La epidemia y la economía

LA AUTORA es abogada. Reside en Milán, Italia

Por INDIRA BLANCO CASTILLO
Fecha: 13/05/2020
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En pleno siglo XXI tantos países del mundo se encuentran todavía atravesando o iniciando una crisis sanitaria provocada, aparentemente, por un virus que ha costado vidas y pérdidas económicas. Una cosa inesperada en una época de avances tecnológicos y científicos, sobre todo en países en donde los recursos y la prosperidad existente hacían ver la posibilidad de un virus tan peligroso como no creíble. Sin embargo, es un fenómeno que ha sucedido muchas veces en la historia del hombre. La más parecida a esta epidemia fue la que sucedió a fines de la Primera Guerra Mundial, la denominada Fiebre Española, que sacudió países de Europa y Estados Unidos.

La República Dominicana, como otros países del mundo, tambien está viviendo algo que se podía considerar como impensable hace unos años atrás. Un virus que nos obliga estar en casa para evitar el aumento del contagio, a mantener las distancias, y, a tener rígidas reglas de higiene. Un país como el nuestro que no es rico, que es, en gran parte, una economía de servicios, una situación como está podrá representar grandes pérdidas económicas para las empresas, instituciones públicas, comerciantes, turismo. Todo esto a parte de los gastos no previstos a que ha debido recorrer el Estado para, aunque sea mínimamente, aplacar los efectos de la situación en los sectores más pobres de la población. Y no solo esto, sino las consecuencias de la crisis económica en el mundo que, sin duda, repercutirán en el país.

El Fondo Monetario Internacional (FMI), en las publicaciones del 14 de abril, ha previsto que en el 2020 las economías avanzadas se contraerán en un promedio del 6.1%, mientras las economías emergentes (aquellas con una industria fuerte) como China e India, tendrán un crecimiento modesto de un 1%, inferior al crecimiento del año anterior.

Adan Tooze del “FOREIGN POLICY”, una revista Estadounidense dedicada a las Relaciones Internacionales, en el artículo “Una Honda de hurto sin precedentes”, señala que la inactividad provocada por el virus golpeará directamente el sector de servicios, que hoy en día emplea el 80% de la fuerza de trabajo en Estados Unidos, que es el nuestro principal socio comercial. Asimismo agrega algo nuevo respecto al virus y la economìa, cuando declara: “Un entero modelo de desarrollo económico se ha parado de golpe. La crisis no es el resultado de una crisis financiera, y no es ni siquiera las consecuencias directas de la Pandemia. Al contrario, es el producto de una precisa decisión política que es en sí una novedad absoluta. Al parecer es más fácil parar una economía que estimularla”. Si fuera esto cierto, no habría que revisar el modelo de desarrollo económico existente y sustituirlo o mejorarlo?…no sería fácil, quizás muchos intereses en juego. Pero la tendencia debería ser la del equilibrio social y económico que permita a una sociedad tener las seguridades mínimas de subsistencias, sanidad, educación y pensiones aseguradas.

El hecho es que se están tomando medidas para enfrentar la crisis. La que está y la que se avecina. En los Estados Unidos el Congreso aprobó un paquete de ayudas. En Alemania, un país renuente a extralimitarse con el gasto, se declaró un Estado de Emergencia y eliminado el limite a la deuda pública. En la Eurozona se ha acordado la posibilidad de recorrer a préstamos del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MES), un fondo salva Estado que deberá ser destinado sólo para los efectos directos e indirectos del COVID-19.

Un país como la República Dominicana, en vías de desarrollo, muy endeudado, con una importante parte de la población que lo que hace es sobrevivir sufrirá las consecuencias de una crisis mundial. A pesar de que tenemos una buena tasa de crecimiento económico, sabemos que no se ha logrado una mejor distribución de las riquezas, y que mucha gente vive con sueldos que no son suficientes para colmar todas las necesidades de la canasta familiar. Esta crisis podría desencadenar una inflación y la capacidad adquisitiva podría disminuir todavía más.

Bien lo señaló un artículo del periódico francés, Le Monde, publicado en la Revista Italiana “Internacionale” del mes 17/23 de abril de este año, “el que esta crisis sanitaria y económica traída del COVID-19 golpeará sobre todo a los más débiles e indefensos del mundo. Es por esto que el 13 de abril el Presidente francés Emmanuel Macron ha lanzado un apelo para la cancelación de la deuda de los países africanos. El día después el G7 ha decidido de exonerar el pago de la deuda de este año a 76 países pobres (en el que deberíamos estar nosotros). Pero el diario Europeo enfatiza sobre el continente Africano: “Es un primer paso hacia la cancelación de la deuda, que deberá ser evaluada caso por caso en un cuadro multilateral. La iniciativa podría ser sostenida del G20, del cual hace parte también la china, uno de los principales acreedores del África”.

La cancelación de la deuda no sería solo para Africa, si dicha decisión obedece verdaderamente a una concientización de la realidad de la pobreza en tantos países del mundo. La cancelación pudiera extenderse a países como la Repùblica Dominicana, Bolivia, Haiti, y otros. Cancelando la deuda y destinando lo que se pagaba de la misma en proyectos de desarrollo, se podría ayudar a estos países a salir de la miseria, de la ignorancia y del atraso en infraestructuras y tecnologías. Todo esto con la ayuda de los países ex acreedores que, con su desarrollo, pudieran ayudarnos tanto y recibir por ello, a su vez, el dinero antes destinado a pagar la deuda ayudando de ese modo a la economía real de sus respectivos países.

Que Dios nos proteja y que así sea, y que el virus sea solo un fenómeno temporal que nos dejo algunas cosas buenas.

sp-am

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