Lo bueno, lo malo y lo feo de los avances tecnológicos (4)

imagen
El autor es educador. Reside en Orlando, Florida

POR HUGO R. GIL

Sin lugar a duda, la consecuencia más catastrófica del agresivo avance de la tecnología en nuestro es la potencial pérdida de la privacidad personal, y con ello, el consecuente deterioro de la libertad del individuo. Es de todos conocido el alto nivel de exposición al que está siendo sometida nuestra vida diaria.

Este preocupante estado de exposición antes estaba reservado a los artistas, a los políticos y a los famosos en general. Ahora cualquier ciudadano común y corriente es constantemente captado por las cámaras de alta tecnología en cualquier punto de la ciudad, aún sin su propio consentimiento.

El pretexto por excelencia que se enarbola para justificar la invasión a la privacidad personal en nuestros tiempos es que se hace para fines de seguridad de la población. Todos queremos sentirnos seguros. Por eso esta aparente razón traída de los cabellos ha contado con la aceptación general.

Reconocemos que siempre ha habido intentos de espiar y conocer la vida privada de las personas, pero nunca como ahora. Los gobiernos y las instituciones gastan sumas cuantiosas de dinero tratando de conocer qué piensa o hace el ciudadano común en cada momento dado de su vida. Organizaciones famosas de inteligencia como CIA, FBI, KGB, INTERPOL, MOSSAD, M15, FSB son algunos ejemplos.

El verdadero auge de esta tendencia invasiva de la vida privada explotó en Estados Unidos a raíz de la caída de las torres gemelas en Manhattan, Nueva York el nueve de septiembre del 2001. Como manera de justificar la intensa búsqueda y captura de los supuestos culpables del hecho, se nos forzó a aceptar como bueno y válido permitir que se nos requisara en cualquier momento, modo y lugar. el terreno estaba allanado para que el ciudadano tuviera que sacrificar su derecho a la privacidad.

Y así fue. Como el empuje del “microchip” injertado en el cuerpo de las personas encontró fuerte resistencia en el año 2000 (Y2K), había que ingeniarse otra manera de lograr los mismos objetivos.

Las torres gemelas fueron posteriormente reconstruidas, los supuestos culpables fueron apresados, pero la observación excesiva de las personas prosigue su agitado curso. Aun más, aunque el caso sucedió en los Estados Unidos, el interés de usar el avance tecnológico para controlar la vida de las personas se sigue expandiendo de manera indetenible, como una verdadera pandemia a nivel global.

Cualquier persona de inteligencia promedio debía sospechar que lo de las torres fue un acontecimiento extrañamente conveniente para cumplir propósitos más allá del mismo hecho, sin que por ello se le acuse de patrocinar las llamadas teorías de conspiración.

Ya prácticamente todos los países del mundo han adoptado con sospecho entusiasmo los procedimientos para mantener constantemente observado al individuo. Por ejemplo, a quienes que nos encanta viajar por los países del mundo, tenemos que resignarnos a las odiosas requisas en aeropuertos y puertos de embarque o desembarque.

Cuando somos sometidos a estos procedimientos nos invade una sensación de violación al tener que pasar a través de máquinas que nos leen hasta la respiración y al permitir que agentes de seguridad, con verdadera lascivia, nos observen y manoseen flagrantemente.

No creo que yo sea el único que observa con estupefacción como nuestros celulares, cámaras y televisores inteligentes parecen monitorizar constantemente nuestros movimientos, palabras y gestos.

¿No le ha sucedido a usted que ha mencionado algún producto en una conversación privada con un miembro de la familia o amigo y poco tiempo después comienzan a salir en sus plataformas anuncios de productos relacionados? ¡A veces no lo decimos, sino que lo pensamos y ahí están los anuncio! Si eso no le parece extraño, no sé a qué se le podría llamar extraño.

Si analizamos el problema desde otro ángulo, podemos observar que con la misma eficacia y agresividad conque las agencias gubernamentales y privadas prácticamente hacen una constante autopsia de las personas en carne viva, así mismo los criminales y delincuentes, ya sea en forma individual o institucionalizada, nos convierten en presa fácil, gracias a los grandes avances tecnológicos.

Es de todos conocido las destrezas con que los “pillos tecnológicos” (hackers) nos secuestran las informaciones privadas, nos roban la identidad, se meten a nuestras cuentas bancarias y se adueñan de nuestros ahorros. Estos hechos vandálicos los ejecutan con altos grados de impunidad desde centros de llamadas (Call Centers), cárceles, instituciones privadas y mas grave aún, desde oficinas gubernamentales.

No creo exagerar al afirmar que otra consecuencia dañina del impetuoso avance de la tecnología en nuestros tiempos es la generación de adicciones y hábitos que parecen controlar a las personas más allá de su propia voluntad y su capacidad de tomar decisiones.

Nos encontramos tan atados y dependientes de estos recursos tecnológicos que al parecer hemos pasado de usuarios a verdaderas víctimas de estos. Son muy sonados los casos en que personas experimentan estados depresivos y trastornos psicológicos profundos, hasta el punto extremo de atentar contra su vida porque no generan las visualizaciones (“views”) que aparentemente necesitan tanto a más que las personas adictas a substancias alucinógenas.

Todo lo anteriormente expuesto es una clara invitación a que nos mantengamos vigilantes, a que analicemos de manera consciente los hechos, lleguemos a conclusiones adecuadas e inteligentes y tomamos las actitudes y decisiones apropiadas para preservar el  bienestar nuestro y el de los que de nosotros dependen.

Como decimos en nuestro país: “la situación no esta para galletitas”. Vivimos en tiempos peligrosos. Tiempos que requieren como nunca nuestra atención y toma de decisiones responsables.

Para no abusa de su tiempo, prometemos la conclusión del tema en la próxima edición. Gracias por seguir la lectura de la serie.

jpm-am 

Compártelo en tus redes:
ALMOMENTO.NET publica los artículos de opinión sin hacerles correcciones de redacción. Se reserva el derecho de rechazar los que estén mal redactados, con errores de sintaxis o faltas ortográficas.
0 0 votos
Article Rating
Suscribir
Notificar a
guest
0 Comments
Comentarios en linea
Ver todos los comentarios