¡! Hola tristeza!….

Sabía que tocaría a mi puerta, pues estaba en uno de los ambientes donde suelo encontrarla y conozco los síntomas de su llegada. Estaba completamente sola. La ciudad dormía. De pronto una profunda melancolía se apoderó de mí ser y sentí unas ahogadas ganas de llorar…. Llegó la tristeza. .

Es una sensación que pocos enfrentan y la gran mayoría trata de ahogar. En momento como este solía decir “que sola me siento”, pero no es así. En mi caso, la tristeza toca la puerta para anunciar la llegada de un visitante de quien me había alejado hacia tiempo: mi propio YO. ¿Por qué cuando quieres que te recibas viene acompañado de la tristeza? ¿Desea que se burle del sentido poco práctico que le estoy dando a mi vida y cuestione el uso de mi tiempo y energías?

No, la tristeza no se burla de nada. Es una compañía tan especial que ojala todos la atendieran y no sean indiferentes a sus insistentes llamados. Es especial porque no habla, se siente. Diría que es sintomática, amorosa, bien intencionada. Te avisa cuando algo anda mal en tu interior y muy dulcemente, te prepara para enfrentarlo. Por eso, la tristeza nos vuelve románticos, tiernos, soñadores. Lo desagradable lo envuelve en un algo de belleza para nuestra presentación.

A la tristeza le encanta que le pongan atención. Si no la atiende, prefiere ignorarla y salir con ella sin hablarle, entonces se enoja. Se transforma en otra cosa llamada ansiedad. Pero si la atiende, comprenderás que quiere ayudarte… Te pone a evaluar tu interior, lo que te molesta, el ambiente donde te encuentras, te vuelve al pasado y proyecta al futuro. En apretada síntesis, va pasando por tu mente situaciones odiosas pero también hermosas, que tienen que ver con su llegada.

Te recuerdas lo bello que la vida te ha dado, padres, hijos, amigos, experiencias, la naturaleza, el sol, lluvia, el amor..!A la tristeza le encanta hacer pensar en el amor! …, en las personas físicamente lejos pero espiritualmente en tu corazón. … Te indica si ha estado dando importancia a cosas materiales y negativas que no alimentan el alma, que le restan alegría y espontaneidad a la vida, ….si te ha salido de ti, para imitar otros, sin sentirte cómodo. Y así la tristeza te va ayudando a despejar y entender la dinámica de tu vida, tu verdadero sentir…

Y llega a la conclusión de que te olvidaste de Dios. Descuidaste los asuntos espirituales, restándole alegría y espontaneidad a tu diario vivir. La tristeza te pellizcó y despertó. Entró a tu ser para obligarte a detenerte, despejar tu alma y llenarte de animo… Ahora comienza a respirar profundo, sonreír y sentir paz. La tristeza cumplió su misión. Se ha marchado, y te ha dejado en la grata compañía de tu propio ser.

¡Hola tristeza! Ya no te temo, tu siempre vienes a traerme la grata visita de mi verdadero yo.

jpm