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¿Es justificable un golpe de Estado?
Esta simple pregunta, arrojaría una respuesta contundente e inmediata, NO.
Ahora bien, cuando se plantea la cuestionante y se analiza de manera imparcial y con objetividad, las opiniones son encontradas.
Para el jurista Ozan Varol, profesor asociado de la Facultad de Derecho de Lewis & Clark, en un artículo publicado en 2012 en la Harvard Law Review, planteó y definió un golpe de estado democrático como aquel que pone fin a una dictadura y conduce a unas elecciones libres y justas.
Sigue diciendo el jurista, nunca se puede justificar un golpe contra un líder democráticamente elegido. Si vives en una democracia, si tienes una forma de sacar al titular del poder por las urnas, tienes que ir a las urnas. En esas circunstancias jamás podría darse un golpe democrático, a no ser que ya se haya convertido en autoritario, lo que significa, según la definición que yo le doy al término democrático, que ya no hay elecciones libres y justas.
En junio del año 1844, después de liberada la Patria de la invasión Haitiana, los Trinitarios hubieron de dar un golpe de estado a los miembros de la Junta Central Gubernativa, que para la ocasión estaba presidida por Tomas Bobadilla.
¿Quién podría pensar, que el ideólogo de nuestra independencia y Padre de la Patria propiciara un golpe de estado?
Juan Pablo y sus discípulos, pusieron en práctica lo que habían sustentado para liberar el pueblo Dominicano, y acogieron el ideario Duartiano de que la República Dominicana ha de ser libre de toda potencia extranjera o se hunde la isla, y la patria estaba en peligro, los que no crían en la libertad pura y simple, buscaban el protectorado Francés, o lo que es lo mismo, entregar nuestra soberanía a Francia.
A nuestro entender este golpe estuvo más que justificado.
Pierre Nkurunziza actual presidente de Burundi, fue elegido por primera vez en 2005 y reelegido en 2010. El 25 de abril de 2015 el presidente en su afán en perpetuarse en el poder anunció que se volvería a presentar a las elecciones presidenciales de Burundi para ese mismo año y así perseguir el poder para un tercer mandato consecutivo. El 5 de mayo su candidatura fue aprobada por la Corte Constitucional del país.
Esta decisión resultó controvertida, ya que se denuncia que los jueces actuaron bajo coacción, amenaza de muerte, secuestro de familiares (a aquellos que no aceptaban soborno). A partir del 26 de abril comenzaron protestas contra el gobierno que dejaron saldos de manifestantes fallecidos por la represión policial.
Ese intento de golpe de estado fue rechazo prácticamente por todos los estados, mas sin embargo, el pueblo de Burundi se tiró a las calles en respaldo a los militares golpistas, por una sola razón: el respeto a la constitución de su pueblo, la cual establecía que un presidente podía ejercer la primera magistratura por dos períodos consecutivos y nunca más.
El artículo 124 de nuestra constitución expresa lo siguiente: Elección presidencial. El Poder Ejecutivo lo ejerce el Presidente o la Presidenta de la República, quien será elegido o elegida cada cuatro años por voto directo. El Presidente o la Presidenta de la República podrá optar por un segundo período constitucional consecutivo y no podrá postularse jamás al mismo cargo ni a la Vicepresidencia de la República.
El 16 de agosto del ano 2020 el presidente Danilo Medina culminará su segundo período constitucional y a partir de ese momento estará inhabilitado para repostularse nuevamente.
Desde ya sus áulicos pretenden que el presidente no solamente viole el pacto firmado en el Comité Político, refrendado por el Comité Central y el pleno de dirigentes, el que permitió su repostulación en el año 2016, en el cual se comprometió a no volver a aspirar, sino también, que viole la propia constitución de la república, y se presente nueva vez, evidenciando su enorme deseo de perpetuarse en el poder.
De concretarse lo expresado anteriormente, quedaría evidenciado lo frágil que es el sistema democrático e institucional de nuestro país, que la constitución no es más que un pedazo de papel, tal y como lo expresara el expresidente Joaquín Balaguer, que la misma está sujeta a los poderes fácticos y no éstos últimos a ella, que solo basta ser presidente para ir al mercado de valores (Congreso Nacional), y completar la transacción.
Evidentemente que República Dominicana superó esa etapa de los golpes de estado, y mucho menos a un presidente que ha hecho tan extraordinaria obra de gobierno, pero también este pueblo ha madurado lo suficiente como para rechazar cualquier intento subversivo de querer cambiar en base al chantaje, al soborno y a la corrupción el único instrumento que tiene la nación dominicana de poner límites al poder desmedido, su constitución.
Emulará República Dominicana al pueblo de Burundi, tirándose a las calles en defensa al respeto de la constitución en un posible intento de modificación con fines reeleccionista?
