Muchos analistas políticos han dicho que el PRM con Luis Abinader a la cabeza ganó las elecciones del 2020 por la saturación que tenía el País del PLD y sus actos delictivos, masivos en número y valores.

Que no fue un triunfo logrado por el PRM, por su simpatía o programa de gobierno, que las opciones que teníamos como electores casi nos obligaban a elegir a Luis Abinader.

Elegirlo a pesar de tener una cultura PRDista en su costilla, a pesar de tener detrás una militancia de origen PRD y todo lo que eso implicaba y sigue implicando el PRD en el poder.
No había opciones para el dominicano común, ese que siempre vota por partidos o figuras, que siempre vota con fanatismo ciego, por pica pica, pica pollo o por caviar.

No había opciones porque nuestra cultura de votación se manifiesta en votos carentes de valores morales y espirituales, de seriedad, integridad, carentes de memorias cortas y largas. Y así le damos el voto al corrupto y ladrón que pudo evadir la justicia junto a sus demás compañeros de Partido, y están de nuevo como elegibles.

Es algo irracional, pero como lo racional es lo raro, y la locura lo común en el hombre, así marchamos.

En las organizaciones políticas usted puede ser el hombre más serio, pero serio de verdad, respetable, intachable moralmente y hasta puede ser o llamarse cristiano, pero NUNCA será capaz de votar en contra de su Partido y su candidato, aunque estos se hallan desempeñados corruptamente ante sus propios ojos por años.

Cómo se le puede llamar a ese fenómeno?

Quién podrá cambiar eso en el hombre, para que éste mantenga una integridad total en su ser y quehacer y no dé su aprobación para un nuevo ejercicio de gobierno a corruptos impunes, aun sean de su Partido?

Las elecciones del 2024 pone en estrecho nuevamente al pueblo dominicano, pero más aún al hombre serio y honesto. Al íntegro que no quiere beneficiar a ningún Gobernante o Funcionario público pasado que lo halla hecho mal.

Ya no habrá un Luis Abinader desconocido en el ejercicio del poder, ya se conocen de él algunas cosas positivas, pero él aluvión negativo lo puede sepultar. Igual que los anteriores que tuvieron sus positivos y fueron sepultados por sus malas acciones.

Ahora viene el 2024, si pudiésemos cambiar la cultura del voto en el dominicano fuera algo novedoso.

Que se Vote por un candidato desconocido, nuevo, pero con un programa de gobierno lo más Justo e interesante posible.
Un programa de gobierno acorde a nuestra cultura religiosa y espiritual, que traiga las ganas y la valentía de ser Justo y hacer justicia.

Que este sobre la derecha y la izquierda, el conservador o no, que gobierne para todos en beneficio de todos.

Que lideree un gobierno que armonice a todos los sectores de la vida Nacional. Que ese gobierno sea un regulador confiable en el desarrollo del País.

Que transforme el Sistema de Gobernar y Administrar, y que lo haga en pos de la Nación. Terminando de institucionalizar los poderes del Estado para que estos sirvan de contrapesos uno del otro, evitando así la concentración de poderes y la perpetuidad e impunidad en el ejercicio político.

Esa aventura electoral tendría menos riesgos que repetir Personajes y funcionarios y partidos conocidos y “requete conocidos” que ya por su naturaleza corrompida son irredimibles moralmente.

Se atrevería hacer ese ejercicio de moralidad e integridad personal?

Hurgaría usted en los nuevos candidatos, no importa si son minorías, valoraría su programa de gobierno y no su persona?

Se atrevería usted a romper esa irracionalidad en su ser, que siendo hombre serio e íntegro vota y promueve Partidos y candidatos corruptos?

Es buena aventura, pues como dije, hay más riesgo en uno (conocido) que en el otro por conocer.

jpm-am