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Félix Bautista, Sergio Vargas y Andrés L. Mateo
El laureado escritor Andrés L Mateo habla con justeza de lo que dice el exitoso cantante Sergio Vargas, sobre el senador Félix Bautista, en un artículo publicado recientemente. He recibido dicho artículo en mi correo electrónico, enviado por mas de diez amigos que entienden que yo debo leerlo. Parece que mis amigos, además de mantenerme informado de los acontecimientos y compartir conocimientos en general, desean que yo diga algo sobre el tema; pero no por Andrés, que es un viejo conocido de siempre y con quien he tenido muchas coincidencias y quizás demasiado divergencias, claro, sólo en el terreno público de la opinión política; porque literariamente hablando, lo considero un autor de fuste y un sólido intelectual. Uno de mis favoritos en el patio. Tampoco creo que se deba a Sergio Vargas, ese joven cantante a quien ni siquiera conozco en persona, aunque si sé que es un artista originario de la antigua Sabana de los Muertos, hoy Villa Altagracia; peledeísta por demás y que piensa que con su desdichado pronunciamiento, está defendiendo realmente al poderoso armador interno del PLD y senador por San Juan de la Maguana. Entiendo que mis caros amigos quieren que publique mi parecer sobre el polémico senador, que hoy día, y gracias a las incongruencias de su partido, se encuentra en las primeras planas de los medios de comunicación, en medio de una polémica de la todos se arrepentirán algún día. Y supongo que dicho pedido se debe a que hace unos días me referí al impasse entre él y Jaime Aristy Escuder. El caso que se presenta hoy es un tanto diferente a lo de Jaime Aristy y José Ayuso versus Félix Bautista. En esa oportunidad, mi opinión sobre ellos se basó en lo que ambas partes dijeron e hicieron públicamente, pero ahora, mi enfoque va dirigido hacia lo que no dijo, pero si sugiere Andrés L. Mateo sobre Bautista y Leonel cuando censura a Sergio Vargas. Andrés, como es costumbre suya, nos recrea con una discurso moralista, basado en parte en el pensamiento del filósofo español don Fernando Savater, a propósito de su ensayo Invitación a la Ética, publicado por primera vez en 1982; y justo en este punto quiero establecer que comparto palmo a palmo su razonar, con las implicaciones que sugiere respecto a los pronunciamientos del cantante. No pudieron ser mas desafortunadas las expresiones de Sergio Vargas, las que reflejan un gran déficit de valores éticos y una “arrabalización” de las buenas costumbres dominicanas -algo muy impropio de un militante del PLD- a la luz de las prédicas de don Juan Bosch. Y no pudieron ser, igualmente, mas certeros y precisos los señalamientos de Andrés L. Mateo. Ahora, donde vienen las divergencias, es en las consecuencias que tiene tal discusión para el protagonista principal de los desvaríos del merenguero peledeísta; esto es a la abierta campaña contra el alfil de avanzada de uno de los candidatos a la presidencia de la República en mayo de 2016. Cualquier interpelación, juicio de valor o cuestionamiento a Félix Bautista en este momento, tiene el tinte del interés político contra Leonel Fernández, mas allá de la justeza y validez de la lucha por el adecentamiento público. Si los opositores del PLD se suman a esta embestida, es entendible y hasta lógico, electoralmente hablando; pero que lo hagan los mismos peledeístas, resulta algo así como un suicidio político. Yo, de forma particular y así de entrada, no veo claramente la presencia del comportamiento ético que le criticamos al cantante de marras. Creo que antes de despellejar a Sergio Vargas -que muy merecido se lo tiene, por chabacano, desaprensivo e imprudente- debíamos mirar al hecho de que usar al senador y hasta al cantante en cuestión como bola de billar, para de “carambola” tocar y meter al hoyo mas cercano al candidato morado, como que no pasa el examen de las lesiones que sobre ética nos da don Fernando Savater en su ya mencionado ensayo. Defender a Félix Bautista o a Leonel Fernández no es mi juego en este escenario. A ambos les debe bastar con los desatinos de los acusadores, que presentan verdaderos esperpentos judiciales, destinados siempre al fracaso. Me importa algo menos que un bledo hasta donde llegue la investigación judicial que por otro lado encabeza el flamante pre candidato y Procurador General, que desde luego apunta a invalidar a Fernández. Y quiero aquí, de nuevo, dejar constancia de mi repudio al hecho de escoger un corrupto favorito, como hasta ahora lo ha hecho el letrado señor Mateo, aunque no haya escrito su nombre una sola vez en su justa andanada contra Sergio Vargas. Y no es que trate de desmeritar la cruzada del escritor contra la corrupción. Lo que me preocupa es que esta cruzada no está dirigida contra “los infieles” en general sino, contra “algunos infieles” en particular. En ese sentido, la propia ética nos dicta tratar a todo el mundo con el mismo rasero, en especial cuando pretendemos hacer de jueces de los actos de los demás. No lo plantea Savater de manera específica en su ensayo sobre la materia, pero si el sentido común, aun y cuando es el menos común de los sentidos. Los que predican la moralidad, deben cuidar las apariencias a toda costa, para que el mensaje nos llegue a todos sin distorsión alguna; porque el descaro de Sergio Vargas al afirmar que “el fin justifica los medios”, desde luego que habrá de ser censurado por todos. Lo que no tiene manera de pasar inadvertido es la clara, aunque solapada intención de agredir a terceros, aprovechando el desplante del díscolo cantante. Si tengo que justificar la actitud de los protagonistas en este sazonado caso, pudiera señalar de Sergio que: “donde Dios no puso no puede haber”, pero de Andrés, es evidente que tendría que reconocer que es un excelente jugador de billar. Como pueden notar, el problema en realidad, no es el cuento sino, cómo se cuenta. ¡Vivimos, seguiremos disparando! rolrobles@hotmail.com