Trump y las tormentas perfectas
POR FELIX REYES
En política, igual que en otras esferas de la vida social, la metáfora de la “tormenta perfecta” suele ser utilizada con el propósito de referir la concurrencia de varios factores que, al combinarse, provocan una situación no deseada, con efectos negativos para aquellos a quienes se aplican esa imagen.
En algunos casos estos factores remiten a causas profundas o estructurales, en otros remiten a hechos fortuitos, de aparente escasa significación, pero que pueden generar situaciones como las que en la teoría del caos se denomina “efecto mariposa”, lo cual refiere que, dadas ciertas condiciones, el simple aleteo de una mariposa puede provocar una tormenta.
En sociedades con instituciones liberales democráticas, la metáfora de la “tormenta perfecta” se aplica para, a posteriori, dar cuenta de las causas que devienen en resultados adversos en los procesos electorales. Es el caso de los procesos electorales de la sociedad norteamericana a los que aludo en este escrito.
En los años que han transcurrido del presente siglo, la sociedad norteamericana ha celebrado seis (6) elecciones presidenciales. Algunas de ellas han sido escenarios en las que se han manifestado “tormentas perfectas” que han afectado el curso normal de esos procesos para provocar la derrota de una de las fuerzas que competían en ellas.
Las primeras elecciones presidenciales del presente siglo fueron celebradas en noviembre del año 2000. En ellas, George W. Bush fue electo presidente, gracias, entre otros factores, a la concurrencia de dos hechos. Uno, la participación de Ralph Nader como candidato del Partido Verde, el cual jugó la función de “sifón” de suficientes votos demócratas en determinados estados pendulares, tales como Florida y Ohio, para de ese modo favorecer que ganaran los republicanos. Dos, la manifestación de lo que puede considerarse “efecto mariposa” de la entrega del niño Elián González al gobierno cubano por parte del gobierno de William Jefferson Clinton, en el verano de ese año, que provocó una reacción adversa al Partido Demócrata de los exiliados cubanos en el estado de Florida, energizando el voto a favor del candidato republicano.
Como se sabe, fueron los votos electorales de ese estado los que decidieron esas elecciones, a pesar de que en las elecciones anteriores (1996) el Partido Demócrata había ganado en ese mismo estado.
En las elecciones del año 2004, el Partido Republicano reeditó su triunfo anterior con la reelección del presidente George W. Bush. Debe recordarse que en esas elecciones ese partido jugó a su favor el hecho de que la sociedad norteamericana estaba muy influída por la lucha contra el terrorismo originada por los atentados de septiembre del 2001.
Esta lucha contra el terrorismo dio pie a la guerra de Afganistán, con el propósito de enfrentar el peligro que representaba el grupo Al Qaeda, y la guerra de Irak, con la justificación de la existencia de armas de destrucción masiva en este ultimo país. Fue solamente después que el presidente Bush había sido reelecto que el pueblo norteamericano conoció que realmente no existieron armas de destrucción masiva en Irak, por lo que esta ultima guerra nunca tuvo legítima justificación.
En el año 2008, la selección de Barack Obama, un candidato joven, quien como senador había criticado la guerra de Irak y con un discurso esperanzador que energizó las bases demócratas (recordemos el “sí, se puede”), coincidió con una gran recesión económica para hacer posible el triunfo de los demócratas.
Estos fueron los dos principales factores que concurrieron para convertirse en la tormenta perfecta que afectaron al Partido Republicano, que entonces estaba al frente de la administración pública. La derrota de ese partido fue de tal magnitud, que no solo perdió en todos los estados denominados pendulares (Florida, Ohio), sino también en estados que, como Indiana y Carolina del Norte, eran considerados sólidamente republicanos.
En el 2012, debido a las acertadas medidas tomadas durante la administración del presidente Obama, este no tuvo dificultad en ser reelecto por el pueblo norteamericano, a pesar de que, dos años antes, energizado por el movimiento ultraderechista del “Tea Party”, el Partido Republicano ganó de manera abrumadora las elecciones de medio tiempo del 2010, permitiéndole ganar suficientes posiciones como para controlar la Cámara de Representantes.
En las elecciones del año 2016, aunque perdió el voto popular con una diferencia de casi tres millones, Donald Trump fue electo presidente de los Estados Unidos de América con 304 votos electorales, es decir, 34 votos electorales más que los 270 necesarios.
Muchos son los factores que se han citado como causantes de este hecho, citándose entre estos las frustraciones e insatisfacciones en los “dejados atrás” causadas por el fenómeno de la globalización, que se expresa en el rechazo a las migraciones y a la exportación de los empleos, en particular hacia China, factor que tuvo mayor relevancia en los estados del denominado Rust Belt o “cinturón oxidado” (Pennsylvania, Ohio, Michigan, Wisconsin, entre otros).
Vinculado al anterior factor, la narrativa sobre desigualdad (del 1% compuesto por los ricos frente al 99% del resto de la población) se expresó en el movimiento “Ocupar Wall Street” y posteriormente en el fenómeno Bernie Sanders, que dio origen a que sectores dentro del mismo Partido Demócrata se opusieran a su candidata, Hillary Rodham Clinton, confluyendo en la configuración de la tormenta perfecta que hizo posible el triunfo de candidato republicano.
Debe recordarse que, en los meses precedentes a las elecciones presidenciales del 2016, muchas figuras que apoyaron al senador Bernie Sanders declararon que no apoyarían a Hillary Clinton, prefiriendo transmitir un mensaje abstencionista o incentivar abiertamente el voto a favor del Partido Verde e incluso del mismo Trump, mensaje que fue eficaz para “descalabrar” la coalición que antes dio el triunfo a Obama.
Justamente, entre quienes asumieron esta posición de no apoyar a la candidata demócrata, llamando a votar por Jill Stein, la candidata del Partido Verde, se destacó Cornel West, un reconocido intelectual afroamericano, quien hoy ha declarado su decisión de participar en las elecciones del 2024 como candidato presidencial del mismo partido que en las elecciones del 2000 hizo posible el triunfo de George W Bush y en el 2016 el de Donald Trump, es decir, el mismo Partido Verde.
Todo luce indicar que, en las elecciones del 2024, Donald Trump, a pesar de sus problemas judiciales, será el candidato del Partido Republicano. Conociendo sus intentos dirigidos a subvertir el orden democrático de este país y sus declaraciones que indican que lo volvería a intentar si volviera a ser presidente, está por verse hasta qué punto la insensatez del citado intelectual contribuirá a que se configure una nueva “tormenta perfecta” para hacer posible el regreso del dictador “wanabe”.
jpm-am
los unicos que subvierte el estado democratico es el partido democrata, que quiere eliminar la libertad de expresion a traves de una justicia y un procurador politizado, fbi, homeland security y una prensa amarilla controlada por ellos y los grandes interes!! no hay mas ciego que el que no quiere ver!!! el partido democrata promueve la corrupcion , la droga, inmigracion ilegal y la degeneracion sexual!! para fuera que van aunque hagan trampas!!
excelente exposición, mas del contenido no puedo hacer juicio, salvo aquello de la teoría del caos que siempre la he asociado al orden natural (para muchos el orden natural es la expresión del caos, también), del todo como el ecosistema.extrapolando al campo de la politica y el poder…
muy buen artículo. aunque creo que trump finalmente terminaría derrotado si los republicanos lo presentan otra vez como su candidato.
crisculo, de quien perderia trump? los democratas estan desacreditados puen solo promueven la degeneracion, inmigracion ilegal, corrupcion y mucho mas, acaso eres gay que patrocina al partido democrata?
pero cual es tu preocupación con los gays, yo le tengo miedo a esa gente que abiertamente profesa ese odio…muchas veces detras hay tremendo pajarazo
espero que no sea el candidato, dios bendice a los eeuu
me imagino que eres gay y prefieres a los democratas porque promueven tus agendas trans
has dicho «me imagino» acaso no entiendes que imaginar implica una actividad cerebral? con qué imaginaste?será con el pezcuezo
el efecto mariposa o el caos están muy presentes en la usa actual, pero no presenta un ganador claro del proceso de electoral, dada la polarización de los electores por un lado, los procesos judiciales, la guerra en ucrania y en especial una economia de mucho en empleo, aunque con bajo crecimiento entre otros factores. no se sabe a ciencia cierta quien ganara.