¿Le conviene a Abinader debatir con Gonzalo y Leonel ?

Se verá y escuchará a los candidatos en una situación diferente al spot publicitario, o a las entrevistas con una situación de exigencia, de estrés, de comparación con otros, de demostración de su temple.

A muchos políticos les cuesta entenderlo, pero la gente básicamente vive, trabaja, se ocupa de sus cosas, de su familia, del virus, de TV, de su romo entretenimiento, de su salud, del amor, del sexo, de la vida cotidiana.

Según el maestro Eskibel, de quien tome sus ideas en cátedras y cursos a los cuales asistí, para hacer esta nota, le pido de nuevo, permiso a su equipo y al maestro que respeto, porque creo que es, el mejor estratega del planeta, y siempre asesora a quien lo busca.

Cada candidato tiene votos imposibles: un cierto segmento del electorado que jamás lo votará. Para ese segmento no importa lo brillante que pueda ser su desempeño en el debate. De todos modos nunca lo votará.

Y también pierde si solo les habla a los votantes duros propios o ajenos.

El público no es virgen. O sea: no se sienta frente al televisor con su cerebro como si fuera una hoja en blanco. Por el contrario: tiene recuerdos, experiencias, vivencias, emociones y juicios previos vinculados a los candidatos. Aún cuando no sepa a quién va a votar. El debate televisivo es televisión. Eso: Televisión.

No es un debate parlamentario. No es la discusión de una ley.  No es un intercambio teórico ni académico pero si intelectual.  Pesara con mucha fuerza la imagen, el sonido y la emoción. No se valen telepromters Leonel Fdez.

Finalmente, debatir con los mismos viejos y cansados animales de la fauna política criolla, que tienen nombres de animales, será fácil porque el pueblo, no quiere animales, sino un líder, aunque sea insipido como tayota, pero que nos represente a todos, para salir del lastre de corrupción, virus, impunidad, inseguridad y falta de esperanza  a que nos llevaron unos egoístas comerciantes políticos, que endeudaron y maniataron a todos para imponer su dictadura con respaldo popular.