Melissa es enseñanza para todos
Esta semana completa que llevamos de lluvias por el curso de la tormenta Melissa en el mar Caribe dejan muchas enseñanzas. El país vive una terrible emergencia a partir del pasado lunes y hasta ahora. Los contratiempos, cierre de escuelas y colegios, de centros laborales, pérdidas materiales, y física en menor proporción han estado a la orden de estos días. Todo está a la vista.
Pero también dejan al descubierto las deficiencias que tenemos en nuestro país en cuanto a corregir cosas. Es triste y lastimero presenciar cientos o miles de hogares inundados, calles y avenidas convertidas en lagos, cuando previamente y/o con anterioridad pudo haber gestiones para que eso se produjera en menor proporción.
En medio de las lluvias, nueva vez contemplamos la práctica de limpiar imbornales y cañadas cuando ya hay poco que hacer porque todo está bajo agua. Ese es un trabajo que debe hacerse previo, o sea, mucho antes de que los pronósticos adviertan del peligro que pueda ocurrir. Distintos cabildos han habilitado brigadas con esos fines.
Mientras no hay ninguna tormenta, ni huracán o vaguada que pueda causar inconvenientes, la población insensata no tiene que ver para lanzar plásticos desechables y otros desperdicios a calles y avenidas, cañadas, cunetas, ríos y otros. En resumidas cuentas, nadie controla esa práctica, y si lo hacen es por tiempo limitado, o porque alguien sugirió “hacer algo” en determinado lugar.

Es una práctica cotidiana, y lo afirmo que se da 24/7: En el Gran Santo Domingo y otras demarcaciones de distintas provincias se puede observar el triste espectáculo de que cañadas, ríos, calles y avenidas lucen abarrotadas de plásticos desechables. Es que hay mucha gente indolente que no tiene que ver para arrojar al pavimento vasos plásticos, cáscaras de guineo o de naranja, fundas y botellas plásticas, y un largo etcétera.
Y ya que nos referimos a crímenes contra la naturaleza hay uno que es súper grosero, aunque es una práctica que nada tiene que ver con situaciones o pronósticos de tiempo. Consiste en los vehículos a nivel de camiones, patanas, jeepetas y carros que desaprensivos introducen en lechos de ríos y arroyos con fines de lavarlos, ponerlos bonitos, sin importar los niveles de contaminación que aportan a esas corrientes de agua.
Esta semana el director del Centro de Operaciones de Emergencias (COE), general en retiro Juan Manuel Méndez, refirió que, más que en la reacción ante las emergencias, la clave para reducir la vulnerabilidad frente a los desastres naturales está en la prevención y la educación. Coincido con él. Así tiene que ser.
Al respecto, Méndez dijo que escuelas y universidades deben dar un paso al frente para integrar la educación sobre gestión de riesgos. Pero, esa sugerencia hace rato que debió estar en vigencia, porque solo hay que ver los comportamientos y los resultados finales en el terreno de los hechos.
Nunca deberá limitarse a una jornada la labor de llevar conciencia a la población en lo que se refiere a respetar normas de conducta relativas a la conservación del medio ambiente y los recursos naturales.
Tarea permanente
Debe ser tarea permanente y en la que participen todas las instituciones públicas y privadas, sociedad civil, etc. Sin duda alguna que vendría a ser una magna tarea, pero de que eso es necesario y urgente, solo los irreverentes y mal educados lo tiran por la borda.
En un medio escrito vi este jueves una fotografía en la que aparecen el ministro de Medio Ambiente, Paíno Henríquez, y la alcaldesa de Santo Domingo Norte, Betty Gerónimo, acompañados de varios servidores, y se nota que es una escena en plena lluvia, porque hay sombrillas, impermeables, botas, gorras.
Lo que llama la atención es que ambos funcionarios aprovecharon para hacer un llamado a la población para que no use las cañadas como vertederos. Pero, porqué hacen ese llamado en medio de un aguacero y con cañadas desbordadas? Creo que lo más sensato era un trabajo previo y con continuidad en el tiempo.
Por parte de las autoridades municipales, y eso es casi a nivel nacional, los mantenimientos para impedir esa práctica y/o corregirla, distan mucho de ser una realidad.
En otros paٕíses hay interés marcado en mantener cual ley lo que es el mantenimiento y la imposición de penalidad a quienes incurran en prácticas que atenten contra el orden y la limpieza de centros urbanos.
En honor a la verdad, hay mucha indolencia de la gente y de organismos oficiales para buscar soluciones a favor de preservar los recursos naturales y la sana convivencia entre los integrantes de las distintas comunidades.
jpm-am

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El o la dominicana adulto que haya viajado a alguna ciudad importante de un país desarrollado ( l@s dominicanos prefieren Nueva York),si se detiene a observar,nota que en cada esquina las autoridades municipales,los ayuntamientos,colocan cuatro 4 zafacones/ botes/dumpters,donde tirar botellas plásticas vacías,cáscara de guineos,un pamper sucio,etc, y ven que cuando pasa el camión de la basura,vacían esos zafacones.
Ahí está el detalle!!!!???
En República Dominicana,es difícil ver un zafacon en las esquinas de las ciudades.
Yo he tenido que llevarme una botella vacía de agua que me tomo en la capital,o una cáscara de guineo que me como allí,a mi campo,para tirar las en el zafacon de basura de la cocina de mi casa.
Así no se puede,los culpables no son sólo los ciudadanos,también las autoridades lo son.