El desastre de Polyplas

Polyplas junto a Plásticos Duralon son las factorías pioneras en la elaboración de productos y embaces de plástico en la República Dominicana; sus propietarios son dominicanos que han confiado en el país y han invertido esfuerzos y recursos para desarrollar sus negocios.

Esos negocios hoy cuentan con miles de empleados y un capital importante en el movimiento de la economía nacional. El desastre que acaba de golpear de manera abrupta y despiadada a la comunidad de Villas Agrícolas, y de manera particular a Polyplas ha dejado algunas lecturas que no se deben pasar por alto.

La primera pregunta que surge de la observación de los hechos es, ¿Dónde estaba la seguridad industrial de esta factoría?; una extensa área de la fábrica es invadida de gases, a tal extremo que una obrera graba un video y en las vistas y en sus palabras dice que no se ve nada, y ninguna alarma de fuego por humo se deja oír en el fondo de la grabación.

El siguiente cuestionamiento, viene de la misma experiencia de la grabación; si a esta muchacha, que al parecer no sabía el peligro que corría, le dio tiempo para hacer grabaciones, ¿Cómo es que a los encargados de la seguridad de la empresa, no les alcanzo el tiempo para desalojar todas las áreas amenazadas por la expansión del gas?

Cualquier fluido gaseoso necesita tiempo para llenar los espacios por donde se esparce; quienes estaban operando con gas natural, que es lo que han dicho las informaciones y en especial el Jefe del cuerpo de bomberos, no pueden alegar, si es que están vivos, que no se dieron cuenta del escape, y la seguridad industrial de la empresa, tenía que estar presente en una operación tan crítica como el trasiegue de un combustible de esta categoría.

Pero aquí hay algo en las informaciones que no puedo creer posible; ¿será verdad que se trasegaba gas natural, próximo al lugar donde había una caldera encendida?

Hubo negligencia en el departamento de seguridad industrial de la empresa; la industria dominicana, que en décadas pasadas podía mostrar muy buenos records de tiempos de labor sin accidentes ni desastres impactantes, de un tiempo a esta parte ha dejado ver una recurrente debilidad en la prevención; lo cual es muy preocupante para los capitales y para la clase trabajadora.

La última lectura, y la más importante, ¿han contemplado las autoridades edilicias y ambientales, el traslado fuera de los centros urbanos de empresas industriales como estas?

¿Cuál sería hoy el saldo en vidas y propiedades, si el tanque principal de combustible llega a explosionar en esa área urbana?

Es horrible imaginarlo, por eso debemos volver nuestra atención a una mejor prevención, antes que haya que lamentar una catástrofe peor.

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