Un nuevo amanecer con Cristo

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EL AUTOR es ministro cristiano. Reside en La Vega.

Al momento de nacer un bebé, nadie se imagina lo que puede estar pasando por su mente. Está experimentando algo nuevo, que lo vive, lo siente y lo ha de asimilar en su interior, pero el mundo exterior, aún los sujetos, no sabemos la realidad del bebé. Sin embargo, ambas situaciones son naturales, aunque el sujeto consciente debe analizar y comprender dicha experiencia, pero no se identifica con la realidad de la criatura nacida, su mirada y pensamiento están puestas en lo superficial, en lo físico, en lo que se ve, o quiere ver. Pero, el bebé es mós que eso, es emoción, es un ser, es vida, es humano y sobre todo es el producto de la obra de Dios.

Una gran proporción de la humanidad habla del inicio de un nuevo año, pero en sí, está ajena a la realidad que acontece para sí y para los demás. Un nuevo año, es la expresión involuntaria de un recorrido del pasado año, mas también, es introducirse en un tiempo incierto, cuya incertidumbre, sólo podrá convertirse en un bien, si y sólo si, el sujeto utiliza energía, capacidad, voluntad y fe en el Creador. Nada es automótico, se obtiene con planificación, inteligencia, sabiduría y sacrificio.

Un nuevo amanecer implica una responsabilidad consciente de que se debe transformar el tiempo futuro, el cual se va convirtiendo en presente, para producir edificación, madurez y proyección del individuo, tanto en sí mismo, como también, en lo social, por la convivencia y la necesidad del bien general. Es vivir el presente continuo de las cosas, de la vida y de sí. El tiempo no puede perderse, sino aprovecharse, para convertir tanto la naturaleza humana, como la física en éxitos que conlleven a una vida mejor.

Los ocho mil millones de habitantes que habitamos esta tierra, debemos tener un nuevo nacimiento, una nueva vida, un empezar de nuevo. Todavía hablar de guerras, de cualesquier índoles, mundial, regional, nación contra nación evidencia que el ser humano va en retroceso hacía la barbarie, algo que había sido superado. No hay algo correcto que justifique una guerra, por lo que, es el sujeto del género humano, quien manifiesta con esa actitud una presencia de obscuridad en su vida. Esto nos dice que el hombre debe volver atrás, en búsqueda de esos valores humanos que dignifican al ser.

Un nuevo amanecer nos llama a valorar la vida, a dar sentido a ella. No es posible que una mente humana, que está rodeada de tantos conocimientos, todavía lleve a matar a una mujer, o a un hombre, debido a dos conductas extraviadas: machismo y feminismo. Ambas filosofías están siendo guiadas por personas que no entienden la responsabilidad que tenemos ante nuestro Dios Creador de todos. Tiempo es de comenzar a convivir como seres educados, cristianos y humanos. La vida es el valor máximo en todo sentido, por lo tanto, debe ser el bien más preciado para todos.

Un nuevo amanecer representa un nuevo concepto de la vida, el cual no es definido bajo la simpleza, sino dentro de un contexto de relación y comunión con el Creador. Nicodemo era un principal entre los judíos, fariseo, pero no entendía lo que Jesús, el Hijo de Dios, le decía, sobre el «nacer de nuevo». Un nacer que implica del Espíritu Santo, mediante la renovación de nuestro espíritu. En este sentido, optar por seguir lo que el Espíritu Santo produce en la persona: «Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley» Gál. 5:22, 23.

Para el cristiano, el nuevo nacimiento incluye el nacer del agua, el bautismo, porque es el momento del perdón de pecados, y de recibir el Espíritu Santo, lo cual manifiesta la condición de salvación. Los apóstoles Pedro y Pablo escribieron: «Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo;» «Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva» Hc. 2:38; Rom. 6:4 respectivamente.

Un nacimiento es una luz, una esperanza, una realidad convertida en valores que debe contribuir a una convivencia sana y espiritual. Es llevar a la persona a esa convivencia de comunión con nuestra Divinidad. No es una tradición ni fanatismo ni legalismo, es un nuevo empezar, pero empezar bien. De ahí que, el arrepentimiento, es un negarse a sí mismo, es una conversión producto de la convicción de una realidad existente: Dios. Nacer en Cristo, es llegar a ser una criatura nueva, como escribió Pablo: «De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas» 2 Co. 5:17.

Conciudadanos del mundo, que este nuevo año, se convierta en un nuevo amanecer para todos. Que volteemos las miradas hacía Dios y hacía el prójimo, dejando el odioso egoísmo, individualismo, sectarismo y toda clase de mal. Hagamos de este mundo un mundo mejor. Dios nos dio la fórmula correcta, la cual está en Jesucristo, quien es el Camino, la Verdad y la Vida, que nos lleva al Padre. Pero, también, es el Buen Pastor, quien dio su vida por las ovejas; es el Pan de vida; es la luz del mundo y; es el Rey de los cristianos. Vivamos este nuevo año con Cristo, en un nuevo amanecer.

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