La violación del local de Ramfis Trujillo en Salcedo

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EL AUTOR es abogado. Reside en Panamá.

Ver a Bautista Rojas Gómez, miembro del Comité Político del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), subido en una escalera escribiendo grafitis sobre el nombre y la imagen de un joven aspirante presidencial, supuestamente por respeto a las hermanas Mirabal y porque es nieto del dictador Rafael Leónidas Trujillo.

Es un hecho espeluznante, una muestra de que la llamada democracia que existe en nuestro país, no es más que una dictadura disfrazada, donde se puede usar el poder para abusar, atropellar y violar la propiedad privada.

El ex senador, se hizo de oído sordo cuando el representante de Ramfis le recordaba, que había trabajado junto con él en la campaña política de su partido, tratando de que entendiera que no era un enemigo. A lo que respondió:

“Hay que respetar la memoria y la historia de este pueblo. Que se vaya a otro, pero a Salcedo no”. Mientras actuaba como un salvaje destrozando a su presa.

La democracia va más allá de votar. Está enmarcada por el imperio de la ley, la rendición de cuenta, independencia de los poderes del Estado, transparencia y valores éticos.

“Aquí hay una ley que prohíbe la actividad trujillista (exaltar a Trujillo) en la República Dominicana”, recordaba el exministro de Salud Pública y Medio Ambiente. O sea, que en nuestro país no hacen faltas jueces, ni tribunales, pues cualquiera puede aplicar la ley a su conveniencia en cualquier momento.

El ex senador olvidó, que vivimos en un mundo globalizado, donde todo acontecimiento lo recorre al instante, este hecho nos muestra como una sociedad salvaje, donde cada uno impone su ley.

Exaltar a Trujillo es una cosa y que el nieto que ni siquiera lo conoció, pues nació diez años después, aspire a la presidencia es otra.

La ley 5880-62 es considerada una ley obsoleta, anti constitucional y discriminatoria. No fue legislada ni aprobada por el congreso dominicano ni mucho menos firmada por un presidente legítimo.

Además, choca con el artículo 49 de la Constitución sobre la libertad de expresión e información, que dice “toda persona tiene derechos a expresar libremente sus pensamientos, ideas y opiniones, por cualquier medio, sin que pueda establecerse censura previa”.

Cabe preguntarse, ¿Quién gana, o pierde con esta actitud retrógrada y abusiva?

La repuesta es obvia, el PLD es el único que pierde, mientras que Ramfis gana, pues las redes sociales están encendidas mostrando el vergonzoso hecho al mundo, que presenta a Ramfis como una víctima de un gobierno dictatorial. A quién por el simple hecho de llevar el apellido de su abuelo le vandalizaron su propiedad.

Lo que aumentará su simpatía, pues lo coloca del lado de las grandes mayorías, que sufrimos el abuso de poder de una clase política, que ha disparado todos los males sociales, que les han abierto las puertas a sus aspiraciones presidenciales.

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