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La importancia de la educación
Soy
de los que piensan que todos los problemas de la humanidad pueden reducirse a
un sólo problema de vastas proporciones: La insuficiencia de escuelas en la
inmensa mayoría de los pueblos que componen el mundo civilizado.
De igual manera puede afirmarse que no existe en la tierra un
sólo problema susceptible de ser
definitivamente resuelto sin la intervención de la enseñanza.
Por
lo tanto, la importantización de la educación en un país como el nuestro con un
subdesarrollo tan marcado se hace más que
indispensable que los responsables de conducir el Estado
y los ciudadanos entiendan que
este tema es transversal a todas las áreas de desarrollo.
Que
no es posible avanzar con la celeridad en estos tiempos de globalización sino
se entiende que esta importante área es
la plataforma que sirve para garantizar un verdadero desarrollo integral del
individuo y la sociedad.
La
educación, para que tengan una
idea, es la base para la solución de
los problemas agrícolas, porque no puede existir agricultura eficiente donde el
que labra la tierra vive a merced de la rutina, buscando en el cielo
dispensador de la lluvia los signos reveladores
de la voluntad cambiante de la naturaleza.
Es la estructura
para dar satisfacción justa a los problemas políticos, porque no puede
haber orden institucional donde la ignorancia fomenta la rebeldía instintiva
del hombre contra la ley y contra todo lo que coarte la libre expansión de las
energías individuales,
La
educación, por ejemplo, es la base para
resolver los problemas de orden social, porque no hay legislación humana, por
perfecta que sea, que baste para dirimir los conflictos del trabajo cuando el freno
moderador de la educación no interviene
para restablecer entre las partes el equilibrio de las compensaciones.
Asimismo, sirve para resolver los problemas que se derivan de las relaciones y entre
el individuo y el Estado, porque no
puede haber justicia en donde los que gobiernan saben que tienen frente
así a un pueblo ignorante que desconoce
la fuerza niveladora del derecho y que es capaz de olvidar al arrullo de sus
cadenas, lo que hay de hermoso en la libertad y lo que hay de irrenunciable y
de sagrado en los principios dignificantes de la persona humana.
Los
problemas de orden internacional se reducen también en el fondo a un problema de insuficiencia educativa. Si
no hay paz en la tierra, si los pueblos han perdido la conciencia de su
seguridad colectiva, si la fe se ha secado, como la higuera de la escritura en
el corazón humano, es porque una buena parte de la población mundial vive todavía
en la sombra de la ignorancia.
En
fin, señores, la educación es la base
que garantiza la convivencia pacífica y civilizada entre los individuos y los
Estados.
En
ese sentido, la República Dominicana está asistiendo en estos
momentos a uno de los acontecimientos más trascendentales de este siglo en
materia de educación que es, amigos lectores, a la eliminación del
analfabetismo y la terminación de un plan masivo de construcción de aulas que
garantizan que ningún dominicano continué
esclavizado en pleno Siglo XXI por las cadenas de la ignorancia.
En
términos generales, soy de los que creo que el esfuerzo desplegado por las
actuales autoridades gubernamentales de
erradicar el analfabetismo del territorio dominicano para el 2015, el construir
escuelas en la mayoría de las provincias del país es el preludio de que en el
corazón de cada dominicano y dominicana vuelve a florecer esa flor deshojada y
marchita llamada: La esperanza.