El golpe de Estado a Bosch descalifica al Embajador de EEUU

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EL AUTOR es periodista, economista y abogado. Reside en Santo Domingo.

La verdad es que nuestro país cada vez más en el día va perdiendo los principios, la sensibilidad patriótica, la autoridad, la moral y el carácter y su propio valor como nación y estas aseveraciones es simple verlas expresadas y confirmadas con la forma tan ligera y alegre y hasta irrespetuosa cargada de toda inferencia en las actividades de la República Dominicana como sociedad y a las propias autoridades del gobierno del partido que fundó el profesor  Juan Bosch el 15 de diciembre del 1973, cuando vemos y escuchamos al embajador de los Estados Unidos dar opiniones, afirmaciones y hasta sutiles amenazas.

 

Como si de eso se tratara la diplomacia, su papel y responsabilidad aquí como embajador solo con el interés de querer favorecer una determinada candidatura opositora al PLD en las próximas elecciones, y lo peor y triste es que muchos quienes tienen la autoridad en la opinión pública no han sido capaces y no tienen el valor y la moral para inmutarse y sensibilizarse  reaccionando  para poner en su puesto al embajador norteamericano por querer quitarse la correa y darnos una pela de calzón quitado en nuestra propia casa a la vista de todos pero con la clara indiferencia de todos.

 

Pero la verdad es que el inolvidable e irrepetible golpe de Estado al Profesor Juan Bosch en el 1963, donde se cercenó el desarrollo y el avance democrático, económico, social y político de la Republica Dominicana con la colaboración directa de los Estados Unidos de América, país al que representa James W. Brewster, como embajador los hechos de la historia los descalifican totalmente porque además hicieron causa común con los peores criterios y pensamientos de la época que atrasó en todo el sentido de la palabra enormemente al país a cambio de  afectar el gobierno más democrático y honesto que ha tenido la democracia dominicana.

 

Es en ese sentido, que es doloroso y lamentable observar la indiferencia de las voces más autorizadas tanto del PLD como partido de gobierno y discípulos de Juan Bosch así como de autoridades del Estado Dominicano, quienes no asumen con firmeza una posición de rechazo a la sucesiva intromisión que en cada tema del debate nacional viene asumiendo el diplomático americano desde el momento en que fue asignado como embajador por el presidente Barack Obama en una clara y franca violación a la soberanía del Estado Dominicano. Es decir, que tal comportamiento luce que el diplomático está en campaña con una marcada intención de favorecer electoralmente a la oposición en las próximas elecciones.

 

Rechazamos el criterio que muchos platean en sentido que el embajador actúa correctamente sin violar el derecho de soberanía en el entendido de que la Declaración Universal de los Derechos Humanos establece la igualdad entre los ciudadanos al igual que nuestra propia constitución, lo que podría dar razón a que cualquier ciudadano extranjero pueda intervenir en nuestro país a opinar o sugerir la garantía de esa igualdad, pero en cambio el derecho de soberanía nos obliga como dominicana a dirimir y resolver nuestras diferencias y problemas entre nosotros mismos como ciudadanos dominicanos.

 

Es bueno conocer si el comportamiento a que nos tiene acostumbrado el diplomático americano obedece de manera formal y oficial a una posición de la diplomacia del gobierno de Barack Obama sobre el país o simplemente es un comportamiento  personal propio de la personalidad del embajador, que de ser así es oportuno que tanto el PLD como partido de Gobierno o las autoridades correspondientes le exijan retratarse por sus declaraciones y opiniones injerencistas.

 

El embajador de Estados Unidos, James W. Brewster, quien recientemente volvió a criticar la corrupción, y  consideró que las fuertes inversiones y las relaciones cercanas que unen a Estados Unidos con República Dominicana le dan derecho a hablar de temas  internos y propios del  país en una franca intervención en nuestros asuntos. No quiero, jamás, que se pueda confundir que defiendo a corruptos o si son o no ciertas las declaraciones de Brewster, ya que yo solo justificaría la pena de muerte por la corrupción, la violación o muerte a niños.

Pero creemos que si seguimos como sociedad indiferente y hasta celebrando esos comportamientos del embajador norteamericano o de cualquier nación  por politiquería de baja monta de parte de los diferentes sectores del país podría esto ser muy peligro y al final del día y al caer la tarde sería demasiado tarde para la República Dominicana.

 

Como Estado libre y soberano e independiente de todas potencias ya sean estas grandes o pequeñas más que nuestro país, históricamente, le ha demostrado al mundo en diferentes momentos de la historia que una violación o una injerencia en nuestras actividades se han equivocado encontrado con un pueblo rebelde y ahí están los hechos históricos, que Estados Unidos los ha tenido que disfrutar.

 

El embajador es el representante de un país soberano en otro Estado soberano y que debería observar la conducta que pide el protocolo de un diplomático en otro país. Aceptarían las autoridades norteamericanas o se harían indiferentes con una acción similar a lo que hace y dice el embajador de ellos aquí lo hiciera el nuestro allá o el de cualquier otro país con embajada en Estados Unidos? Es más que seguro que nadie ni siquiera osaría imaginarse dar una opinión que tenga que ver con las políticas públicas estatales o federales de esa potencia que este en el marco de interferir en sus políticas públicas como nación.

 

El embajador de los Estados Unidos se viene excediendo grandemente a medida que se lo han venido permitiendo y evidentemente ese no es su rol y él debe saber que somos dos Estados soberanos y nos debemos respeto como tal si eso es necesario recordárselo al activo y dinámico diplomático independientemente nosotros como país comercializamos el 85 por ciento de nuestras exportaciones y comercio es con EEUU y ellos tienen sus intereses pero somos soberanos como país no un Estado o una estrella más de EEUU.

 

Por lo que en otros países con el tipo de  declaraciones que ha venido haciendo el embajador de los EEUU en diferentes temas exclusivos del  gobierno y la sociedad dominicana  lo habrían declarado persona no grata y aquí en el pasado de seguros estamos se habrían producido varias protestas en la UASD y frente a la embajada americana pero esto tanto arriba como abajo en la sociedad las cosas han cambiado por miles de razones no por la ausencia de la Guerra Fría y estar en otros tiempos, sino por la «Guerra Caliente» que para mucha gente en este país los principios éticos, morales y patrióticos y la sensibilidad humana y social ya han pasado de moda y la prenda a exhibir en estos tiempos para ellos en la pasarela de la política es otro diseño el que está de moda…………

 

Somos como país muy sensible y muy valiente y bocón hasta pechito parado con la situación haitiana con las razones que podamos tener pero tampoco es aceptable que esa diferencia de tolerancia con las declaraciones injerencistas marque tendencia en la indiferencia y en el temor y la falta de nacionalidad y patriotismo que un embajador porque sea del país más poderoso económico y militar del mundo se limpie los pies y otra cosa con nuestra Bandera Tricolor y así a muchos dominicanos no reaccionen pudiendo hacerlo y tengamos que recordarles que el Padre  de la Patria Juan Pablo Duarte (que hasta muchos piensan que estas citas están desfasadas porque así es que van y están las cosas) cuando dijo: La República Dominicana será libre, soberana e independiente de toda potencia extranjera o se hundirá  la isla.

La Dignidad Nunca Muere.

mbritomartinez@gmail.com

 

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