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La peligrosidad del aumento sin control del gasto público (OPINION)
Por MARCELINO LARA
El gasto público o gasto del gobierno es una variable importante de la ecuación de cálculo del PIB. Dicho gasto puede subdividirse en dos tipos de gastos diferentes que de igual forma tienen una incidencia distintas en el comportamiento de una economía. Así pues, tenemos el gasto público corriente que incluye los sueldos y salarios y pensiones pagados por el gobierno, el pago de publicidad, seguridad social, subsidios, transferencias, pagos de intereses, entre otras partidas no menos importantes.
Por otra parte, está el gasto de capital formado principalmente por la partida correspondiente a las inversiones gubernamentales.
El gasto público es una variable macroeconómica que está relacionada a la política fiscal de un estado, mientras que la emisión monetaria está ligada a la política monetaria. Se supone que en toda economía debe haber una armonía en el manejo de la política fiscal y la política monetaria que en conjunto forman lo que se conoce como la Política Económica de un gobierno. En el caso dominicano la política fiscal y la política monetaria han convivido con cierta armonía durante la mayor parte de los años de este siglo XXI, aunque con sus altas y sus bajas.
Sin embargo, en los últimos años se ha observado un comportamiento del gasto público que mueve a cierta preocupación por las consecuencias que esto podría generar en la estabilidad macroeconómica.
Mientras del año 2013 al 2019 el gasto público significó el 17.3% del PIB, al 2021 subió al 18.3% que pudo haber estado justificado en parte por la pandemia. No obstante, al 2023 subió nuevamente al 18.8% y según la Dirección de Presupuesto para 2025 se espera que suba al 19.5%.
La preocupación principal se genera porque todos sabemos que el componente del gasto público que está creciendo de forma más acelerada es el gasto público corriente y este incluye la nómina pública, el gasto en publicidad, los intereses de la deuda y los subsidios y transferencias entre otras partidas corrientes asociadas al funcionamiento operacional de un gobierno.
Inflación
La expansión exagerada del gasto público corriente siempre viene acompañada de inflación y de devaluación, dos indicadores que inducen a pérdida de la estabilidad macroeconómica y por tanto, afectan la confianza de los inversionistas en la economía doméstica.
Muchos pensarán que eso se resuelve con una simple reforma fiscal, pero no es así. El esfuerzo es mucho mayor, porque se hace necesario reducir primero el gasto público corriente y hacer más eficiente a la Administración Tributaria, y todo eso acompañado de un aumento cauteloso del gasto de capital para garantizar el nivel de empleo, sobretodo en los estratos de menores ingresos. A eso se le llama disciplina fiscal, sacrificio al que muy pocos gobiernos quieren someterse, porque les suele aterrorizar las consecuencias políticas de dicha disciplina, olvidando así el beneficio económico que está genera para toda la sociedad.
Para garantizar el buen manejo del gasto público solo tenemos dos caminos para escoger: el de la inflación, el endeudamiento y la devaluación acompañada de una reforma fiscal que nos permita seguir aumentando el gasto público corriente como hemos hecho hasta ahora o el de la disciplina fiscal que reduce el gasto público corriente y mejora la Administración Tributaria permitiéndonos seguir disfrutando de la estabilidad macroeconómica que todos conocemos. Usted cuál elegiría?
jpm-am
el análisis de marcelino me recuerda lo que siempre recomiendan los economistas que apuestan al desarrollo. ningún país puede desarrollarse si no invierte por lo menos el 5% del pib en gastos de capital. en los últimos años apenas se llega al 2% del pib, es decir, casi todo se va al safacon del gasto corriente.
muchos han dicho y yo creo que tiene lógica , antes de pensar en reforma, se debe reducir el gasto público exorbitante y, una vez todo esto se haya socializado, si y solo si , se debería discutir lo de alguna reforma con puntos muy definidos …!!
la honradez viene de cuna y no se le puede trancar al ratón con el queso.
jajaja ponen el ratón a cuidar el queso jajajaja