El daño colateral
El daño colateral que causa una victoria política o militar puede ser mayor que la magnitud del triunfo obtenido, por lo que al momento de elaborar una ofensiva táctica o estratégica siempre es útil o prudente calcular la dimensión de los estragos que causaría.
En política, esos destrozos podrían ser mucho más devastadores que las pérdidas de algún batallón, aviones, tanques o de otros pertrechos de guerra, porque la victima directa seria la economía que a su vez expande miseria como bamba nuclear.
Los bandos que pugnan al interior del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) y del Gobierno no parecen haber hecho cálculos sobre la relación entre una posible victoria política y el daño colateral que causaría un conflicto que algunos erróneamente consideran como la madre de todas las batallas.
No está claro si los fundamentos que motorizan esa lucha se sustentan en la defensa de principios políticos o en visiones opuestas sobre economía y sociedad, toda vez que los líderes defienden los aportes que han hecho los gobiernos del Partido, los cuales han estado matizados por plataformas programáticas de gran similitud.
Unos proclaman que su guerra es en defensa de la Constitución, pero afirman que su candidato ganaría en las primarias abiertas, mientras que el presidente del gobierno de ese partido no ha dicho que aspira a una tercera repostulacion, pide que lo dejen trabajar e insta a esperar la fecha última de selección de candidato.
El desempeño de la economía dominicana de 2018 ha sido el mejor desde comienzo de siglo, con un 7% de crecimiento del PIB, cifras records en ingresos de divisas por turismo, remesas, exportaciones e inversión extranjera, así como de reservas del Banco Central, además de baja inflación (1,3%) y de generación de empleos (160 mil).
Ese crecimiento sano y estable de la economía es único en América Latina, región caracterizada por crisis económicas y de inestabilidad política, con secuelas de recesión, desempleo, corrupción galopante, delincuencia y criminalidad.
Aquí también se confrontan problemas de prevaricación y delincuencia, pero el crecimiento de la economía permite al Gobierno, aun con baja fiscalidad, promover obras de infraestructura vitales como Punta Catalina, Presa de Monte Grande, teleférico, ampliación del Metro, autopistas y carreteras secundarias y ampliación del crédito a sectores productivos.
En los gobiernos del PLD, la economía sobrevivió a las crisis de la quiebra bancaria (2002-2004) y de la Burbuja Hipotecaria en Estados Unidos (2007-2012), así como a las alzas en el precio del petróleo y a los incrementos de la tasa de interés por la Reserva Federal.
Si el liderazgo del PLD no logra conjurar o aliviar el impacto político y económico de una crisis interna en desarrollo, cualquiera de los bandos que crea haber ganado esa guerra irracional, sería también perdedor, por el altísimo daño colateral de una victoria pírrica, aunque la derrota mayor la sufriría el pueblo dominicano.

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