La evasiva paz de Donald Trump
“Cuando aspires algo de alguien, háblale bajito. Rodea despacio su hombro con tu mano izquierda. Y en tu mano derecho sostén un gran garrote”. Theodore Roosevelt.
Para comprender, codificar e interpretar la intrincada e impositiva narrativa del presidente Donald Trump, es menester bucear profundo y pausado su cosmos cognitivo, conducido por una irrefrenable como alta dosis de fuerza, arrogancia y candente disrupción, amasijos conductuales conectados en el intenso vivaque del hegemonismo, y el enfrentamiento con su postura frente al vibrante multilateralismo, su mayor desafío desde su primera administración.
En ese bronco contexto de múltiples retos, Trump persigue erigirse en el supremo árbitro y súper líder planetario de la paz planetaria, por encima de los presidentes Vladimir Putin de Rusia y Xi Jinping de China, los tres líderes mundiales claves en del escenario internacional de hoy, y conforme a su trepidante yoísmo, merecer el acariciado palmarés del Nobel de la Paz.
Como ningún antecedente suyo en la presidencia imperial, Trump confronta trincheras aún no superadas que afirma ser protagonista de sus conclusiones, cuando la realidad desvirtúa sus propósitos de heraldo universal de la Paz, conforme explico.
“He acabado ocho guerras”, proclama y se ufana el republicano, cuando esos escenarios aún penden en un hilo superar sus diferencias, comenzando por el diferendo de 70 años entre palestinos y hebreos, que Trump se ufanó concluir, cuando luego de anunciar la sinuosa paz entre palestinos y judíos, el 10-10-2025, el Tezahal (ejército israelí), ha matado en raids aéreos más de 40o palestinos, de un total de 71.100, y 170,965 heridos, muchos con brazos y piernas amputadas, más de un 80% estructuras destruidas suponen inversiones reconstrucción superior US$80 mil mm.
Un desastre humanitario y estructural del que Trump de ninguna manera quedará inocente, conforme el inapelable veredicto del Tribunal de la Historia.

Este histórico octubre 13-2025, Trump pronunció un ambivalente, contradictorio, edulcorado y emocional discurso ante el plenario de la Knesset en Jerusalén, en presencia del premier Benjamín Netanyahu y el presidente Isaac Herzog, a quien exhortó, mejor, pidió perdonar a Bibi, como llaman y llamó al premier, de cargos que pesan sobre él de supuesta corrupción, así como a su hijo, cuando no es jurídicamente posible pedir perdón a ningún acusado antes de ser juzgado y pronunciar una sentencia condenatoria, una más incongruencia de Trump.
Satanizó la irrupción de Hamás la fatídica, temeraria y condenable orgía de sangre y espanto el cruento e imperdonable 23-10-23, cuando en la festividad de Simyat Torá, fueron salvaje e inmisericordemente asesinados 1,230 hebreos, niños de pecho, ancianos, mujeres, secuestrando a 250, omitiendo el también imperdonable horror de los campos de refugiados de Sabra y Chatila del 18-09-1982, donde el criminal de guerra Ariel Sharón dirigió la orgía de sangre y horribles excesos asesinando a mansalva a 1,300 palestinos en sus tiendas de campaña del sur de Líbano, también a niños, ancianos y mujeres.
Intrascendencias
Deletéreo, megalómano, imbuido de insostenibles grandezas, impulsos sicológicos connaturales en quienes ejercen el poder pretendiendo saltar la prudencia, ecuanimidad y equilibrio sicológico, y sobre todo por encima de las leyes y las constituciones de sus países, Trump se disparó con una sarta de intrascendencias y reiteraciones simplistas en su luenga perorata ante la Knesset, provocando los bostezos y hastíos de los congresistas judíos ante el diluvio de insustancialidades del discursante, derroche de cucadero y alabanzas a Bibi, ponderando la paz sobre la fuerza, en contraste de supuestos logros en ocho guerras, donde el discurso fue al revés de la fuerza, con la pelta del diálogo barruntado con el chantaje arancelario.
“Cuando solucionas ocho guerras en ocho meses, eso significa que no te gusta la guerra. Mi personalidad en realidad es acerca de parar guerras. Y parece que funciona”, apostilló Trump en un ceremonioso escenario congresional mostrando kipas y trenzas de ultra ortodoxos judíos, y un Bibi aparente complacido, pero sin despejar el truño fruncido de un duro, que ni los halagos imperiales logran ni por un instante desviarlo y desmotivarlo de sus aceradas cosmogonías de excesos y barbaries contra palestinos de Cisjordania y mucho más de Gaza.
“Los Estados Unidos tienen (debió decir tenemos) el ejército más grande y poderoso en la historia del mundo. Te lo puedo decir, tenemos armas que nadie jamás ha soñado. Solo espero que nunc tengamos que usarla”.
Evidente contundente mensaje subliminal a Moscú, Pekín y Piongyang, tres poderosos gigantes con armas de destrucción masiva inimaginables, con miles de ojivas nucleares, firmes testigos y garantes del equilibrio del terror.
Las supuestas ocho guerras que Trump alardea ha logrado liquidar, conforme de ufanó el 23-09-25 ante el plenario de la Asamblea de Naciones Unidas, solo presentan frágiles treguas, que en cualquier momento podrían resurgir.
CAMPOYA-TAILANDIA.
En cinco días de julio, conflicto causaron 35 muertos y 300 mil desplazados, frisado por acuerdo entre el primer ministro malasio Anwar Ibraihim con su par camboyano Hun Manet y el tailandés Phumtham Wechayachai, en ceremonia en residencia del premier malasio, interviniendo para formalizar el acuerdo tanto Xi Jimping como Trump, enarbolando éste un chantaje arancelario de 36%, poderosa arma que inclinó el frágil acuerdo.
SERBIA-KOSOVO.
Guerra inició febrero 1998. Terminó junio 1999, tiempo distante 2017 cuando Trump estrenó primer mandato. Conflicto permanece como un volcán apagado, debido a que Serbia, igual que otros países, no reconocen a Kosovo, logrando Trump en 2020 ambos contendientes reunirse en Washington firmando un acuerdo de normalización económica, no político, permaneciendo intactas sus originales divergencias territoriales, Serbia silenciosamente invadida por musulmanes que proclamaron la República de Kosovo, un peligro que debe servir de máxima experiencia a República Dominicana con el mismo escenario con millones de haitianos ilegales.
REPÚBLICA DEMOCRÁTICA DEL CONGO-RUANDA
Conflicto permanece pausado, no superado.
En julio 2025, dos semanas después de un acuerdo entre RDC-Ruanda auspiciado por Trump, el grupo M23 apoyado por Ruanda, incurrió en excesos expeditivos ejecutando más de 300 individuos, mujeres y niños, como siempre en todas las guerras, reanudando confrontaciones. La paz es solo un propósito, no una realidad.
INDIA-PAKISTÁN
Rajnath Sing, ministro de Defensa indio, no reconoce rol de Trump para acercar los contendientes, contrario a primer ministro de Pakistán, Shehbaz Sharif, reconociendo acción conciliadora de Trump y lograr alto al fuego, mientras el presidente Narendra Modi promueve a Trump al Nobel de la Paz, dicotomía con su ministro de Defensa, pero eso se comprende por la persistente rivalidad entre ambos países desde la partición de la porción de India para proclamar el Estado de Pakistán en 1947.
Pero Nueva Delhi nunca ha reconocido de manera formal intermediación de Trump para forjar una paz vigorosa y permanente con Islamabad.
Frágil paz. No definitiva paz.
ISRAEL-IRÁN
No hubo el menor asomo de diálogo con el régimen iraní. Trump ordenó soltar varias bombas de 13 mil kilos anunciando luego haber destruido laboratorio subterráneo construir armas nucleares del régimen persa, idéntico a George Busch jr. con los talibanes de Bora Bora, inútil. Las diferencias con Teherán están como una pira de arroz, frías por la superficie y candentes por dentro. No hubo ni hay paz, porque sin diálogo la paz entre contendores es imposible. Solo los B-52 hablaron su lenguaje poderosamente destructivo
EGIPTO-ETIOPÍA
Nunca ha existido guerra entre los dos países, solo diferencias concerniente construcción por Addis Abeba una tercera gran presa sobre el Nilo Azul, y temores compartido por El Cairo referente al río que históricamente es su gran y vital vena acuática, diferendo involucrando a Estados Unidos en rol mediador entre Etiopía, Sudán y Etiopía, los tres países beneficiarios del Nilo, el segundo río más largo del planeta, precedido por el Amazona, declarando Trump su empeño superar diferendo tripartito, aún pendiente solución.
ARMENIA-AZERBAIYÁN
Ambos contendores ponderaron intentos Trump superar diferencias, decantándose por merecer el Nobel Paz, reuniéndose inclusive en la Oficina Oval en agosto 2025 Nikol Pashinián, primer ministro de Armenia y Ilham Aliyev, presidente de Armenia, firmando declaración de intenciones por la paz, no conclusión de la paz, intermedio o interregno propiciador paz y concluir 30 años de porfía territorial por control de Nagorno Karabaj de mayoría armenia en territorio de Azerbaiyán, otro parecido, igual que Kosovo, ambos espejos que República Dominicana obligatoriamente debe y tiene que reflexionar con dos mm de haitianos ilegales peligrosamente saturando nuestro territorio.
Esas son las guerras que Trump proclama haber resuelto, cuando las realidades expuestas de esos escenarios, demuestran que las realidades de las mismas, no concuerdan con la narrativa del presidente imperial.
CARACAS-WASHINGTON
Reiterando en estos tiempos la filosofía expuesta del presidente Teddy Roosevelt y la Diplomacia de las Cañoneras del presidente Woodrow Wilson, el presidente Trump dispuso el mayor despliegue naval en el mar Caribe hacia un país sin guerra con Estados Unidos, inclusive el portaviones Gerald Ford, el más grande y reciente de la Armada estadounidense con una flotilla de apoyo, usando como contraparte vertebral, la guerra psicológica con fines de desprogramar los efectos cognitivos del presidente de facto de Venezuela, Nicolás Maduro, sobre saturarlo de expectativas, perforar y ablandar sus respuestas emocionales, conducentes a proponer al agobiando gobernante de facto, primero diálogo, luego tratativas, y final soluciones.
Ensamblar a Maduro con el supuesto Cártel de Los Soles, una inventiva, porque soles son solo mostrados en los escudos de los kepis de generales venezolanos, un ardid, estrategia y argumento de Trump tendente a doblegar la voluntad y resistencia de Maduro, usados con propósitos involucrados no solo persiguiendo lograr suministro de crudos cercanos y económicos diferente a los transportados de Oriente Medio, aparejado con el delirio hegemónico geopolítico que Trump forcejea con los gobernantes de Rusia, Vladimir Putin y de China, Xi Jimping, centrado en modificar el unilateralismo por el multilateralismo de sus dos grandes y poderosos contradictores.
Sin figurar empotrado en el altar de la democracia, integrante de las opciones dictatoriales de la aún escasa referencia de izquierda de América, junto a Managua y La Habana, Maduro conoce a fondo el peligro de involucrarse el narcotráfico, idéntica actitud observada por Managua y La Habana, y diferente al infeliz de Manuel Antonio Noriega, se distanció de uno de los señalamientos que motivan el final de un gobernante, sustituido en tiempos antes de concluir la Guerra Fría en 1999, el sambenito de comunismo.
Insertó noticia EFE desde Miami este noviembre 2025 propiciatorio como promisorio supuesto diálogo teléfono Trump-Maduro, supuestamente posible reunión, reportó el influyente The New York Times, que de paso, no las tiene nada consigo con Trump, diálogo incluyó al secretario de Estado, Marco Rubio, buena nueva producida un día antes que el republicano anunciara: “Las Fuerzas Armadas empezarán muy pronto a detener narcotraficantes en Venezuela por tierra, tras explotar 20 lanchas y asesinar a 80 presuntos narcotraficantes en reales chalupas imposibles negociar cabotaje de dos mil kmts. Desde Venezuela o Colombia hasta Texas.
Una patraña y ardid, en el esquema de presión psicológica y chantaje, escondidos tras propósitos de alta política hegemónica y geopolítica, tras cuyos efectos, advendrá el diálogo y sus consecuencias estabilizadoras del entorno procurado, pero antes, y como consecuencia nodal, la estrategia anotada del presidente Teddy Roosevelt.
Porque sencillamente, al presidente Nicolás Maduro no le queda otra opción, superar el asedio, y luego vendrán posteriores arreglos consecuentes con el retorno de Venezuela al carril democrático y una inminente resignación del poder por un seguro exilio en Managua o La Habana, y un logrado final de recompensas millonarias por su captura.
Porque, para el presidente Nicolás Maduro, no hay de otra.
Salvarse así mismo.
Y salvar a Venezuela.
Un gran país.
Merecedor de mucho mejor suerte que la presente, con ocho mm de migrantes, con inflación de 900 %.
Preservar un país y preservar la vida de un gobernante no traduce rendición, mejor un honorable e inteligente pacto por la paz y próximo futuro promisorio para Venezuela.
Es la real paz que Trump podría lograr hasta hoy, porque las otras, son reflejos de aspiraciones, no hechos.
¡ALEA JACTA EST!
Presidente Nicolás Maduro.
jpm-am

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