Mejores ciudadanos, mejores políticos para una república que funcione

La política debería ser una ocupación más seria, desempeñada por personas virtuosas. Los políticos deberían haber madurado un ciclo propedéutico que les lleve a un nivel de conciencia más elevado. Deberían demostrar su comprensión de las virtudes que nos enseñan los grandes y antiguos filósofos –al menos desde Santo Thomas (1225-1274) hacia atrás-.

 

Anotar que, en los tiempos de este cura dominico, conciliador entre la fe y la razón, la psicología era pura, no torcida, no tan aberrada. La psicología era el estudio y tratamiento del alma según su significado etimológico, cuando dicho objeto era más cercano a la Fe, a la filosofía y por tanto, debido a su influencia, a la política-.

 

Los políticos (1) deberían ser personas más instruidas, con una sólida y probada experiencia en mejorar a la gente, que es el principal atributo de un líder. (2) Deberían ser gente que haya producido o creado algo. No gente (inepta) aprovechada y oportunista, que va al estado (ejecutivo, congreso y justicia) a robar y desfalcar los bienes públicos o a traficar con influencia y corrupción.

 

(3) Los políticos deberían ser gente que no tenga necesidades básicas, (4) deberían ser gente realizada, que vaya a la cosa pública a servir, a aportar, si se quiere de manera honorífica, como ocurre, para algunas posiciones, en algunas naciones o bien como ocurría en los tiempos de los padres fundadores de las principales naciones del mundo: Gente dada a los demás.

 

Del mismo modo los ciudadanos –votantes- deberían ser más exigentes con los candidatos que les son propuestos, deberían estudiarlos mejor (de pies a cabeza, por dentro y por fuera) así como con los programas y propuestas de los diferentes partidos, grandes o pequeños.

 

Cada ciudadano es co-responsable del actual deterioro moral y político en el cual hoy vive nuestro país. Cada ciudadano es co-responsable de la actual dis-funcionalidad del estado. En fin los ciudadanos por principio general deberíamos ser capaz de proponer y elegir a nuestros mejores hombres y mujeres.

 

¿Sabias que en algunos países, que son verdaderas Repúblicas, un nuevo votante -al cumplir su mayoría de edad, que se supone ha madurado una educación secundaria- solo puede elegir diputados? Y en el nivel administrativo -municipal- solo concejales o regidores. ¿Por qué?

 

Pues porque se asume que ése nuevo votante no tiene la madurez, ni el nivel de conciencia, suficiente, ni la educación (política) para saber discernir y evaluar adecuadamente, al elegir a quienes se suponen integrarán  el Consejo de sabios de un país, es decir el Senado de la República, los Senadores, que a su vez son responsables de nominar a los funcionarios de instituciones vitales, para el buen funcionamiento de un país, como por ejemplo:

 

(1) El pleno de Jueces de la Cámara de Cuenta, que evalúa la ejecución presupuestaria del gobierno, sus ministerios y demás entidades; (2) integrar el Consejo Nacional de la Magistratura, para elegir, nominar y evaluar el pleno de jueces de la Suprema Corte de Justicia, que administrará el entero sistema responsable de corregir a los ciudadanos que le fallan a la sociedad. Entre otras funciones para el debido funcionamiento de la nación.

 

Ya sabe donde inicia el pecado original de la actual corrupción. En nuestro país, cualquier «pelafustán» con dinero sucio puede “comprar” una curul en el Senado y hacerse llamar honorable, así sea un narco-traficante-político. Y luego nos preguntamos el por qué de las debilidades de  las instituciones.

 

¿Quien es el culpable de que un/a chancletudo/a  llegue a una posición administrativa «sin una mota» y poco tiempo después exhiba fundaciones fachadas, mansiones, chalets en Francia, loft en Miami, New York, yates, aviones, varias/os queridas/os, negocios internacionales en todo el caribe, centro norte y sur América?

 

Corregir lo que está mal, en un país, no es responsabilidad de un solo hombre, representante, de uno de lostres poderes del Estado: Corregir lo que está mal es responsabilidad del entero sistema, y para ello debe funcionar. Cuando no funciona el pueblo y la constitución deben intervenir. Todas las alarmas deberían dispararse a fin de evitar estallidos sociales o fenómenos políticos con promesas arcaicas.

 

Fue un error –grave- del Presidente Medina aceptar, consciente o no, aquellos consejos de sus asesores brasileños,  aparentemente responsables de tal promesa. Una propuesta que usurpaba todo el sistema (a modo de slogan de campaña), que sonaba bien, que marcaba distancia de la imperante corrupción del gobierno anterior, pero muy difícil de cumplir en términos reales, que sin medir el riesgo, hoy se le devuelve como un boomerang.

 

Un verdadero abuso de la inocencia de un pueblo que, aún espera el cumplimiento, que ya reclama dicha promesa; que vio aquel slogan como una esperanza de progreso. Es cierto que, cuando “el sistema” no funciona, la mejor lucha contra la pobreza, la única eficiente, es una lucha contra la corrupción. Porque cada centavo que pagamos de impuesto es una inversión para mejorar el bienestar colectivo, no un botín de guerra para un partido, lleno de oportunistas con actitudes egoístas.

 

 

 

MI PROPUESTA PARA INICIAR LA MEJORA DE NUESTRO SISTEMA POLITICO:

 

En la actualidad, aparte del Presidente Danilo Medina, tenemos dos ex presidentes vivos, mal que bien, en conjunto tienen 16 años de experiencia de gobierno como presidentes. Ellos son el Dr. Leonel Fernández y el Ing. Hipólito Mejía. Ellos son quienes heredaron el liderazgo político de los principales líderes de nuestro país, ya fenecidos, después de la dictadura.

 

Es un verdadero desperdició de talento humano, para el estado tenerlos por ahí deambulando, cuando bien –inteligentemente- podríamos tenerlos aportando a la institucionalidad del país, poniendo al servicio del pueblo sus mejores experiencias, que da la altura de haber sido presidente de un país; en vez de fungir como nogales en sus partidos, donde cuya sombra nada crece –sea o no el caso-.

 

Pero sobre todo aprovechar de ellos, la altitud y la experiencia que da haber gestionado, conjuntamente en 16 años, la suma de RD$ 2,889,616,002,368.54 (sí 13 cifras) de los cuales el presidente Mejía gestionó el 10%  es decir la mitad de lo que es el actual presupuesto nacional de un año,  pero que Mejía lo gestiono en 4 años.

 

En los países con verdadera vocación Republicana, es decir donde las instituciones son fuertes y funcionan, los ex presidentes se integran al parlamento como senadores vitalicios. Con ésta medida constitucional o por ley, mucho del conflicto intra-partido, que muchas veces divide y fracciona a los mismos, pero que también repercute en el ánimo general de la sociedad, sería resuelto.

 

Con ésta medida se elevaría el debate, pues se concentraría entre los que desean emerger como nuevos y verdaderos líderes.

 

A lo mejor los nuevos presidentes al asumir sus funciones (1) darán continuidad a los planes de desarrollo acordados y aprobados por ley, como la famosa Estrategia Nacional de Desarrollo o bien continuarán los proyectos de aquellos programas de gobierno de sus antecesores, si consideran que agregan valor al desarrollo nacional.

 

(2) Seguro serán más efectivos en cumplir y hacer cumplir la ley permitiendo menos niveles de corrupción. Implementando ésta nueva iniciativa, de seguro avanzaremos con menos retardo, pues tendremos un verdadero recurso de sabios, que sin duda ayudará a elevar el nivel de los nuevos senadores, pero sobre todo, tendremos a la larga una República que funcione con la buena voluntad de todos.

 

wandyramirez@gmail.com

 

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