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Almagro y los Arahuacos de Quisqueya
La Isla Hispaniola o de Santo Domingo fue descubierta en el año 1492 por el navegante genovés Cristóbal Colon y estaba poblada por Tainos Arahuacos y desde esa fecha histórica sirvió como base logística y estratégica a los españoles para aventurarse a conquistar nuevas tierras en América. Posteriormente también le sirvió a esos fines a Francia, Inglaterra y Holanda.
Las nuevas tierras descubiertas hicieron que España pronto perdiera interés por la Isla Primada de América.
Fue así como España comenzó a abandonar la Isla que le había permitido realizar tantas hazañas y descubrir nuevas tierras. Con el descuido permitió que otras naciones incursionaran en este territorio, llegando a establecerse en la parte Oeste de la Isla parte de los negros esclavos, apadrinados por Francia.
Se sabe que cuando ocurrió el abandono, los franceses que habían ocupado la parte Oeste, lograron a través de un tratado con la Madre Patria (España) que le fuera cedido ese territorio que hoy es Haití, que posteriormente también Francia abandonó, trayendo como consecuencia que se formara el Estado libre de Haití (con 33% de la Isla), con los esclavos de la ex – colonia española.
De ahí que la parte Oeste se originó un estado bajo el protectorado del gobierno de Francia, con idioma y cultura diametralmente diferente al establecido en la parte Este de la Isla de Santo Domingo, que seguía siendo dirigido por los españoles, con idioma y cultura diferente y compuestos por ellos mismos representantes de la Corona, Mulatos y Negros, y se sabe que en esa época ya no existían los Tainos Arahuacos porque habían sido exterminados.
Traigo esto a colación, debido a la recientes declaraciones del representante de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, quien
Aparentemente Almagro atizado por el vocerío y la bulla ha creído que pueden volver a invadir a la República Dominicana como lo hicieron en el año 1822, bajo el protectorado de Francia y por el abandono de esta ex – colonia por parte de España, y que ahora lo que están es presionando para tratar de invadirnos de nuevo, pero de forma pacífica y con la complicidad de algunas naciones.
La mayoría de las fuerzas vivas de la sociedad dominicana se han pronunciado condenando la intentona del señor Almagro, de querer confundir a la comunidad internacional, así como también el gobierno ha endurecido su política de comunicación con Haití para enviarle un mensaje directo a las autoridades haitianas de que el país no seguirá tolerando el jueguito de la Gatita de María Ramos, que tira la piedra y esconde las manos.
Hay que informarle al señor Almagro que en la Isla de Santo Domingo no existen Tainos Arahuacos, ni indígenas, que en esta isla existen dos pueblos culturalmente opuestos, que se rigen por sus propias leyes y con estados definitivamente independientes, que no están en guerra y que los problemas se están resolviendo de acuerdo a las necesidades y alcance de nuestra Constitución.
También hay que recordarle al señor Almagro que la República Dominicana es un miembro de la Organización de Estados Americanos (OEA) con derechos consagrados en la carta de naciones al igual que las demás naciones que la constituyen y que los ciudadanos dominicanos esperan que en su calidad de representante de tan alto y digno organismo su informe esté basado con un criterio de independencia e imparcialidad.
Esperamos seamos respetados bajo la consideración de que somos una República reconocida por la comunidad internacional como un estado soberano, cónsono con los demás estados que integran el mundo civilizado y que también hemos sido respetuosos de los demás estados miembros de la OEA y de otros organismos internacionales como es la ONU. Que los países tienen pasado, pero que nos importa más el presente (No somos Tainos Arahuacos, ni esclavos, ni colonia de nadie).
Los haitianos que resuelvan sus problemas y dejen de presentarse como víctimas, pues los ciudadanos dominicanos estamos cansados de que nos invadan nuestros hospitales, nuestros bosques, nuestros ríos, puestos de trabajo, que traigan enfermedades y que se comporten como si fuéramos enemigos.
Siempre he sido partidario de que cerremos nuestras fronteras.
