Cuidado con los obsequios griegos (OPINION)

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El autor es periodista. Reside en Santiago

POR CARLOS RICARDO FONDEUR MORONTA 

Muchos hechos históricos y epopeyas fantásticas de la mitología se asemejan a las actuales circunstancias que vivimos en la isla de Santo Domingo o La Española, como se quiera denominar, que al final, si analizamos paso a paso, cuidadosamente, sin apresuramientos ni prejuicios, sería adentrarnos en un presente cuyos eventos en su forma ya habíamos leído en nuestros libros de historia.

 Entre amistades y enemistades, entre cumplidos y traiciones, el camino de la paz también suele estar plagado de espinas.

 Cuando el Rey Ulises, que comandaba una coalición  de ejércitos arqueos, se hartó de los hurtos, escaramuzas y el rapto de Helena, ordenó construir un caballo de madera para ofrecerlo como regalo y muestra de amistad a los troyanos, estructura que iba lleno de soldados que salieron en la penumbra de la noche, que no era más que un fuerte castigo por las insolencias del príncipe París. El mito se hace presente en la forma de penetrar al enemigo.

 Hemos sufrido interminables guerras en la isla, de repente, como por arte de magia y luego de tantas peticiones de que la comunidad internacional debe mirar hacia este lado, pues sólo mira hacia Ucrania, hacia lo que le conviene, la Organización de las Naciones Unidas (por sus siglas en español), aprueba una moción de emergencia que pretende brindar un “espaldarazo” a la República Dominicana frente al dilema haitiano.

 No nos convencen tantas alegorías y alabanzas de que se buscará la solución a los problemas de hambre, desnudez, falta de educación, falta de respeto por la vida humana entre los mismos nacionales de la vecina nación, pero que en resumen, es el fruto mismo de la negligencia de las naciones del mundo respecto de las problemáticas que se suscitan allí, sin hablar de la existencia de oro y otros metales preciosos, porque esa parte de la historia corresponde a un sistema de información clasificada.

 Ya sabíamos que tanta benevolencia con Haití venía a parecerse al famoso caballo de Troya, que de un regalo dulce pasó a ser un trago amargo.

 Ya se habla de dirigentes políticos encumbrados en el poder militar y económico de la República de Kenia que no sabían o no se les había tomado en cuenta para la aceptación de esa nación como avanzada, cual carne de cañón, para crear un ejército de invasión a Haití con fines de su pacificación, borrando de un golpe la historia reciente del fracaso de la Misión de las Naciones Unidas para Haití (MINUSTAH).

 Creo, particularmente, que todo obedece a un plan finamente estructurado para obviar el envío de soldados a Haití, alegándose fallos en el proceso procedimental que vulnera las leyes de Kenia. Mientras tanto, eso sugiere la paralización temporal de las actividades pacificadoras de nuestra vecina nación, lo que conllevaría inexorablemente, al rompimiento de la fe en los políticos en la República Dominicana y un repunte de las actividades ilícitas en Haití.

 Venir ahora con la cara pintada de niño a decirnos a los dominicanos que todo el armamento y capital que se destinaría a la isla sería socavar el triunfo de la contraofensiva ucraniana en la guerra contra Rusia y que pacificar a un grupo de negros neo africanos pobres, hambrientos deshumanizados, no es una prioridad en el afanoso y empedrado camino trazado para ganancias económicas y políticas occidentales.

 Joaquín Balaguer tituló un libro como “La Isla al Revés”;  La isla no está al revés, al revés esta el mundo en el que vivimos acogotados por la insolencia de las huestes que quieren adueñarse plenamente de la mente, el cuerpo y la riqueza del hombre, en detrimento de la propia vida humana, borrando todo vestigio, si le es necesario, de los rastros de vida que potabilizan el ayuntamiento entre el hombre y la naturaleza.

 Esa triquiñuela de que ahora comienza todo un periplo de documentaciones, aprobaciones, resoluciones para cotejar la participación legal de la República de Kenia, o Kenya, como punta de lanza para una incursión frontal contra las bandas y el mismo poder militar, económico y político de Haití, creo que es para dar ganancia de tiempo de algo que los dominicanos quizás no sabemos y que podría ser perjudicial para los intereses de la República Dominicana. O retirar los soldados y abrir las puertas de la frontera.

 Los medios de comunicación informan constantemente: NAIROBI.-El despliegue de una fuerza de pacificación en Haití ha quedado en duda con la destitución del ministro de Asuntos Exteriores de Kenia, Alfred Mutua, mientras crece en esa república africana la controversia sobre los planes de enviar policías a Haití para luchar contra las pandillas.

 Todo está claro. La ONU es un caballo de Troya.

jpm-am

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