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Monte Grande era un sueño, hoy comienza como un hermoso despertar; beneficiará unas 5 provincias del suroeste cuando sea una realidad; y será una realidad, no cuando veamos el embalse lleno de agua del Yaque del Sur, sino cuando a la región Enriquillo se le hayan construido todos los canales de riego que se alimentaran con esas aguas.
La construcción del embalse, se maneja a buen ritmo; pero nos preguntamos, si las autoridades y los habitantes de esas zonas, se habrán interesado por los planes de regadíos para sus predios agrícolas; porque al final, eso es lo que le da significado al llamado “metro del sur”.
Barahona no puede tener un aeropuerto como una referencia decorativa; o para ser usado por vuelos locales, en un país tan pequeño en territorio, que si caminas muy rápido pones un pie en la montaña y el otro en el mar Caribe; se hace necesario que a Santa Cruz de Barahona comiencen a llegar turistas, de los tantos que nos visitan, usando ese aeropuerto aunque sea por vuelos chárter.
La otrora cuna del mejor café, el tipo Barahona, tiene que recobrar su protagonismo en la producción del grano aromático; no conocemos las condiciones de los caminos vecinales del municipio de Polo, pero los caminos carreteros de Enriquillo y Paraíso que conducen a las plantaciones de café, están en condiciones deplorables.
Los caminos de Chene, el Pino, La Torre y la Isleta en el municipio de Enriquillo están intransitables; lo mismo sucede con las zonas cafetaleras de Paraíso, aquí para solo poner un ejemplo, la carretera que conduce hacia el Maniel es una ruina.
Ahora que finalmente el Estado ha recuperado las tierras robadas en Pedernales, en la última administración del Dr. Balaguer, esta parte del suroeste parece una promesa dorada; años hemos pasado con la expectativa de grandes inversiones en el sector turístico; esperemos que ya nada frene un importante flujo de capitales hacia esta parte del país.
Pero, así como el Presidente Medina toma una hora de su ocupado tiempo para sentarse a conversar con un grupo de dominicanos que necesitan de su presencia; así, le recomendamos tomar un tiempecito, y hacer el viaje desde Barahona hasta Pedernales por tierra, no en helicóptero, para que aprecie que tipo de carretera recorren los habitantes de esa parte del territorio.
La dirección del Estado debe estar consciente, de que frente a inversiones importantes en Pedernales, una buena carretera de enlace es casi una emergencia nacional, si de verdad queremos el desarrollo de la zona.
Bueno, el suroeste sonríe y espera; confiado en estar bien representado en el Estado; hoy más que nunca, tiene sentido esa frase de que, “la hora del Sur ha llegado”.
of-am
