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Horford, el rostro de Hawks
ATHENS, Georgia — El pronóstico oficial en el primer día de entrenamiento era que el pecho y los hombros reparados quirúrgicamente de Al Horford no estaban aún listos para cargar el peso de la franquicia aquejada de problemas durante la temporada.Sin embargo, la estrella de los Atlanta Hawks ya está haciendo mucho del trabajo pesado. «Ha sido importante para mí comprender que en cualquier situación puedo aprender algo, crecer y fortalecerme», dijo el dominicano Horford después de observar otro partido de entrenamiento desde afuera de la cancha esta semana. «Muchas de las veces, es posible que no lo veas en ese momento. Es posible que te sientas frustrado o enojado. Pero después, cuando lo ves en el largo plazo, probablemente haya sido lo mejor. Por algo suceden las cosas». Después de todo, es una filosofía que Horford aplica en múltiples frentes en la actualidad. Físicamente, Horford identifica los aspectos positivos de cada etapa. A pesar de que se ha mantenido al margen de los entrenamientos de contacto del equipo, está aumentando gradualmente su carga de trabajo en el campamento esta semana en la Universidad de Georgia, mientras se recupera, por segunda vez, del músculo pectoral desgarrado que interrumpió su temporada el año pasado después de 29 juegos. Mentalmente, el All-Star de la NBA en dos ocasiones, está tratando de participar como líder y se está preparando para desempeñar un papel aún más importante en el sistema de Mike Budenholzer, entrenador en su segundo año. El sistema, adoptado de San Antonio, debería reforzar la reputación de Horford como uno de los pívots más versátiles de la liga. Espiritualmente, Horford, quien afronta su octava campaña con la franquicia y es el jugador más experimentado de los Hawks, está trabajando para hacer las paces y dejar atrás una tumultuosa postemporada empañada por los distintos comentarios racistas pronunciados por el dueño del equipo, Bruce Levenson, y el gerente general, Danny Ferry, actualmente en situación de licencia administrativa. Horford lleva una gran carga sobre los hombros, sin embargo, su personalidad estable y actitud positiva evitan que este hombre de 2.08 m y 113 kg ceda bajo la presión. Las cualidades que llevaron a Horford a convertirse en uno de los basquetbolistas universitarios más exitosos de la historia (con dos campeonatos nacionales en las dos temporadas que jugó en la Universidad de Florida) continúan caracterizando al jugador que ha llevado a Atlanta a los playoffs cada temporada desde su llegada como el tercer escogido en el draft del 2007. Según la mayoría de las versiones que se escuchan dentro y fuera de la liga, dichos atributos hacen de Horford un jugador ideal y la persona indicada para guiar a Atlanta a través de una de las etapas más desafiantes en la historia de la franquicia. «Es una persona tranquila pero fuerte, que no se agobia con nada», dijo Budenholzer. «Algunas veces, yo soy todo lo contrario. Así que lo veo como un indicador y dig 'En ocasiones, desearía ser más como Al'. Es simplemente ecuánime y reflexivo, y se comporta de gran manera. Disfruto pasar tiempo con él y platicar con él. El tipo es como un ángel, con grandes cualidades». La paciencia no figura entre los principales atributos de Horford. Por suerte, la perspectiva sí. Horford apenas puede contenerse cuando es un espectador más en los entrenamientos. Aunque los entrenadores optaron por mantenerlo fuera de los ejercicios de choque, ha presionado para hacer sus sesiones uno contra uno por un lado de la cancha. Y eso es lo que le ha permitido a Horford mantenerse alejado de la acción y enfocarse en el panorama general esta semana durante las sesiones de entrenamiento. Es consciente de que no puede darse el lujo de otro contratiempo, como cuando tuvo que reducir sus entrenamientos durante el verano debido a los persistentes dolores que presentaba. Se espera que esté al cien por ciento al inicio de la temporada. El 26 de diciembre sufrió su último revés. Durante uno de sus mejores juegos de la temporada –25 puntos con 11-17 en tiros de campo y 8 rebotes, 4 asistencias y 2 bloqueos– Horford se desgarró el músculo pectoral derecho en un triunfo en Cleveland. Dos años antes, sufrió la misma inesperada lesión en el músculo pectoral izquierdo, y jugó únicamente 11 partidos durante la temporada regular 2011-12, antes de regresar para los playoffs.La primera lesión detuvo a Horford tras dos participaciones consecutivas en los Juegos de las Estrellas del 2009 y 2010. La cirugía más reciente interrumpió la mejor racha de su carrera, ya que se estaba adaptando sin problemas al sistema de Budenholzer y estaba alcanzando nuevas marcas en su carrera, en lo que se refiere a puntos (18.6), porcentaje de tiros de campo (.567) y bloqueos (1.5). Sin Horford, los Hawks obtuvieron el octavo puesto de los playoffs y lograron una ventaja 3-2 en la serie sobre Indiana, primero en la siembra, en la primera ronda antes de perder siete juegos. Atlanta jugó fuerte y rápido, y desplegó un basquetbol implacable, un estilo que le causó grandes problemas a Indiana por toda la cancha. Sin embargo, faltaba el cerrador de los Hawks en los momentos decisivos. «Nuestro principal problema fue en el último cuarto», dijo Kyle Korver, alero de los Hawks. «Conocemos el valor que añade al equipo. Cuando está en plena forma física, es un pívot de nivel All-Star, y no hay muchos jugadores como él. Te pierdes de mucho. Falta su liderazgo. Sabíamos cómo queríamos jugar, pero no lográbamos cerrar. Con Al en la cancha, un veterano ecuánime, alguien que tiene la capacidad de hacer grandes tiros, nos ayudará en la ejecución, confianza, y todas esas cosas. Es difícil definir a Al en pocas palabras». Los doctores le indicaron a Horford que los músculos desgarrados eran probablemente el resultado de la presencia de tejido cicatrizante en el pecho y hombros debido a años de intensos ejercicios físicos. En consecuencia, Horford cambió su régimen de levantamiento de pesas, reduciendo las rutinas de press de banca y levantamientos por encima de la cabeza. Se ha enfocado en fortalecer su zona media y la parte inferior del cuerpo. Por ahora, hay una combinación de ansiedad, aprensión y expectativa. «Será interesante», dijo Horford, quien espera entrenar a la par de sus compañeros de equipo la próxima semana y jugar en, por lo menos, dos partidos de pretemporada antes del juego inaugural el 29 de octubre contra Toronto. «Cuando veo a los muchachos jugando a gran velocidad, definitivamente dudo. Pero siento que una vez que esté en la cancha y suceda el primer choque, o tenga que ir a pelear el primer balón, si lo supero, estaré bien». Como jugador, la habilidad fundamental de Horford y los periodos en los que ejerce absoluto dominio se pueden medir métricamente. Como líder, su impacto sobre el equipo y la organización ha sido incalculable. Esto se volvió más evidente después del cierre de la temporada, cuando, además de su más reciente lesión, tuvo que hacer frente a los insultos de los directivos. Horford fue uno de los primeros en dirigirse en privado a sus compañeros de equipo cuando, durante una investigación interna del dividido grupo propietario, salió a la luz pública un correo electrónico de Levenson en el que hacía comentarios con tintes raciales. En el correo electrónico, Levenson criticó la gran cantidad de aficionados negros de los Hawks en los partidos en casa y sugirió formas en las que el equipo podía crear un ambiente más cómodo para los abonados blancos. La NBA investigó el incidente, y Levenson ha decidido vender su participación de control en el equipo. Días después del polémico correo electrónico, surgió una grabación de Ferry haciendo comentarios despectivos y racistas durante una llamada en conferencia sobre los agentes libres con los dueños del equipo, en referencia al delantero Luol Deng, quien después firmó con Miami. Horford, el rostro de la franquicia, se sintió traicionado y no lograba comprender lo que estaba sucediendo. «No pienso que Bruce sea racista, pero fue una de esas cosas que definitivamente me tomó por sorpresa», dijo Horford sobre el polémico correo electrónico de Levenson. «Cuando lo vi, me sorprendió. Supongo que lo estaba viendo desde el punto de vista comercial, pero las palabras que usó no fueron las adecuadas. Las experiencias que he tenido con él siempre han sido positivas. Sin embargo, me sorprendió». Horford habló con los ejecutivos del equipo, pero no logró reunirse de inmediato con Levenson. «Lo más importante para mí era conocer todos los hechos, asegurarme de escuchar todo lo que necesitaban decir», indicó Horford. «En ocasiones, te enteras de las cosas a través de los medios de comunicación, así que debes asegurarte de que sean verdad. Y una vez que supe de lo que se trataba –administración y propiedad– dije: 'Eso no lo puedo controlar'. Sabía que algunas de esas cosas estaban fuera de mi alcance. Simplemente decidí que debía aclarar mi mente. Observé al grupo de jugadores, y el equipo es realmente bueno. Y no es justo para nosotros tener que pensar en otra cosa que no sea el equipo y cómo mejorar». Ferry se dirigió al equipo y se disculpó antes de tomarse una licencia por tiempo indefinido. Desde entonces se ha reunido o platicado con jugadores actuales y antiguos, incluyendo a Deng y Magic Johnson, junto con grupos de la comunidad. El aspecto más decepcionante de los comentarios racistas, dijo Horford, es que no reflejan la opinión de la ciudad o el equipo. Los Hawks cuentan con una de las plantillas más diversas de la liga. Horford, oriundo de la República Dominicana, es uno de los cuatro basquetbolistas extranjeros jugando en un equipo de una ciudad considerada por muchos, como una de las más progresistas de la NBA. «Cuando me reuní con Danny, parecía muy arrepentido», dijo Horford. «Sentí que él comprendía la gravedad de lo que había hecho. Después de hablar con él y ver lo que está haciendo en la comunidad y las cosas que está tratando de hacer, me sentí bien. Además, lo conozco como persona, y siempre ha sido estupendo. Ha hecho muchas cosas por los Hawks en los años que ha estado con nosotros». Mientras que el futuro de Ferry en Atlanta sigue siendo incierto, Horford se ha granjeado el respeto del medio basquetbolista por su forma en la que ha enfrentado la adversidad y reducido la tensión en situaciones difíciles en el pasado. El escolta de Los Angeles Clippers, Jamal Crawford, observó este rasgo a inicios de la carrera de Horford en la NBA. Crawford estuvo con los Hawks durante las dos temporadas en las que Horford se convirtió en un All-Star. Sin embargo, el liderazgo de Horford y su actitud directa hacia sus compañeros de equipo eran tan impresionantes como su talento en la cancha. Crawford recuerda que Horford tomó la palabra en el vestidor de los Hawks durante una serie de playoff de segunda ronda contra Orlando en el 2010. «En el equipo estaba yo, Joe Johnson, Josh Smith, Marvin Williams, Mike Bibby y todos estos jugadores con más años en la liga», dijo Crawford. «Estábamos en una de esas reuniones entre jugadores, y los muchachos decían cosas entre ellos, pero no en voz alta. Al se paró al frente y dij 'Vamos a poner todo sobre la mesa». Todos se callaron y Horford se dirigió a cada uno de los jugadores diciéndoles que debían hacerse responsables. «Yo estaba sentado ahí, impactado, porque no ves a muchos jugadores haciendo eso en su tercer año», continuó Crawford. «Nunca dudó en llamarle la atención a la gente, cuando sentía que era necesario. Era siempre de forma positiva. Había jugadores que llevaban siete, ocho, diez, doce años, y les gritaba. Pero todos lo respetaban, porque cuando Al hablaba, sabías que no había agendas ocultas. El equipo era lo más importante, lo principal». Todo comenzó en la universidad, en Florida, donde Horford, sutil y de suaves palabras, se veía a menudo opacado por su extravagante y escandaloso compañero de equipo de los Gators,Joakim Noah. Mientras que Noah gozaba de la atención por sus excentricidades en público, Horford estableció la dinámica para uno de los equipos más dominantes de la historia del basquetbol universitario. Billy Donovan, entrenador de los Gators, cree que la fortaleza y el enfoque de Horford fueron los complementos ideales de la personalidad de Noah. Donovan comentó que así sigue siendo hoy en día. Noah se convirtió en el jugador defensivo del año de la NBA, se le considera como una estrella y firmó contratos de patrocino con los Chicago Bulls. Mientras tanto, Horford ha tenido que superar dos lesiones que han interrumpido dos de sus tres últimas temporadas, además de la controversia con los ejecutivos del equipo. Asimismo, ha tenido que enfrentarse a una batalla para sacudir la percepción de que es una estrella ignorada en un mercado de la NBA en problemas. «No está sumido en todo esto», dijo Donovan. «Jugó aquí en Florida con Joakim, quien era el pararrayos en muchos sentidos. La gente se sentía atraída hacia Joakim por su energía, cola de caballo y franqueza. Al no es así. Cabe destacar que Al es muy seguro de sí mismo. Sabe perfectamente quién es como persona. Confía en sus habilidades. No está tratando de ser alguien que no es. Aquí yo le decía el Padrino. No decía mucho, pero cuando lo hacía, sus palabras estaban cargadas de fuerza. Así es él. Todo acerca de Al es de importancia». Ese era el caso en aquel entonces y sigue siendo ahora. La coherencia, el carácter y la credibilidad de Horford son decisivos para que Atlanta afronte con éxito la crisis. Ningún otro jugador en la liga se enfrentará a un reto más difícil y extenso esta temporada que Horford, quien deberá rehabilitar su cuerpo, así como la imagen empañada de su franquicia. Ese proceso comienza señalando los aspectos positivos que los Hawks han promovido esta semana en el campamento de entrenamiento. Horford es la personificación del progreso. Es la fuerza reparadora de una franquicia en sanación. «Subiremos, y subiremos rápido», dijo Horford. «Los entrenadores y el tipo de jugadores que hay aquí son personas de gran carácter. Estoy emocionado, estoy intentando recuperarme lo más rápido posible. Siento que podemos revertir la situación y hacer que suceda algo especial». of-am