OPINION: Adriano debe levantarle la mano a Marisol Alcántara

Adriano Espaillat es el político de origen dominicano de mayor trascendencia en la política norteamericana. Ocupar un puesto en el Congreso Federal en Washington luego de una larga carrera partidaria y de un buen desempeño en puestos legislativos en el Estado de Nueva York, ha sido una hazaña histórica no sólo para él sino muy especialmente para la pujante diáspora dominicana en los Estados Unidos .

Este hecho sin precedentes implica para Espaillat una extraordinaria responsabilidad política y moral frente a una comunidad que aspira a seguir consolidando su posición en el ajedrez político de la Unión Americana.

Es por ello que en el proceso de primarias demócratas que tendrá efecto el próximo13 de septiembre, el carismático congresista dominicano no tiene otra opción que respaldar a los candidatos de origen dominicano a puestos de elección popular en las diferentes demarcaciones electorales donde competirán frente a rivales de otras etnias, independiente de las diferencias que pueda tener con ellos.

Este imperativo se hace más categórico en los distritos electorales donde los actuales incumbentes son dominicanos, como es el caso del Distrito 31 del Senado de Nueva York, puesto que ocupa Marisol Alcántara, el cual obtuvo precisamente gracias al apoyo recibido de parte de Espaillat y su equipo político.

Es un secreto a voces en los círculos políticos de Nueva York que la razón por la que el fogoso Adriano luce apagado en la contienda por la disputa de la candidatura senatorial demócrata en el Distrito 31 es porque apoya subrepticiamente al postulante afroamericano Robert Jackson en contra de la actual senadora.

Como principal líder político dominicano en Nueva York, Adriano no debe permitir que su éxito actual obnubile su visión de futuro y su responsabilidad frente a la diáspora dominicana a la que se debe, por intereses partidarios, enconos personales o retaliación.

Si bien es cierto que en la actualidad el pragmático político goza de un cómodo posicionamiento, prácticamente sin competencia, para repetir como congresista por el Distrito 13, no menos cierto es que la fortuna en política es volátil, y los vientos en algún momento pueden cambiar de dirección, aunque no sea precisamente en la próxima elección.

Según se comenta, el distanciamiento del congresista dominicano de la senadora Alcántara radica principalmente en que ésta ha definido una agenda política particular en su ejercicio legislativo en Albany, incluyendo pactos con senadores del Partido Republicano.

Por su parte, la actual senadora defiende su actuación argumentando que esos acuerdos coyunturales fuera de la agenda de la maquinaria demócrata le han permitido conseguir cuantiosos recursos que han llegado a organizaciones que trabajan con la comunidad dominicana.

Independientemente de la validez de las argumentos de uno y otro, razonablemente lo que debe imperar es el interés superior de los representados, es decir, la población que reside en el Distrito 31, compuesto por los sectores Washington Heights, Inwood y otros vecindarios mayoritariamente habitados por personas de origen dominicano.

El corolario es simple: si la mayoría de residentes en el Distrito 31 es dominicana, el senador debe ser dominicano. Es por ello que Adriano Espaillat se encuentra en la siguiente encrucijada: priorizar su agenda con la maquinaria partidaria demócrata, manteniendo su discreto apoyo a Robert Jackson,  o asumir su rol de líder político de la comunidad dominicana en Nueva York, y levantar la mano de su pupila Marisol Alcántara.

En esta elección es mucho lo que está en juego para los criollos que viven en la Gran Manzana y su liderazgo. Espaillat, el más aventajado de todos, debe recordar las causas de la salida del escenario público de su archirrival Guillermo Linares, quien se encuentra actualmente en el ostracismo político por haber presentado una fallida aspiración para el Congreso en el 2016 que fue vista por la comunidad como una jugada para favorecer al candidato afroamericano Keith Wrigth en contra de Adriano.

La realidad es que Alcántara mantiene un sólido posicionamiento para ganar las primarias del próximo 13 de septiembre, según diversas encuestas divulgadas recientemente, especialmente la realizada por la firma internacional Global Marketing USA, en la que obtuvo el 47 por ciento de los votos frente a su oponente, el ex concejal Robert Jackson, con el 42 por ciento, mientras que Tirso Piña obtuvo sólo el 1 por ciento, y Thomas De León 0.5 por ciento.

De Marisol Alcántara sólo sé que es muy trabajadora, tiene ideas progresistas y ha conseguido recursos millonarios para instituciones que dan apoyo a la comunidad dominicana y otras minorías. La conocí en el 2016 en Santo Domingo, cuando me la presentó Adriano Espaillat en una cena que le ofreció a este último el Grupo Vicini por su elección al Congreso de Estados Unidos.

Marisol está en un buen momento debido al auge de la corriente progresista en el Partido Demócrata. Sólo hay que observar la sorprendente victoria de la candidata al Congreso Alexandria Ocasio Cortez  frente al veterano congresista Joe Crowley, en el Distrito Congresional 14 (El Bronx y Queens), el pasado 26 de junio.

Como un amigo que ha colaborado desinteresadamente con Adriano Espaillat en todas sus campañas políticas desde aquella primera de 1991 en la que compitió contra Linares por el puesto de Concejal en el Distrito 10, considero que no puede permitir que Marisol gane sin él o pierda por él. Esto sería una innecesaria mancha indeleble en su exitosa carrera política. Y todavía está a tiempo…

of-am

0 0 votos
Article Rating
Suscribir
Notificar a
guest
0 Comments
Comentarios en linea
Ver todos los comentarios