Se dispara el hambre e incrementa el gasto militar

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EL AUTOR es periodista. Reside en Santo Domingo.

De seguro que, para la mayoría de la gente en casi todo el mundo, la pandemia que nos ha afectado ha provocado una reducción sustancial del gasto militar, especialmente en los presupuestos de las principales potencias.

Es posible que muchos estén pensando que las prioridades de los dirigentes de esos gobiernos hayan cambiado, y que la pandemia los haya sensibilizado.

Es posible que los ciudadanos más optimistas del mundo, y en especial los ciudadanos de Estados Unidos, Inglaterra, Francia, China, Rusia, Alemania, Japón, España, Israel o Arabia Saudita, piensen que los gobernantes de sus países han priorizado el gasto en salud, educación, vivienda, seguridad social y medio ambiente, por encima del gasto militar.

Probablemente, el mundo está lleno de ingenuos –como yo- que pensarían en un mundo en el que la gente, el ser humano, y no el interés del dinero, del poder y la hegemonía imperial, se harían a un lado, para aunar esfuerzos en pos de trabajar por el progreso y la equidad entre las naciones.

Muy probablemente esos miles de millones de seres humanos optimistas, continúen pagando sus impuestos. Conformes, y en espera de que a su dinero se le dé el mejor de los usos.

Pero, y de seguro que aquellos –que como yo-, investiguen más allá de las meras noticias que nos sirven los medios de comunicación –interesados o no-, se hayan llevado la gran sorpresa de ver como en medio de una tragedia mundial, como es la pandemia del COVID-19 que ha provocado la muerte de millones de seres humanos, los señores de la guerra, no se hayan inmutado, y sigan con su afán de dominio y de acumulación de riqueza.

El que, en medio de una pandemia como la que vivimos, el gasto militar haya crecido hasta casi los dos billones de dólares, deja mucho que desear, de parte de dirigentes mundiales, que solo recuerdan las calamidades generadas por la contaminación, el hambre y la guerra, en las cuadragésimas sesiones de la Organización de las Naciones Unidas.

Es bueno, que la gente tenga presente que en medio de la pandemia mundial que ha provocado casi la paralización de la economía, y, por consiguiente, el retroceso de los pocos progresos alcanzados en los últimos 10 años, en lo único en que han pensado los dirigentes de las potencias mundiales, en buscar la forma de incrementar la venta de sus armamentos, e invertir en nuevas tecnologías militares, que les permitan acabar lo más pronto posible con la humanidad.

O sea que, en el afán de lucro y hegemonía, no pensamos que, al final el ganador-perdedor, NO tendrá a quien dominar.

Y es que, de acuerdo con las Naciones Unidas, en 43 países, unos 45 millones de personas están al borde de la hambruna.

«Decenas de millones de personas se asoman al abismo. Los conflictos, el cambio climático y el COVID-19 están aumentando el número de personas que pasan hambre», informó el director ejecutivo del Programa Mundial de Alimentos (PMA), David Beasley.

Siguiendo con los datos suministrados por el PMA, el costo para evitar la hambruna en todo el mundo, asciende a unos siete mil millones de dólares, mucho menos que los dos billones de dólares que las grandes potencias han incrementado sus gastos militares.

‘’Las familias que se enfrentan a la inseguridad alimentaria aguda se ven «obligadas a tomar decisiones devastadoras», casando a niñas y niños antes de tiempo, sacándolos de la escuela o alimentándolos con insectos, hojas silvestres o cactus, indica el Programa Mundial de Alimentos.

Las sequías en Afganistán se combinan con el colapso económico y llevan a las familias al límite, mientras que en Siria unos 12,4 millones de personas no saben de dónde vendrá su próxima comida, explicó Beasley.

También, se observa un aumento del hambre en Angola, Burundi, Etiopía, Haití, Kenia y Somalia, según la agencia de la ONU con sede en Roma.

Este, a simple vista, es el panorama que tenemos en el mundo, mientras las grandes potencias continúan con su afán de hegemonía mundial, mientras los señores de la guerra solo piensan en incrementar sus cuentas bancarias.

DESGARRADOR

Y es que NO puede ser más que desgarrador e insensible, el hecho que el crecimiento militar, del 2,6 por ciento del gasto militar mundial, se produjera en un año (2020), en el que el Producto Interior Bruto (PIB), se redujo un 4,4 %, según el Fondo Monetario Internacional, principalmente a causa de los impactos económicos derivados de la pandemia del covid-19.

Y es que la impotencia es mayor cuando verificamos los datos, y nos damos cuenta que el incremento en el gasto militar mundial, fue el mayor interanual de la carga militar, desde la crisis financiera y económica global del 2009, al pasar del 2,2 % al 2,4 %.

JPM

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