimismo, avalan esta percepción.
¿Volverán el autoritarismo político o las dictaduras militares de la época de la Guerra Fría? La amenaza está planteada debido a las crisis políticas severas que se registran en varios países latinoamericanos.
En ese mismo orden de ideas, la tendencia continuista de varios gobernantes en diferentes naciones expresa el peligro de poner fin a un sistema de gobierno que se basa en el pluralismo político y la competencia electoral.
A la luz de esta realidad preocupante, República Dominicana no está exenta de los peligros que pueden dar al traste con una democracia con bajo nivel de calidad. Los aprestos reeleccionistas que dominaron el escenario en los últimos meses, generaron las mayores preocupaciones de la sociedad civil, empresarios, medios de comunicación, iglesias, fuerzas políticas, académicos e intelectuales.
Si el país se mantuvo en «la cuerda floja» por tanto tiempo, semiparalizado y sumergido en la incertidumbre, fue consecuencia de un Presidente de la República que manejó el suspenso de su reelección hasta provocar la movilización popular.
No cabe dudas que la permanencia en el poder por más de dos periodos consecutivos, contribuye al menoscabo de la institucionalidad democrática en nuestros países.
América Latina camina, en resumidas cuentas, sobre «la cuerda floja» de la ambición de poder, las crisis de gobernabilidad y las respuestas sutoritarias que se derivan de ellas. De aquí, finalmente, que la joven democracia latinoamericana se mantenga hoy, por desgracia, en la picota.