Sobre delación y delatores

Es la faena y resultado de delatar, esto es, de poner en conocimiento de la autoridad represiva que se ha cometido un delito o revelar el autor de él o señalar el lugar donde se halla escondido. Suelen delatar los complicados en una causa respecto de otros, para involucrar y colocarse ellos en mejor situación; o los reclusos de una cárcel para conseguir algún privilegio.

 Delación proviene del latín delatio, delationis, denuncia, derivado de deferre “denunciar”, llevar. Se define la delación como la acusación o denuncia que hace alguien de un hecho censurable. El diccionario de la Real Academia Española lo define como: “revelación de datos que  permiten identificar al culpable”. 

De otro modo se puede definir la delación como la declaración que realiza una persona que tiene conocimiento de unos hechos y/o autores de la comisión de un hecho punible. Como extensiones a la delación se emplean las palabras: denuncia, acusación, chivatazo, inculpación, incriminación, entre otros términos coloquiales como: sapo, lengua larga, etc.

La delación viene de lejos, puede decirse que viene de la más oscura noche de la historia o de los primeros rayos del alba de la  historia. El verbo delatar: ´poner en conocimiento de una autoridad un delito o falta y la identidad de la persona que lo ha cometido”. En el Diccionario enciclopédico Larousse El verbo delatar es: “poner en conocimiento de una autoridad un delito o falta y la identidad de la persona que lo ha cometido”,  

La delación responde a un sentimiento de lucro, de rencor o de venganza, y no puede confundirse con la acusación o denuncia, casos en que el autor enfrenta la responsabilidad de su acto, mientras que el delator suele permanecer, generalmente, en el anonimato.

 Sin embargo, algunas leyes premian la delación, como en la información acerca de contrabando, en que se asigna al informante un porcentaje de lo secuestrado, o cuando el Código exime de penas en el delito de conspiración al que la revela a la autoridad antes de comenzado el procedimiento.

Se llama delator, quien notifica a la policía o a la justicia el autor de un delito o indica el lugar donde está escondido. Se distingue del acusador en que éste forma parte del juicio y aquel no. El acusador tiene interés en la causa, en tanto que el delator se motiva por la recompensa prometida, o la esperanza de un provecho o la satisfacción de la venganza.

También suele permanecer en el anonimato, sin enfrentar las responsabilidades legales, como en el caso del querellante o denunciante. En la jerga policial, recibe el nombre de informante o confidente el sujeto que procura datos a la autoridad que permitan aprehender al delincuente.

Por otra parte, la delación premiada o colaboración premiada es el instrumento a cargo de los órganos de los órganos de la justicia penal de conceder beneficios personales o económicos a aquellas personas imputadas, condenadas o no que proveen información relevante sobre hechos ilícitos cometidos por ellos o terceros a fin de apresar, imputar.

La delación premiada presenta dificultades para la protección personal de quien proporciona la información a las instituciones de justicia (ministerio público), debido a que pone en riesgo su propia vida y la de su familia y, viene a ser peor, en el caso particular de nuestro país, cuando el delator se haya encarcelado, habida cuenta que su seguridad podría verse grave envuelta como “un chivato” o “soplón”.

Muchas veces, la delación premiada cuando el individuo es arrestado, puede desnaturalizarse cuando los oficiales  policiales tratan de conseguir  la información por medio de abuso empleando la fuerza, la violencia física, psicológica por medio del chantaje etc., obligando al pretendido delator ofreciendo los informes de que posee, sean estos ciertos o no.

Quien notifica a las autoridades policiales o a la justicia el autor de un delito o el entramado de una gran corrupción, o indica el lugar donde está escondido, él o los malhechores. Se distingue del acusador en que éste forma parte del juicio y aquél no.  

El acusador tiene interés en la causa, en tanto que el delator se motiva por la recompensa prometida, o la esperanza de un provecho o la satisfacción de la venganza, y suele permanecer en el anonimato, sin enfrentar las responsabilidades legales, como en el caso del querellante. La persona que se presta para tales asuntos recibe el nombre de informante, confidente o indicador.