Dominican Wings

Mirar más allá del horizonte deseado, es la lucha del garrochista por dar el brinco del gigante, la contemplación siempre será el arte de la observación silente, atenta y detenida de una realidad, especialmente cuando es tranquila y placentera, la cual siempre ha de responder a la reflexión serena, detenida, profunda e íntima sobre las metas que nos trazamos

Traemos esto a colación, porque el ruido estridente y la bullanguería de la campaña electoral no nos dejaron disfrutar de la entrada en vigor de una nueva empresa de aviación en la República.

Aunque sabemos muy poco de aerolínea, nunca hemos montado un avión, por tanto no conocemos por dentro a esos pájaros de hierros, pero si nos alegra que un sencillo amigo y hermano sea el que esté al frente de una de estas empresas que responde al nombre de Dominican Wings.

La empresa de navegación aérea, que inició hace unos meses sus operaciones en la ruta Santo Domingo-Trinidad y Tobago, con el vuelo 556, tiene de presidente al joven Víctor Miguel Pacheco Méndez, miembro prominente de la estirpe de la pujante, honorable y trabajadora familia Méndez Capellán.

Una de las naves de esta aerolínea, la A320, fue la utilizada por  el Gobierno Dominicano para el envío de un escuadrón de 38 socorristas, acompañados de seis perros amaestrados, para apoyar en las tareas de rescate y ayuda humanitaria a la república del Ecuador, luego que este país suramericano sufriera los embates de un devastador terremoto el cual dejó más de 600 personas muertas, miles  de desaparecidos y centenares de heridos.

Víctor Miguel Pacheco, un tanto emocionado, ofreció detalles del inicio de las operaciones, afirmando que con este paso Dominican Wings se convierte en la primera línea aérea en la historia del país que opera aviones de última generación, la que además, cubrirá también a Puerto Plata.
Con la entrada en vigencia de esta nueva aerolínea se fortalece la  aeronáutica civil, constituyendo un paso de avance para la aviación del país, debido al impacto directo que tendrá no solo para la economía, sino para el turismo de la región.
El gobierno dominicano debe propiciar el clima de confianza necesario para garantizar la inversión, tanto local como extranjera en el país.