Hipólito y Miguel Vargas ante la historia
En los primeros doce (12) años del balaguerato se sufrieron y dieron contra nuestro pueblo situaciones aterradoras e indignantes. La persecución, el encarcelamiento de opositores reales o supuestos, el exilio obligatorio, el terror, la represión brutal, la banda Colorá, los asesinatos a mansalva, la jefatura de generales de horcas y cuchillos y las barbaridades trujillistas de algunos civiles del régimen fueron el pan diario de aquellos terribles años, hasta que en 1978 llegó Don Antonio Guzmán Fernández, un presidente de verdad.
Posteriormente, es historia, todas las luchas intestinas que llevaron al PRD a sufrir sucesivas derrotas y convertirse, de un partido revolucionario a una asociación de rebuceros y buscavidas. Basta para dar sustento a esta premisa, referir los nombres de los actuales dirigentes del PRD de Miguel Vargas. También es historia patria, que entre los dos últimos “líderes mayores” han destripado al PRD y que ahora uno de ellos, queriendo volver a Presidente, está en vía de también destripar la Convergencia. Ellos, con sus egoísmos, han casi apagado el “jacho”; y al buey que más jalaba, lo tienen en agonía, chupándolos como sanguijuelas o garrapatas.
¿Cómo es posible que unos dirigentes así, con todo el haber negativo en su contra, aún tengan vigencia de peso en el perredeismo que ellos han destrozado? Las razones de esa vigencia la encontramos en las mismas que hay, para que aún estén en el medio personajes trujillistas y siniestros.
Pero también, son las mismas razones para que estén en la arena política una bestia como Leonel (El León) y su séquito de corruptos, y que además se vote por diputados y senadores que el adjetivo de canallas les está quedando corto.
Esas razones pueden ser: que Trujillo y Balaguer mataron a todos los hombres y mujeres pensantes y de valía de nuestra patria. Que la baja inversión en educación y la mala alimentación, unida al excesivo calor, enfermedades curables y no curables, en conjunción con las altas dosis de alcohol y de otras drogas, hayan atrofiado la masa cerebral de nuestra gente, quienes desarrollados en esas circunstancias, han mermado la capacidad de pensar y analizar, a tal punto, que confunden un reaccionario con un revolucionario y hasta con un santo, como el caso de Juan Pablo II, que después de hacer mil diabluras junto a Reagan para destruir la Unión Soviética, participar y apoyar la caída de Allende, propiciar la muerte de monseñor Romero y encubrir la pederastia y sus actores, lo tienen como santo.
Y si no es así, entonces ¿cómo explicarle a nuestros miles de patricios y mártires que hoy sigamos unos ‘lideres” con mentalidad capitalista, que anteponen sus intereses al bien colectivo de la nación, porque el norte de ellos, es dinero, poder y fama y para uno de ellos, vivir la vida loca, cherchando y relajando?
¿Cómo justificar que hayamos elegido, para que dirijan los destinos nacionales, unas fichas del capitalismo salvaje, que en pos de ganar simpatías, con los verdugos de nuestras naciones y apuntalar sus negocios, como también para lograr apoyo político, ofrecen alegremente su suelo patrio, para que en él se depositen desechos tóxicos y además, firmar un tratado, dizque de “libre comercio”, que cuando entre en vigencia, arruinará a los productores agropecuarios, y con ello nuestra agricultura, pero que además, han consentido leyes que permiten a extranjeros comprar porciones ilimitadas de nuestro lar nativo, sin importarles que esas ventas, afectan la Soberanía Nacional?
¿No es una afrenta esos “liderazgos” que bailan alegremente los merengues de Trujillo, y que se declaran canchanchanes de trujillistas confesos como Euclides Gutiérrez Félix? ¿No es esto una burla a los Héroes antitrujillistas de Maimón, Constanza y Estero Hondo, a los Panfleteros de Santiago, a Virgilio Martínez Reyna y esposa, a los torturados en la 40, en Sisal de Azua, en el Pozo de Nagua, a los muertos y torturados en la cárcel de Nigua y otras, a los miles que anteriormente entregaron sus vidas en la guerras independentistas y de la Restauración, luchando por la libertad de nuestra patria?¿Se corresponden esos liderazgos con los ideales de nuestros gloriosos muertos, com Amín Abel, Otto Morales, el Moreno, Orlando Martínez, Guido Gil, Henry Segarra, Narciso Gonzáles, Amaury Germán Aristy, Virgilio Perdomo Peláez, Ulises Arquímedes Cerón, Bienvenido Silveira y ante los miles de héroes anónimos que han ofrendado sus vidas para que tengamos una nación prospera y feliz?
No olvidemos que, en pos de esa nación democrática, prospera y feliz, Manolo Tavares Justo y sus compañeros fueron fusilados en las Manaclas, que también por esa misma causa corrieron suerte atroz las Hermanas Mirabal y su chofer Rufino de la Cruz y sufrieron persecuciones, torturas, muertes y encarcelaciones miles de dominicanos en la inmundas cárceles de la era de Trujillo y Balaguer. Tampoco soslayemos todos los caídos en la Gloriosa Guerra de Abril de 1965, incluyendo a todos los infelices que cobardemente fueron asesinados en la famosa operación limpieza de esa guerra, ordenadas por los gendarmes de San Isidro, bajo el mando de la potencia invasora.
Dada esta situación, considero que para estos héroes y heroínas es un agravio muy grande el comportamiento servil de los “líderes” aludidos, cuando se pliegan gustosos a los intereses extranjeros, en desmedro de los nuestros, como es el caso, del líder aludido, que quiere hacer con Loma Miranda, este tipo de entreguismo, recurriendo a sus antiguas prácticas. Esto, sin omitir en esta remembranza, el caso del Ingeniero Vargas, cuando ordenó a sus diputados aprobar el contrato-estafa concedido a la Barrick Gold y que además, ambos líderes nunca levantaron su voz contra los estragos que se quisieron hacer contra Los Haitises.
¿No viene a ser una ofensa esos “liderazgos” a las memorias de Rafael Tomás Fernando Domínguez, Juan María Lora Fernández, Francis Alberto Caamaño y a la de los Héroes caídos en todas las montañas y llanos de Quisqueya, y a la de los caídos en la guerra de abril de 1965; que dicho sea de paso, en esta época, mientras el agrónomo, líder y candidato eterno, en su juventud, se la pasaba sembrando tabaco en el Cibao, sin importarle, que con esa droga contribuía con el aumento de cáncer en la población, los verdaderos revolucionarios de su generación estaban tirando tiros con los Constitucionalistas en Ciudad Nueva, o por lo menos, dando apoyo logístico e ideológico a esa sublevación de nuestro pueblo.
¿Los exiliados que en 1939 fundaron con tantos sacrificios este PRD, un partido con tanta historia de entregas, desprendimientos, heroísmos y mártires en su haber, fue para que cayeran en las manos de alguien que la responsabilidad de gobernar la hace siguiendo un libreto político entreguista de nuestros recursos naturales al mejor estilo de los cachorros del imperio?
Pero también, ¿cómo nos justificaremos con nosotros mismos? ¿Cómo convencer a nuestras conciencias de que esos “liderazgos” encarnan el “Proyecto de Nación” por el que tanto han dado sus vidas y perdidos sus bienes, y hasta su patria, porque por los desafueros de estos líderes y sus amigos, sumamos millones los que hemos tenido que emigrar del país, para sobrevivir?
¿Tienen sentido estos “liderazgos” para los miles que hemos envejecido en este partido, luchando para que tengamos un mejor país? Por ejemplo, cuando uno de estos líderes se integró a nuestro partido en 1983, yo ya tenía 20 años de militante, y ahora la gente de ese líder me quiere echar, por hacer uso de mi derecho de la libre expresión y difusión del pensamiento, lo que paradójicamente entra en contradicción con la luchas que como partido hemos librado, vertiendo tanta sangre, para que no sean conculcados, ése y otros sagrados derechos. ¿Acaso tiene lógica, que un partido que se llama revolucionario y que sea miembro de la Internacional Socialista, se dé la paradoja, de que los líderes del mismo, no gustan del socialismo, pero que tampoco tienen ningún conocimiento de sus doctrinas, porque no gastan su tiempo, en esas lecturas?
¿Tienen sentido esos liderazgos, bajo los cuales, por su mala conducción, hemos perdido el poder, destruido el Partido y llegado tan bajo, que somos corresponsables del desastre actual del país en todos los órdenes? ¿Se olvida que nuestros diputados y senadores con la instrucción de estos líderes, declararon a Balaguer Padre de la Democracia Dominicana, pero que también, han aprobado decenas de contratos y privatizaciones, lesivos al interés nacional.
Pero que también, súper-remunerados y por mafias, se dan la vida de jeques árabes con todo y harén, a costillas de un pueblo empobrecido y atormentado?. En otros casos, ¿por qué ellos ni siquiera han combatido en los medios, los sueldos indecentes, como el del gobernador el Banco Central, o la pensión también indecente de Leonardo Matos Berrido, así como también, los ingresos también indecentes de los diputados y senadores de la res-pública, ni enfrentan la corrupción ni los corruptos como es debido? Las razones, son obvias, pues no olvidemos que ya hemos señalado, que todos ellos son amigos; no porque yo lo diga, sino porque ellos mismos lo dicen. Al efecto ¿se acuerdan de aquella expresión: “a ese yo no lo voy a llevar a justicia, porque ese es mi canchanchán”.
En este contexto, aparte de todo lo dicho, para dar más sustento a mis planteamientos, traigo a colación el hecho, de nuestro pueblo con el pasar del tiempo, se ha tornado cada vez más pobre, mas no así, los líderes en cuestión y los potentados del país.
Al respecto, las estadísticas confirman, que del gran crecimiento económico que hemos tenido, ha venido a enriquecer más, a los ya ricos, y a empobrecer más, a los más pobres. Estos datos de por sí, dejan bien claro, para que, y para quienes es el trabajo de estos “lideres”, y que sus discursos de campaña con tantas promesas para el pueblo, no han sido más, que una falsa, que no podemos seguir consintiendo.
Esta falsa es tan evidente, que todavía hoy en sus campañas están prometiendo que quieren llegar al poder para realizar las transformaciones sociales que el país necesita, cuando sabemos, que cuando ellos gobernaron, teniendo la oportunidad para hacerlo mejor, en vez de eso, empeoraron la situación.
¡Que tragedia para nuestro pueblo!, que estos hombres, en vez de seguir los ideales y ejemplo de vida de nuestro Juan Pablo Duarte, mejor practican las maneras trogloditas de los sátrapas, Santana, Báez, Lilís, Trujillo y Balaguer. Pero la cosa aún es peor, cuando el pueblo sacrificados por ellos, por la razones ya dichas, no tiene conciencia de esta situación y la acepta sumiso como si nada estuviera pasando.
En un artículo anterior sostuve y aún sostengo que Hipólito es un hombre con suerte y no lo sabe. En 1978 Don Antonio lo nombró Secretario de Agricultura sin ser del PRD, una posición siempre reservada para los de mayores méritos y de mayores años de militancia y lucha en un partido cualquiera que este sea.
En 1983, después de gozar de las mieles del poder es cuando viene a juramentarse como miembro de nuestro Partido, para luego por medio a él, y por circunstancias y coyunturas muy especiales, llegar a presidente de la República en el 2000, sin que sea un revolucionario o un socialista, o que responda a las líneas doctrinarias del Partido, ni muchos menos porque sea un intelectual, digamos como un Hugo Tolentino Dipp, porque el mismo se jacta con decir, que nunca ha leído un libro por completo.
Pero también, después de esa gran distinción de llegar a presidente por medio a un Partido del que no es genuinamente militante y de habernos conducido como candidato a dos derrotas evitables, ahora, por una ambición patológica y por obra de unos irresponsables e inconscientes, sin visión política más allá de sus narices que los siguen, nos quiere conducir a una tercera derrota, porque el hombre, a pesar de todo, aún sigue de “líder”. ¿Y no es eso tener suerte?
¿Ante tantas evidencias negativas contra estos líderes, cual es la razón, por la que se insiste en que ellos, sean los que nos sigan gobernando? ¿Será porque creemos, que ellos al igual que los de la Raza Inmortal están llenos de patriotismo y enamorados de un puro ideal? ¿O es porque definitivamente somos tarados, irresponsables o masoquistas para pensar que con las mismas piedras, llevaremos a cabo un Proyecto de Nación?Nietzsche afirmó en su tiemp “La falta de sentido histórico es el pecado original de todos los filósofos”.
Parafraseando a este genio alemán, podemos decir: La falta de sentido histórico es un pecado original en todo pueblo que lo padezca, pues el mismo, es un grave déficit intelectual para la interpretación de cualquier tiempo histórico, que puede llevarnos a elegir por equivocación a un líder, o a unos líderes, que legalmente y por medio a nosotros asalte el poder, para luego hundirnos a todos. Es el caso que nos ocupa con Hipólito y Miguel Vargas, Por lo que, ni uno, ni el otro… ni otros, de otras parcelas políticas.
Posdata
1-Aunque a mis detractores les sea difícil comprender, yo con mis escritos, advirtiendo de porqué el líder de marras, no debe ser el candidato, estoy siendo más perredeista y más amigo de él, que quienes los impulsan a la nefasta aventura de que sea el candidato por el PRD mayoritario, tal como anteriormente lo condujeron a aquel intento funesto de reelegirse en el 2004, para desgracia de todos y del país en general. Los verdaderos amigos no son los que adulan, sino aquel o aquellos, que nos dicen la verdad aunque nos duela. Es historia, que en la mayoría de los casos, esos “amigos” devienen con el tiempo, en ser verdaderos enemigos.
En base a ese principio sostengo, que soy más amigos de él, que sus aduladores, porque con mis señalamientos, él, de hacerme caso, evitaría la derrota que le he augurado, y con ello, arrastrar una culpa, que le impediría gozar de una felicidad plena por el restos de los años que le quedan por vivir junto a su adorada familia. Por esa y por muchísimas razones más, para él sería de más honor y gloria, pasar a la historia como el líder que nos condujo a una victoria, que el candidato que nos condujo a una derrota, que pudo haber sido evitada, si pensamos, que la patria está primero que nuestra ambiciones personales, y actuamos en consecuencia.
También quiero resaltar, como al efecto lo hago, que no he encontrado una forma más efectiva que mis filípicas para llegar a él y llamar su atención, porque de veras, con él, para este objetivo buscado, no hay otra forma, porque yo conozco a ese almendrón. En el privado, como me hubiese gustado tratar este asunto, él jamás me hubiese escuchado.
Otro punto: en su falta de visión, muchos ingenuos me enrostran que no ataque a Hipólito objetando que él no es el enemigo, ignorando que una guerra no se gana, sin que por lo menos, primero, neutralicemos a los que desde adentro nos pueden impedir una victoria. Si analizamos los hechos, Hipólito con su empecinamiento de querer ser candidato, digamos, sin quererlo, para ser indulgente con él y su gente, nos llevará indefectiblemente hacia la tercera derrota.
Ante este hecho, para lograr la victoria no de fulano o zutano, sino de nuestro Partido, en este caso, ya que él no entiende nuestras razones de objeción a su candidatura mediante el dialogo privado, amigable y de buena fe, entonces, en función de la victoria, no queda más remedio que hacerlo públicamente en la forma que yo lo he hecho, para el bien de todos los perredeistas y de todos los dominicanos que quieren un cambio para su país. Además, nadie como yo, ha atacado a los opositores. Tengo pruebas de ello.
2-Una vez más invito a mis detractores, a combatir mis criterios con ideas y argumentos centrados en el tema, no con insultos. Acepto como bueno y valido lo de frustrado, pues, ante los resultados del quehacer de los políticos de mi patria, y ante el sumiso comportamiento de las masas y su aletargamiento, tendríamos que ser un ente anormalmente insensible e indiferente y hasta algo sinvergüenza, para no estarlo.