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La inequidad con el hospital Robert Reid
Una situación interesante se ha producido con las últimas muertes de niños en el Hospital Robert Reid Cabral, la posición de los médicos y la decisión final de Presidente de la República. Esta dejó al descubierto la inequidad existente en la asignación de recursos provenientes del presupuesto nacional a los centros hospitalarios publico y los privados que actúan como descentralizados pero que reciben miles de millones mas que los calificados como gubernamentales. Resulta que el hospital Robert Reid es el único especializado en el país que recibe niños enfermos procedentes de todo el país, de padres carenciados o pobres, que en su mayoría no tienen los recursos para pagar los servicios médicos. Pero resulta que por ejemplo, en la Plaza de la Salud todos los pacientes tienen que pagar los servicios médicos que requieren, pero reciben del presupuesto nacional alrededor de ciento cincuenta millones, obtienen donaciones del sector privado además del pago de los pacientes, mientras que el Robert Reid recibe del mismo presupuesto alrededor de cuatro millones de pesos. Situación parecida se presenta con el CEDIMAT y otros centros hospitalarios de igual concepto de prestar sus servicios. Si observamos lo recursos recibidos por los demás hospitales públicos del país veremos con tristeza o asombro la inequidad existente en la distribución presupuestal en comparación con los centros privados. La denuncia sobre precariedad del Robert Reid y otros hospitales públicos son tan frecuentes que las autoridades las toman de manera tan natural y sus soluciones solo son mediáticas. Y todo sigue igual. Lamentable es que las ultimas once muerte de niños en el citado centro hospitalario fue lo que derramó la copa, pero las sucesivas muerte de niños de padres pobres que se han venido produciendo cada semana de los últimos seis meses a nadie llamó la atención. Niños pobres de padres pobres. Tanto las autoridades como los médicos y la dirección de ese hospital estaban conscientes y esos decesos eran ya comunes, pero nada hicieron ni dijeron, pero ahora reclaman solidaridad y repudio a posibles sanciones por esas muertes causadas por manejos inapropiados y falta de oxigeno, según el informe de la comisión oficial designada, para asistir a esos niños pobres de padres pobres. Al momento que el Presidente de la Republica conformó la comisión oficial investigadora de las ultimas muertes de los once niños pobres, ahí mismo quedó destituido el ministro de salud, quien no tuvo la valentía y el coraje de renunciar dado que se le responsabilizó de haber hecho lo que nunca hizo. Pero es de mal gusto y anti ético que el Presidente de la República designara como ministra de salud a quien sirvió de vocera de dicha comisión y quien pidió sanción que ella misma sabe no se producirán, a no ser la conocida destitución de la directora del hospital. No se vio bien que Tatis Guzmán fuera designada en esa posición ya que se asume como una serruchadera de palo y que contó con el apoyo del primer mandatario de la nación. Esto independientemente de la calidad y capacidad que le reconocemos a la nueva ministra de salud. Lo del destituido es solo el resultado de su terquedad y dejar hacer y que suceda que aplicó durante su gestión. Ahora posiblemente aprenderá. A sabiendas de que es sistémico la situación de la salud publica en Republica Dominicana, entendemos oportuno el momento para acabar con la inequidad en la repartición de los recursos públicos a los hospitales donde acuden en masa los más pobres y desposeídos, con relación a los citados centros médicos privados que hasta hoy se engullen una gran parte del pastel económico del país.