El esplendor de Madrid

imagen
El autor es economista. Reside en Santo Domingo

POR EDUARDO GARCIA MICHEL

Leyendo el excelente y reciente libro titulado “Madrid”, de Andrés Trapiello, me he encontrado una cita de Ramón Gayá sobre Benito Pérez Galdós que me ha encantado. Dice: “A Galdós me lo figuro dando vueltas y vueltas por Madrid, sin prisas, claro está, pero no a la manera del paseante o del ocioso, es decir, no con el placer del paseante ni el cinismo del ocioso, sino con ese paso del perro callejero que no es propiamente una lentitud, sino una sapiencia; porque eso que en los perros callejeros puede parecer vaguedad de objetivo no es más que sabiduría, sabiduría profunda, convencimiento de que no hay lugares absolutos donde ir”.

Y sí, estando en Madrid, como acabo de estar, he experimentado esa extraña sensación de querer caminar, caminar y caminar, sin un lugar preciso donde ir, como el perro callejero que recorre las calles de un lado a otro, sin norte, en mi caso por el deseo de imbuirme del espíritu de sus gentes que flota y se sintetiza a cada paso que se da y de seguir amando la ciudad como lo hice en la época ya lejana en la que realizaba en ella mi carrera universitaria.

Mi visita coincidió con la celebración del mundial de fútbol en Qatar. Lo previo al inicio de la competición fue el intento de cooptar a la audiencia televisiva exhibiendo un brazalete que portarían los jugadores con el emblema de la bandera homosexual, como si en el planeta no hubiera otras causas más meritorias.

La Gran Vía

¿Acaso han desaparecido los grandes males que afligen a la humanidad? ¿Ha sido vencida la pobreza? ¿Superada la supresión de la libertad de expresión en muchos países? ¿Erradicado el analfabetismo o mejorado el acceso a la salud de gran parte de la población mundial? ¿Cesado el acoso contra los desvalidos o la agresión contra los débiles? No, es la respuesta. Esos sí serían tópicos con méritos a ser resaltados, si no fuera porque el deporte no debería ser contaminado con pasiones distintas a las que le son inherentes.

Encuentro aquí, en esta ciudad de Madrid, que los valores no son los que fueron.

En el espectro político, la izquierda o la derecha no son tales. La izquierda se centra en promover el universo gay en

Puerta del Sol

su afán de captar votos, dar paso a la ley trans, insistir en permitir el aborto a niñas sin el consentimiento de sus padres, permitir el cambio de sexo en los niños, a lo cual se agrega rebajar las penas por sedición y diluir el delito de malversación para excluir de penalización el mal uso del erario público si fuere para fines no personales, en esto último yendo más allá del populismo que se teje en países del mundo subdesarrollado. Defender lo contrario se atribuye a tendencias de extrema derecha.

El término fascista se usa con profusión, pero desprovisto del significado que originalmente tenía ligado al predominio de un sistema de poder autoritario o extremo y al corporativismo. Para la izquierda, fascista es todo aquel que le sea contrario. Para la derecha, comunista es todo aquel que no piense como ellos.

Eso me lleva a preguntarme si la sociedad de los países desarrollados estará involucionando después de haberse acercado al estado del bienestar.

Situación urbana

Al caminar contemplo el esplendor y limpieza de las calles de esta ciudad de Madrid, su esmerada red de transporte público y señalización de calles y carreteras, sus cuidados y grandiosos museos, su maravilloso sistema sanitario, su sistema de pensiones que libera la necesidad de ahorro a cambio de la garantía de prestaciones futuras, la rigurosa recogida y clasificación de basura, la seguridad imperante, su admirado servicio de bares, restaurantes, y hoteles, la amabilidad de la gente. Y encuentro que la ciudad es de todos, a mí también me pertenece.

Me encuentro en las calles con manifestaciones de protestas para mejorar lo bueno. Llenas de encono. No quieren darse cuenta de que el talón de Aquiles de este país y de Europa está en una población envejeciente y en su baja tasa de reproducción.

Están en el dilema (que no lo admiten) de tener que rescatar el orgullo del sexo en parejas heterosexuales (disminuido por el auge de la ideología. homosexual), reproducirse y sacrificar cuotas de libertad para poder dedicarle tiempo a sus hijos, o aceptar que su sobrevivencia está atada al ingreso de inmigrantes que financien el nivel de bienestar de que disfrutan y terminen modificando la cultura, composición de la población y la propia nacionalidad.

jpm-am

ALMOMENTO.NET publica los artículos de opinión sin hacerles correcciones de redacción. Se reserva el derecho de rechazar los que estén mal redactados, con errores de sintaxis o faltas ortográficas.
0 0 votos
Article Rating
Suscribir
Notificar a
guest
12 Comments
Nuevos
Viejos Mas votados
Comentarios en linea
Ver todos los comentarios
José A Ramírez M
José A Ramírez M
1 Año hace

Distinguido profesor, prefiero leer de usted, los temas económicos que usted de cuando en vez expone que estás ideas que escribe y que en muchos de sus párrafos, son muy vagas…¡Qué me importa Madrid!

Tulia la Marrana, Ph.D Influencer
Tulia la Marrana, Ph.D Influencer
Responder a  José A Ramírez M
1 Año hace

Es comprensible tu comentario, porque tarados como tú, solo se preocupan por tener la barriga llena de espaguetis y arroz, y así ponerte hablar o escribir mierderías socialistas. La cultura no es tu cesto.

José A Ramírez M
José A Ramírez M
Responder a  Tulia la Marrana, Ph.D Influencer
1 Año hace

Loco viejo, galla loco ¿Quién te estás mencionado «socialistas» o «cultura»? ¡Buen disparatoso!

José A Ramírez M
José A Ramírez M
Responder a  José A Ramírez M
1 Año hace

mencionando…..

José A Ramírez M
José A Ramírez M
Responder a  José A Ramírez M
1 Año hace

Además, subnormal ¿Quién te has mencionado, «espaguetis» y «arroz»?, cuando no se tiene, nada que escribir, entonces, se escribe basuras y eso es lo que tú expones en tu comentario de un imbécil y desquiciado……..

Sandrita Esmeralda.
Sandrita Esmeralda.
Responder a  José A Ramírez M
1 Año hace

Solo un imbecil y tarado mental, coprofago, que de Vila Mella no ha pasado puede evacuar un comentario asi.

Guilber R. Mesa
Guilber R. Mesa
1 Año hace

De acuerdo en su totalidad con lo enunciado, estuve en la URSS por 2 años y los comunistas son peores que los capitalistas, aquí un ejemplo de un pacoredo llamado Danilo**, y si son muchos LGTBUX y además votan. Por las calles de Madrid que delicia.

Sandrita Esmeralda
Sandrita Esmeralda
1 Año hace

Si hay algo cierto es que la izquierda esta absolutamente desacreditada a nivel mundial.

Arturo Morató B.
Arturo Morató B.
1 Año hace

(3) Modesto Castro Ruz, conocido en Cuba como «La China», por sus disimuladas preferencias hacia las personas del mismo sexo. Son los vaivenes de esta izquierda degenerada, corrupta, criminal y oportunista, que actúan como verdaderos camaleones para disfrazar en las sociedad, sus reales y perversas intenciones de dominio y manipulación total de las sociedades en donde se establecen.

Arturo Morató B.
Arturo Morató B.
1 Año hace

(3) de la sociedad hoy en día. Es la misma izquierda revolucionaria que, en la década de los 50-60 en Cuba, tenían como cabeza visible de persecución hacia los homosexuales, al propio Fidel Castro Ruz y al sociópata asesino, Ernesto Guevara de la Serna (El Che), a los cuales levaban a campos de trabajos forzados, situación que fue revertida con la campaña llevada a cabo por Mariela Castro Espín, que de manera paradójica, es hija de Raúl (sigue)

Arturo Morató B.
Arturo Morató B.
1 Año hace

(2) camiones cisterna lavando las calles y aceras, antes de que los ciudadanos salieran a sus labores habituales y sus señalizaciones de sus calles es gratificante. De igual manera, me identifico con usted, en torno a esta nueva degradación moral y ética del ejercicio político de la llamada «izquierda revolucionaria» que ahora descaradamente, apoya y promueve el homosexualismo, los abortos y todas estas degradaciones morales que sacuden (sigue)

Arturo Morató B.
Arturo Morató B.
1 Año hace

Sr. Eduardo García Michel: he leído con agrado su interesante artículo sobre la ciudad de Madrid, España, y de inmediato me hizo recordar mi estancia turística es esa hermosa y singular ciudad. Como bien señala, el esplendor y la limpieza en las calles de Madrid, es digno de emular. Recuerdo que, desde el ventanal de mi habitación del hotel en donde me hospedaba ubicado en la imponente Gran Vía, veía todas las mañanas bien temprano (sigue)