Trump elige a Susie Wiles como jefa del gabinete en Casa Blanca
Abinader entrega muelles en Río San Juan y Cabrera para la pesca
Primer Ministro Haití seguirá en Puerto Rico, su futuro es incierto
Trump, Venezuela y guerra contra narcotráfico: paradoja peligrosa
HONDURAS: Oficialismo no reconoce resultados elecciones
EEUU: Frío extremo pone bajo alerta 230 millones personas
Cuestionamiento del Tribunal Constitucional a jueces de Instrucción
Aguilas y Gigantes triunfan; el
Licey deja tendido al Escogido
Saturación de comercios chinos
BHD se consolida como una de empresas con mejor reputación
Bayaguana gana el Torneo Internacional de Judo 2025
Alertan aumento de infecciones respiratorias en R. Dominicana
El desorden campeó en esa excursión
Demandan por 47 millones presidente Senado Puerto Rico
San Juan, 26 abr (PL) Unos 32 exempleados de la Oficina de Servicios Legislativos (OSL), afiliados al anexionista Partido Nuevo Progresista (PNP), demandaron por 47 millones de dólares al presidente del Senado de Puerto Rico, Eduardo Bhatia. Los demandantes imputan al líder del Senado del oficialista Partido Popular Democrático (PPD) de discriminación política por su despido a menos de tres meses de producirse el cambio de gobierno en enero de 2013, tras la derrota del PNP, que perdió el control de ambas cámaras legislativas y la gobernación. La acción judicial se ampara en presuntas violaciones a los derechos los peticionarios bajo la Primera, Quinta y Decimocuarta Enmiendas de la Constitución de Estados Unidos, así como en virtud de las leyes y la Constitución de Puerto Rico. Al presidente del Senado de Puerto Rico se le imputa en la demanda haber expresado que la OSL se acabó porque «ahí lo que hay es un batatal», en referencia a los militantes del PNP. Los reclamantes fueron despedidos sin previo aviso el 21 de marzo del 2013, día en que fueron entregadas 72 cartas de cesantías «de manera humillante y sorpresiva», a pesar de que algunos de los despedidos tenían 10, 15 y hasta 35 años en la OSL, en funciones de enfermeras, bibliotecarias, oficinistas y guía turístico, entre otros. Cada uno de los despedidos tenía como encomienda ofrecer los servicios a todos los representantes y senadores indistintamente de su afiliación política.
