Retaliación o reconciliación política en el PLD

 En el PLD, como consecuencia de la lucha política por el poder, un sector por conservarlo y otro por asumirlo, se atraviesa por una delicada situación que amerita acciones políticas llenas de prudencias para detener ese aciago proceso que podría devenir en una crisis de consecuencias imprevisibles.

Es imprescindible que su dirigencia, en especial sus dos principales líderes, procedan a colocar un dique repleto de sentido común, inteligencia emocional, de los aprendizajes de históricas divisiones de partidos en el poder y, en particular, tomar muy en cuenta la responsabilidad política ante las sanas expectativas del pueblo dominicano y el legado político del Prof. Juan Bosch.

La correcta decisión del Presidente Medina de no presentar el proyecto para reformar la Constitución para viabilizar una segunda reelección en el 2020, la ebullición de las diferencias de criterios en el PLD, puso de manifestó la disyuntiva retaliación o reconciliación política.

En torno a dos proyectos han estado girando las confrontaciones políticas en el PLD que, por sus envergaduras, también trascienden a las principales estructuras de la sociedad política dominicana.

El primer encontronazo fue acerca de las diferencias en la aprobación de la nueva Ley de Partido, que se concentró en el proceso para seleccionar los candidatos a cargos electorales. El sector gubernamental  propugnó por primarias abiertas,  el otro demandaba primarias cerradas.

En ese diferendo triunfó el sector gubernamental, aunque se aprobaron las dos modalidades, en el PLD se impuso la realización de primarias abiertas, lo cual fue aceptado por el sector que lidera Leonel. Y las aguas volvieron a su nivel en el PLD.

La otra cuestión que alimentó las contradicciones no antagónicas en el PLD fue la posibilidad de reformar la Constitución para permitir la segunda reelección del Presidente Medina.

En contra de ese proyecto surgieron varios factores. Estos  seis fueron los principales:

  1. a) La actual geopolítica americana y   los intereses “made in USA”.
  2. b) La crisis y sorprendentes acciones populares que produjeron la renuncia del gobernador de Puerto Rico.
  3. c) El moméntum histórico-político que, en la actualidad, afectan la institucionalidad y gobernabilidad democrática en varios países de América Latina.
  4. d) El estrés y preocupaciones económicas y sociales que se incubaron en importantes sectores del empresariado y organizaciones de la sociedad civil.
  5. e) Las exigencias para cumplir los 15 puntos, aprobados por toda la dirigencia del PLD que facilitaron “las reelecciones” en los comicios del 2016.
  6. f) La actitud que asumió Leonel, quien en uso de sus derechos, manifiesta legítima aspiración  a la candidatura presidencial por el PLD, a lo cual se adicionó la posición que contra el  proyecto de la reforma asumió una facción del PRM, otros partidos minoritarios y varias organizaciones de la sociedad civil.

Como se puede apreciar, fueron múltiples los factores internos y externos que indujeron la  decisión del Presidente Medina para no presentar el proyecto que modificaría la Constitución.

Es, por lo tanto, muy cuesta arriba e  incorrecto achacar exclusividad a la postura de Leonel para que, por el momento, no se habilitara al Presidente Medina para la posible reelección.

Por lo anterior, resulta incomprensible y contraproducente que algunos representantes del sector gubernamental opten por aplicar medidas de retaliación contra Leonel y seguidores, con las que se profundizaría la delicada situación peledeista hasta llegar a crisis divisionista que daría paso a la expresión “perder, perder” para las dos tendencias, para el PLD, para el legado político de Bosch y para el pueblo dominicano.

El incumplimiento del acuerdo para la elección del bufete directivo de la Cámara de Diputados sería una acción emotiva e imprudente que apuntalaría la retaliación política, lo cual es totalmente contrario a las estrategias políticas del PLD y las sanas  expectativas del pueblo dominicano.

Mientras que la reconciliación política en el PLD, contribuye con la unidad en la diversidad y reflejará la madurez, la aquilatada y positiva experiencia de gobiernos peledeistas, y la consigna de “Servir al Partido para Servir al Pueblo” se convertirán en una clara manifestación de la vocación política a favor de “Ganar, ganar”.

Firme en ese propósito, nos alineamos con entusiasmo a favor de la reconciliación política en el PLD, en base a lo cual hacemos una sincera exhortación a los dirigentes del danilismo y leonelismo a gestionar, con la responsabilidad que les caracteriza, para desestimar la retaliación y transitar por el camino de la reconciliación política que beneficiará el sistema de partido y consolidará la democracia en la R. Dominicana.  ¡Así ganamos todos!

of-am

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